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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

Ayamonte en el Recuerdo

AYAMONTE EN EL RECUERDO: El pescaíto frito de un día pa otro.

AYAMONTE EN EL RECUERDO: El pescaíto frito de un día pa otro.

Durante las fiestas navideñas, de las que ya nos estamos despidiendo, es frecuente oir por parte de las amas de casa aquella frase, "yo mañana no me preocupo de hacer de comer, hay que terminar con todo lo que sobró de la cena de anoche". Y es cierto, por Nochebuena y Nochevieja se atiborran las mesas de comidas, mucho más de lo que podemos ingerir, aunque mucho me temo que este año el listón haya bajado considerablemente.

Hubo un tiempo en que en nuestro pueblo se comía mucho pescado, porque siempre fue más barato que la carne y además, por un lado o por otro -marineros, rederos, poceros, etc.-  arrebañaban algo para llevarlo a casa, y claro, siempre quedaba algo de pescado frito, que por supuesto nunca se tiraba, no estaba el horno para esos bollos, así que se comían al día siguiente. La necesidad se hizo virtud porque el "pescaíto frito de un día pa otro" terminó gustándonos tanto o más que el recién frito.

Como mi padre traía pescado a casa, tanto del galeón como de la pareja, nunca faltaba el pescado, y mis amigos del Instituto gozaban cuando mi madre nos sacaba un plato de pescaíto frito del día anterior.

Y como estos recuerdos  perduran, todavía hoy a los de aquella generación nos sigue gustando ese pescaíto frito del día anterior. Me imagino al amigo "Ayaba" y a la amiga "Ayamontina" haciéndolo, aunque siempre echarán de  menos la sardina de nuestra costa, o las pijotas con la cola mordida formando un rosco.

Eso sí, el "pescaíto frito de un día pa otro" hay que comerlo sin recalentar, porque si lo hacemos nos cargamos la tradición y el buen gusto. Que quede claro y que aproveche. 

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Feliz Navidad a todos...desde siempre.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Feliz Navidad a todos...desde siempre.

La Rondalla de la Milagrosa marcó en su momento un hito en la vida musical de Ayamonte. Los jóvenes que junto al padre Abad fundaron la congregación nos endulzaban la vida con sus instrumentos y sus voces llegadas estas fiestas navideñas.

Desde Mojarrafina queremos felicitar a todos los ayamontinos, presentes y ausentes, y lo hacemos desde el entrañable recuerdo de los ayamontinos presentes en la foto pero ausentes ya para siempre.

Como en otras ocasiones, la foto me la facilita Manolo Cruz, y ahí están esos ayamontinos vestidos de pastores al frente del inolvidable maestro Bustamante. Por cierto, el más jovencito de ellos es mi querido amigo Pepito Bustamante, que ya peina setenta años; los demás son abuelitos, aunque Pepito y yo también seamos abuelos.

Así, para todos, principalmente para los ayamontinos emigrantes, llenos esta noche de nostalgias, FELIZ NAVIDAD. La mía este año no lo es, pero la vida es así, qué le vamos a hacer. De todas formas, rodeado de mis hijas, mis yernos y mi nieta, me siento feliz y a  gusto.

Un abrazo a todos.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La Milagrosa.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La Milagrosa.

A mediados del pasado siglo, y ya lo hemos referido en otras ocasiones, dos instituciones juveniles acapararon el divertimento de los chavales de la época, y ello con independencia de credos y doctrinas: la Milagrosa y el Frente de Juventudes.

En la calle San Pedro -Callejita del Loco- el  credo falangista; en la entonces calle Capitán Cortés -Lusitania hoy- el religioso-mariano. Y la juventud disfrutando de los dos a la vez. Hoy haremos una referencia a la Milagrosa por las siguientes razones: mi "primo" Manolo Cruz me facilita una fotografía de las  buenas de verdad. En ella aparece el sacerdote fundador de la Asociación de la Medalla Milagrosa, el muy recordado padre Abad, junto a los jovencitos que entonces formaron la primera junta directiva. No los cito porque me gusta que lo hagan los blogueros, pero son muy conocidos la mayoría.

