AYAMONTE, UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. Calle Real, de Sanchito a Rompeculos.
Será difícil encontrar un pueblo español que no presuma de tener una “calle real”. La calle real, que proviene de realeza, de lo mayestático, viene a ser sin duda la calle principal de las poblaciones, generalmente peatonal. En muchos lugares es cierto que tienen nombre distinto y propio. Por ejemplo, en Huelva, calle Concepción; en Sevilla, calle Sierpes; en Vigo, calle Príncipe. Y en otras ocasiones el adjetivo real viene a componer el nombre completo de una calle. Así, en nuestro Ayamonte la calle Galdames fue en tiempo denominada Real de los Galdames.
Se enfrentan dialécticamente dos ayamontinos. Uno, meticuloso; el otro, vivalavida. Dice el vivalavida –hoy passota-: la calle Real y la calle Cristóbal Colón es lo mismo. Y le contesta el meticuloso: pues no. Mira, la calle Real es la que va desde la esquina de Sanchito hasta Rompeculos; y la calle Cristóbal Colón es la que va desde la esquina de Sanchito hasta el Convento. Lo que pasa es que la calle Real también se llama Cristóbal Colón. El