La Milagrosa no sólo era una institución religiosa-litúrgica o de culto; era, a la vez, una instituación de caridad -reparto de alimentos, colchones, medicinas, entre los más necesitados-, y cultural, ejemplo paradigmático su recordada rondalla, amén de los buenos equipos de fútbol con que contó a lo largo de su historia.

Los próximos días 25, 26 y 27, en el templo de la Merced, tendrá lugar un tríduo en honor de la Santísima Virgen Milagrosa, ese pequeño templo que siempre fue su sede. Y desde Mojarrafina, atendiendo con mucho gusto la petición que me hace mi "primo" Manolito Cruz, me permito recordar el evento a todos los antiguos congregantes,aunque este repentino frío afloje las ganas.

Lo dicho, los congregantes y devotos de la Medalla Milagro tienen una importante cita en su sede mariana de siemre: el templo de la Merced.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. En memoria de los trece que nos dejaron.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. En memoria de los trece que nos dejaron.

Quiero aclarar que me salen trece los que ya no están con nosotros, pero posiblemente esté equivocado. Y que en la foto figuran tres jóvenes que eran de Calañas, por lo que mis blogueros no deben empeñarse en conocerlos.

La foto está tomada en el patio de la Casa Diocesana de Ejercicios Espirituales en la Cinta, Huelva. Seguramente año 1960, porque estamos los alumnos de la primera promoción  del Instituto Laboral ya en quinto curso mezclados con muchos de una generación inmediata, la de los fundadores de la asociación de La Medalla Milagrosa.

Podría ofrecer la "alineación" con toda facilidad, pero prefiero que sean los propios quienes lo hagan, y especialmente sus descendientes. Mis hijas, por ejemplo, dirían: "mi padre es el que está agachado....".

Lo que más me conmueve de esta entrañable fotografía es la ausencia de al menos trece amigos, todos los cuales nos dejaron muy jóvenes, tanto de una como de otra generación. Sus hijos y nietos les recodarán con cariño.

Por último, aclaro que la foto no es mía, alguien la colgó en el Muñeco Diabólico y yo la archivé en su momento pensando que algún día ilustraría un artículo del blog. Y ese momento ha llegado, con todo el cariño y nostalgia que ofrece el documento gráfico.

Salud para los que perduramos, y paz eterna para los que nos dejaron.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Don Ignacio.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Don Ignacio.

Cuando allende los años cincuenta del pasado siglo, justo a mitad del mismo, abrió sus puertas el Instituto Laboral, la vida cambió radicalmente, para bien, para cientos de niños ayamontinos.

Todos quedábamos embobados ante la presencia de profesores, incluso algún que otro catedrático; todo era nuevo, incluso misterioso.

De entre todo el personal docente que arribó a nuestra ciudad para impartir clases en el nuevo centro de enseñanza, una persona destacó desde el principio. Rebosaba carisma por los cuatro costados de su humanidad: don Ignacio García Fernández o, simplemente, don Ignacio. Todos cupimos de sopetón en sus bolsillos; nos daba gimnasia y aquella asignatura del Régimen -él era convencido falangista- llamada Formación del Espíritu Nacional, y no vamos a perder el tiempo en explicar de qué trataba.

Pero con independencia de ello, con don Ignacio había que hacer un aparte. Nos quería sin discriminación y nosotros lo adorábamos. Aquí se contagió de la afición a la pesca y a la cultura del sano lingotazo siempre acompañado con la tapita de pescaíto frito.

Estuvo poco tiempo con nosotros, creo recordar que tres años, y marchó a Málaga de donde ya no se movió, hasta que, según me informa Antonio Vidal Ríos, falleció hace unos meses seguramente rondando  los cien años.

Sus alumnos de los primeros tiempos del Instituto Laboral  nunca le olvidaremos. Y estoy seguro de que él siempre nos recordó en su corazón. Descanse en paz.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Nuestro Muelle, sin añadidos.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Nuestro Muelle, sin añadidos.

De toda la vida, el trayecto portuario ayamontino desde la conocida "Esquina de los huelvanos", hasta el "Muello de los bloques", fue conocido simplemente como el Muelle. Tuvo y tiene sus nombres y sus apelativos: de Portugal, de Poniente... pero ocurre como con el Paseo, basta el sustantivo.

Además, nuestro Muelle, con independencia de todo ello, era un emporio de riqueza -pésimamente distrubuida- y de actividad portuaria, industrial y pesquera. La foto panorámica que publicamos así lo pone de relieve. Para los observadores dejo abierto el campo, no voy a citar ninguna fábrica, ningún almacén, ningún barco, ya se encargarán de ello mis fieles bloqueros.

La estampa es de una considerable belleza. A nadie se le ocurrió en aquellos tiempos construir a orillas del río y privar a los ayamontinos de su vista, y todavía la "mente privilegiada" a la que se le ocurrió la construcción del "Puertaespaña" no había hecho acto de presencia.

De todas las fotos que a lo largo de cinco años hemos publicado en el blog, quizás sea esta la más bella, la que nos muestra un Ayamonte rabiosamente auténtico. 

Que aproveche a todos.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La frenética actividad en los embarcaderos.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La frenética actividad en los embarcaderos.

La construcción y puesta en funcionamiento del puente internacional ha dejado la actividad en los embarcaderos del Guadiana en su mínima expresión. Así y todo, no deja de ser una estampa muy atractiva ver llegar los transbordadores procedentes de Villarreal o los que salen rumbo a la ciudad portuguesa.

En tiempos de pocas actividades deportivas, culturales, de ocio, tiempo de escasez de todo, era normal acercarse al Muelle para presenciar cualquier acontecimiento del tipo que representa la fotografía.

Unos días durante el año se llevaban la palma: los de la feria de Villarreal; decenas de autobuses arribaban a nuestra ciudad cargados de personas procedentes de todos los lugares de Andalucía, guardando colas descomunales, en la comisaría y en el puerto.

Esta fotografía, con sus seiscientos y citroen de acordeón incluidos, está tomada con toda seguridad desde lo alto del desaparecido baluarte de las Angustias, dejo a mis blogueros para que se disputen la fecha o el acontecimiento. ¿Un día de gran bulla durante la feria portuguesa?. ¿La histórica llegada de la Virgen de Fátima?.

Tenéis la palabra. Obsérvese también lo pequeño que eran los transbordadores. Qué tiempos.

Y por último, un ruego al que seguramente es el bloguero más asíduo, el amigo Núñez. Por favor, José Manuel, no me metas virus en  el Muñeco Diabólico escribiendo en esos dialécticos primitivos. Gracias.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La inolvidable nevada.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La inolvidable nevada.

Caía la noche invernal, que en Ayamonte suele ser fría y húmeda. Resguardado en la camilla, con la copita de cisco o de tierra a los pies. Rumardo III espera que su madre sirva la cena, la de aquellos tiempos: quizás una sardina estivá apretada en un bollo comprado en el horno de Angustita Soto, la de las incomparables cocas.

Más temprano que de costumbre, aparece por la puerta Rumardo II, trae entre las manos un papelón con dulces -empanadillas, calcetines de escocia, bizcotelas- que le ha tocado en la Cepa con la rifa de Antonio Banego, "al rico corte". Pero hay algo que llama la atención de Rumardo III: la gorra de vicera de su padre, negra como en cabón, se presenta blanca como la nieve. La comparación no resultaba gratuíta, era blanca como la nieve porque la nieve que acababa de caer así la había dejado.

A partir de ese momento, repetido de otras formas en todas las casas de Ayamonte, todo fue una fiesta, una fiesta que anunciaba ya mismo muchas efemérides. Que nieve en una ciudad costera es un acontecimiento para recordarlo por siempre. Y así ha sido durante los últimos casi sesenta años.

Normalmente tal acontecimieto ha sido recordado mediante una fotografía de la Laguna nevada, pero hoy prefiero publicar esta del Paseo, menos conocida, aunque no por ello menos bella. Hay personajes por identificar, buena tarea para los nostálgicos.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. El tío de los camarones.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. El tío de los camarones.

Hubo un tiempo en que en nuestra ciudad había un buen  número de personas que vivía de la pesca del camarón y de su posterior venta una vez cocidos.

Creo no equivocarme si afirmo que el número uno en el menester fue Juan Flores, Juan "el Mutilado", padre del recordado "Guañejo" y del malogrado Juan, asesinado por un guardiña portugués en un estero del Guadiana. Mi tío Juan se recorría diariamente los esteros ayamontinos y siempe o casi siempre venía cargado de camarones.

Posteriormente, otras personas los compraban, cocían y después vendían por las calles en un canasto y tapados con un paño húmedo. Se despachaban en un pequeño cartucho de un papel especial, tipo cebolla.

En aquellos tiempos hizo fortuna una coplilla popular: "yo no quiero camarones porque me dan mucho asco, porque el tío que los vende, se mea en el canasto". Naturalmente que no era así, pero tal coplilla se hizo popular.

Hoy no se ven a estos vendedores, salvo cuando llegan las fiestas patronales, en que generalmente se venden en un puesto del ferial. Pero no es lo mismo.

Además, se trataba de unos camarones pequeñitos, que si se cocían y sazonaban bien, estaban riquísimos. Supongo que mis amigos emigrantes recordarán este asunto camaronil. Ya lo dirán.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Higos y brevas: recurrentes del hambre.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Higos y brevas: recurrentes del hambre.

Fueron tiempos muy difíciles. La Guerra Civil nos dejó la secuela de la escasez y del hambre. Se hacía necesario recurrir al ingenio para llenar el estómago.

Desde estivar sardinas en la propia casa, en cajas de madera y prensadas con piedras para comerlas en invierno asadas con un bollo; meterse en la boca un higo seco que Rumardo III compraba en la tienda de desavíos de Carmen "La Fogona", en el Peñón, para mezclarlo, como sustituto del azúcar, con una infusión de achicoria o cebada; ponerse impando de poleás de maiz compradas anca "Las Siete Mujeres", en la calle Peña, que traía la harina de maiz de Portugal de estraperlo...hasta largarse al campo y de manera furtiva pegarse un atracón de higos o de brevas. De todas estas modalidades matahambre, es la de ir a comer higos la que perdura. Todavía en foros como la plaza, el casino, los bares, se refiere que uno ha ido temprano al campo a comer higos directamente de la higuera. Aunque no por necesidad como antaño.

Lo de ir al campo a comer higos se ha convertido en una tradición que a la vez rememora aquel uso guiado por la necesidad extrema de matar el hambre. No sé dónde el amigo Núñez iría; desde luego le quedaba cerca la higuera carnevaca de la tapia del molino de los vientos, allá cerca del arrecife.

Al Guardián del Registro se los traería su padre de la plaza, y al Bole se los facilitaría el Tejaíto cuando iba a Villareal. Y er Phiito se pondría como el quico en "La Caldera", pero de higos secos. Del Pargana no digo nada: directamente en la tienda de su pare en la calle Buenavista. Qué tiempos.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Los viejos amigos.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Los viejos amigos.

Posiblemente sea la amistad el don más hermoso con que nos ha gratificado Dios. Suele decirse, a mi entender de forma errónea, que un amigo es como un hermano. Creo que la amistad tiene tanta importancia que no necesita ir de la mano de un parentesco para que funcione en plenitud.

Tratando de encontrar una definición al término amigo, enmcontré hace mucho tiempo una que la creo extraordinariamente acertada: "el amigo es el hermano que tú eliges". Y es cierto, porque el hermano nos viene dado sin contar con nuestra voluntad, al amigo lo elegimos nosotros libremente.

La foto recrea una estampa nostálgica de mediados el pasado siglo. Tres amigos, que aun siguen siéndolo, posan en la Avenida, esquina a la Callejita Estrecha. Ha pasado mucho tiempo, pero la pinta de los amigos José, Bole y Curro, permanece a pesar de las canas y las arrugas propias del paso del tiempo.

Supongo que a los ayamontinos emigrantes les agradará contemplar esta instantánea y que se verán retratados en su juventud.

Bueno, amigos blogueros, el caballo del artículo anterior ya bebió y está en su cuadra. Lo prometido es deuda.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. El Tiro de Pichón.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. El Tiro de Pichón.

Vamos por parte: el hecho de que este artículo vaya en el apartado indicado no quiere decir, ni mucho menos, que se trate de un grato recuerdo, aunque para algún que otro nostálgico lo sea. La actividad de tiro de pichón es, al menos para mí, a todas luces reprochable, no es lo mismo que la caza, ni siquiera comparable. Dejar en libertad a un animal cautivo para, en plena alegría de éste meterle un tiro y que posteriormente vayan unos criados a recogerlo, no tiene nombre.

Tuvimos uno en Ayamonte, frente al viejo campo de fútbol, donde hoy está lo de mármoles Gámez, o estaba, que no lo sé. Naturalmente era una actividad propia de la época, de señoritos adinerados, que sólo tenían que apretar el gatillo, lo demás lo hacían los criados, como se ve en la foto.

Estas sociedades fueron denominadas como "Reales": Real Tiro de Pichón de... o Real Sociedad de Tiro de Pichón de...

Yo me pregunto qué tiene que ver la realeza con ese desprecio a un animal cautivo e indefenso. Que se sepa, las realezas van más por la caza mayor, especialmente de elefantes.

Y además, que quede clara una cosa. En España sólo hay dos entidades que merezcan el título de Real. Por su propia naturaleza la Casa Real; y por méritos propios el Real Betis Balompié. 

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Casa Ultra-Radio.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Casa Ultra-Radio.

En calle San Diego, semiesquina a General Mola -hoy Trajano-, permaneció por muchos años una muy popular y recordada tienda de artículos varios, como veremos, pero de nombre que indicaba a priori que sólo se dedicaba a uno: la radio, y ello debido a su nombre comercial: "Casa Ultra-Radio".

"Casa Ultra-Radio" ofrecía, entre otros, los siguientes artículos: aparatos eléctricos de uso doméstico; bicicletas, lavadoras, termos-ducha y cocinas eléctricas. Pero la variedad nos sigue sorprendiendo, porque entre la electricidad y la aerodinámica, hacía acto de presencia del descanso a través de la oferta de las populares camas niqueladas. Nada se nos decía de colchones y almohadas, pero lógicamente se venderían también, cosa que no recuerdo pero que Enrique Suárez, hijo de uno de los propietarios, nos aclarará.

"Ultra-Radio" era concesionaria de las marcas "Iberia" y "Mundial Radio", aquellos atractivos aparatos de radio de altovces decorados de tela, y que nos recuerdan inovidables tardes de "Ama Rosa", y de "Radio Costera" para estar al día de los avatares de los marineros.

Eran tres los propietarios: Enrique Suárez, conocido por todos como "Enrique el de la luz"; Joaquín Isabel Parra, que era a la vez propietrio de la confitería "El Buen Gusto", y Juanito Cala, que a su vez era escribiente de la fábrica de conservas "Tejero y Martín Navarro.

La verdad es que la imagen que perdura es la de "Enrique el de la luz" , uno de los hombres más amable, honrado y  excelente profesional que nos ha ofrecido Ayamonte el pasado siglo.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La gasolinera de "Ricardito".

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La gasolinera de "Ricardito".

Siempre he creído que no es necesario que un determinado edificio reúna unas determinadas y destacadas cualidades arquitectónicas, artísticas o históricas para que merezcan  respeto y la consideración por el solo hecho de formar parte del paisaje urbano de un pueblo.

Hemos visto como, con el paso del tiempo, han ido desapareciendo edificios propios de nuestro entorno urbano: el viejo campo de fútbol, la caseta municipal, la casa colorá, el arco de Colón, el teatro Ibérico, etc.

La muy entrañable gasolinera de "Ricardito", llamada así en razón del nombre de su primitivo propietario, se ubicó en el muelle, al principio de Padre Álvarez, frente al "chispito", formando así una rara pero pintoresca pareja. Desde hace muchos años se viene diciendo que la ubicación de la popular gasolinera supone un peligro para su entorno; así y todo, se fueron autorizando otras dentro del casco urbano, hasta la última y polémica de la carretera del parador. En fin, pilarín.

Yo no sé si algún día los ténicos de turno decidirán que hay que acabar con la gasolinera de "Ricardito". Pero si así fuera, pido desde ahora que el pequeño edificio que la cobija, a pesar de caracer de todo valor arquitectónico, permaneza dedicado a oros usos. Creo que es el sentir de la mayoría de los ayamontinos. Así, nunca dejaremos de referirnos a la "gasolinera de Ricardito", aunque ya no lo sea.

Un buen destino sería que mi amigo Ayaba, cuando se jubile, lo dedicara a la venta de fue y crema catalana.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Ciudad cinematográfica y taurina.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Ciudad cinematográfica y taurina.

No hay que pasarse, Mojarrafina, no hay que pasarse. Bueno, ya lo sé, el título no quiere decir que en nuestra ciudad se celebraran muchos acontecimientos taurinos y que poco menos  era un plató para el rodaje de películas. Pero dado el tiempo del que hablamos y tratándose de un pueblo entonces pequeño, aunque siempre con su título de ciudad bajo el brazo de su gran historia, no era poca cosa que anualmente, coincidiendo con las fiestas de las Angustias se celebrara en nuestra plaza de toros una importante novillada, de las de verdad, de aquellas que dejaron las huellas de Curro Romero, Paco Camino, el Litri, Camacho... hasta el punto de que precisamente cuando se llevó a la gran pantalla la vida de Miguel Báez, Ayamonte sirvió de plató: "El Litri y su sombra". Inolvidable, aunque nos cogiera poco menos que en pañales.

Más tarde, otra película que catapultó nuestro paisano urbano a todos los rincones de España: "Curra Veleta", en la que participaron como figurantes muchos ayamontinos. Aquellas escenas de Paquita Rico recorriendo los alrededores del Castillo o la calle San Antonio cantando las mantenemos en la retina todavía. Si la bajas del "Muñeco Diabólico" comprobarás que se encuentra un excelente estado.

El amigo Santana podría darnos su opinión desde sus entendederas cinéfilas, aunque ya sabemos las grandes limitaciones propias del tiempo.

En la fotografía vemos al maestro Miguel Báez "Litri" en primer plano; detrás de él, cruzando, Pedro Jiménez Antolín, y a la derecha, puro en ristre el padre de Rafaela Nicasio, gran aficionado, pero no logro identificar al señor que queda a la derecha del todo.

Un puñaíto de nostalgias paralos paisanos emigrantes: Fa, Ayaba, Ayamontina, Álvarez, Vidal y muchos más que, aunque no suban comentarios le consta que frecuentan el blog. Que aproveche a todos.

 

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Las viejas tascas.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Las viejas tascas.

Atendiendo a medias la petición del amigo Núñez, el más fiel de mis blogueros, dejamos atrás al butanero de Bollullos par del Condado, y entramos en tema más nuestro, aunque no referido al amigo Bole, como él pedía.

Hoy nos referimos a unos establecimientos que proliferaron a lo largo de gran parte del pasado siglo: las famosas y recordadas tascas. El diccionario nos las define como establecimientos modestos donde se sirven bebidas y comidas.

En Ayamonte, las tascas sólo servían bebidas, vino peleón por más señas principalmente, y de tapa, altramuces o "chochos", que el que los apodó así no andaba mal encaminado. Abundaban las tascas, aunque reservo a los blogueros la oportunidad de irlas citando.

La que hoy traemos a colación fue una de las más famosas, y no era otra que la de Curro Cabrera, padre de Currito el practicante, situada en la entonces calle Calvo Sotelo, hoy Hermana Amparo, esquina a calle Huelva. Tasca, tasca de verdad, no hay más que examinar detenidamente la fotografía. Que su dueño y más fieles clientes era gente taurina, ni dudarlo. La foto nos muestra serenidad, amistad, buenas maneras, muy lejos de la mala fama que tenían estos establecimientos.

A salvo del señor que está a la izquierda en primer plano, cuya identidad ignoro, reconozcamos a los demás: a la derecha de la fotografía, el maestro Curro el Barbero, posiblemente el parroquiano más asiduo; a su lado, Manuel Flores -para más detalle el padre de Mari Flores, la mujer del pintor Rafael Oliva- y los dos niños, sus hijos, Manolo, el más pequeño, que vive lejos de Ayamonte desde hace muchos años, y el mayor, cuyo nombre no recuerdo, fiel cofrade de Excombaientes. Y terminamos con oro maestro: Toribio, famoso y acreditado peluquero de señoras de la época. No sé dónde andaría el tabernero, pero la figura de Curro Cabrera se vislumbra por todas partes.

Buen provecho para los blogueros nostálgicos.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Carmelo Feria del Río, Carmelo el del carrillo.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Carmelo Feria del Río, Carmelo el del carrillo.

Las ruedas del carrillo trepidan contra los adoquines de la calle Huelva. Es de madrugada. Carmelo Feria del Río,  ·Carmelo el del carrillo”, cansado, agotado por el larguísimo día al pie de su carrillo de chucherías, llega con su medio de vida, a la esquina de la calle Molino, junto a la vivienda del mestro Celedonio el barbero. Con habilidad y fuerza lo introduce en el almacén y se despide hasta bien temprano del día siguiente en que saldrá otra vez con ese carrillo de chucherías camino de la calle General Mola –hoy Trajano-, para estacionarlo frente al bar Los Gabrieles, Casa Cortada para los amigos. Es su sitio habitual, que cambia hasta la puerta del Cardenio (noches de cine), el estadio municipal (domingos de fútbol), o la plaza de toros (noches de cine de verano). Y lo que se tercie, que él nunca se arruga.

Carmelo come a pie de carrilllo, en unas fiambreras. Trabaja diez, doce horas diarías o las que sean menester. Vende toda clase de chucherías, especialmente los pirulís que le hicieron famoso. Y tabaco, mucho tabaco. Un día le vi levantar la tapa del carrillo para coger un cartón de “celtas” y me dio la impresión que en ese trasfondo había más tabaco que en el mismísimo estanco del Palmero, que ya es decir.

El carrillo de Carmelo es enorme y pesado al lado de los otros: Antonia, Paciencia, Chipirripi, Luis el de la Peiná, Luis Reyes, Banego, etc. Tan es así, que ya de mayor, cuando las fuerzas empiezan a retirarse, no sé si  lo recortó  o mandó hacer uno nuevo, considerablemente más pequeño. Pero siempre al pie del cañón.

No era un privilegiado de la vista, y la figura de agachar la cabeza para comprobar las monedas en las manos era clásica. Pero a pesar de todos los inconvenientes era persona sumamente amable y servicial, muy querido por todos. Carmelo Feria del Río y su carrilllo de chucherías forman parte indispensable del paisaje urbano ayamontino del pasado siglo.

Hoy disfruta de un merecido y pacífico descanso. Que sea por mucho tiempo, y en las mejores condiciones posible.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. De la yemaíta al candié pasando por el aceite de hígado de bacalao.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. De la yemaíta al candié pasando por el aceite de hígado de bacalao.

Esta entrega le va a gustar al amigo Ayaba, y al amigo Fa, y a todos los emigrantes, porque les voy a recordar su niñez.

En aquellos lejanos años pasamos mucha hambre, sobre todo por la escasez de alimentos durante la postguerra, y para colmo los pocos que había no nos gustaban y el que más y el que menos iba de canijo por la vida. Recuerdo aquellos reconstituyentes que me recetaba don Jesús Rasco Gamero, unos jarabes que preparaba don Antonio Massoni Jesús en su botica y que nos despachaba en un vaso previamente dejado en ella y que nos servía con una tapa de una especie de papel de celofán.

Pero aparte de esos reconstituyentes "oficiales" había otros naturales:el aceite de hígado de bacalao, que servía para levantar el apetito y que comiésemos de lo poco que había sin mirar si nos gustaba o no, pero como aquello era horrible de ingerir, nuestras madres recurrían a otros dos remedios: la yemaíta, que era una yema batida con una copa de coñac; y el candié, bebida originaria de Cádiz que era un batido de huevo con vino, (así no es de extrañar que la generación diera tantos borrachos). La yemaíta y el candié entraban muy bien, incluso queríamos repetir.

Ahora ocurre al revés: tomamos cosas para adelgazar, que nos quiten el apetito, para eliminar grasas. En fin, pilarín. Yo creo que si los americanos probaran alguna vez un candié mandarían al carajo los cubatas, y además lo patentarían.

El de la bufanda blanca se puso como el quico de yemaítas y candiés, y asi se crió tan rechoncho, no sé si el Ayaba y el Fa preferían el aceite de bacalao, aunque me extraña mucho.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Enrique el de las cabras.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Enrique el de las cabras.

En los tiempos de que trato en este artículo ignoro si el término uperización existía en el diccionario de la RAE; desde luego, se puede afirmar que no en la terminología popular, sobre todo en los pueblos.

Digo esto porque hoy se le da mucha importancia al término cuando nos referimos a la leche y nos da a entender que la leche no uperizada es poco menos que un veneno.

El asunto me trae a la memoria estampas de mi niñez, cuando desde la altura del Peñón, asomado a su blanca barda veía las cabras del  bueno de Enrique, abuelo de  nuestro amigo Juan el cristalero, o sea, el Tejero, y como su hijo subía las escalinatadas de Tarpeya y mi madre salía con una lata de leche condensada vacía, cuya tapa hacía de asa para comprar un cuarto de litro. Despues hervía la leche en la candela y mi hermana y yo nos la bebíamos con el café. Y aquí estamos después de más de sesenta años, vivitos y coleando.

Y es que las cabras de Enrique eran especiales, y el bueno de Enrique las cuidaba junto con su hijo con todo esmero, de ahí su gran calidad y lo bien qu se criaron los niños de la época. Bastaba con hervirla y punto. Yo creo que ni uperizada hubiera estado más rica.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Niños con Padre Jesús.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Niños con Padre Jesús.

No vayan a pensar mis queridos blogueros que por estar ilustrada esta entrega con una fotografía de los pasos de Padre Jesús y la Virgen del Socorro vamos a hablar de Semana Santa: eso quisiera más de uno para soltar su adrenalina.

La Semana Santa –y lo digo sólo a modo de referencia, no porque vayamos a tratar el tema de la Semana Santa- nos ha traído siempre estampas típicas: los niños pidiendo cera; los desastres como el que suscribe cruzando por donde no se debe: los que acceden a Tribuna Oficial cuando ya está la procesión dentro; los niños dormidos el Domingo de Ramos, en fin, pilarín.

Hoy traemos a colación una estampa –y perdone el exigente Pepeluzla por la deficiencia de la foto, pero al estar malito mi amigo Tapi no tengo quien me la restaure- típica, muy tradicional, en el mundillo alrededor de Padre Jesús, cual es la de fotografiarse un cargador delante del paso con sus hijos pequeños arriba del mismo. Si observais bien las fotografías que se suelen colgar en el Muñeco Diabólico relativas a la imagen de Padre Jesús, lo podreis comprobar.

En esta ocasión se trata de mi viejo amigo Manolo Moreno Aguilera, uno de los hijos del “Chulito”, cargador del paso de la Virgen del Socorro y no sé si también de Padre Jesús, posando con su pequeña. La foto la ha sacado del cajón de los recuerdos su hijo Rafa y es de agradecer.

Es una forma sencilla y entrañable se inducir en los pequeños la devoción al santo más popular de Ayamonte, costumbre sana sin perjuicio de que el pequeño, cuando sea mayor, tome el camino que quiera.

Ahí os dejo esa estampa tan familiar, tan ayamontina.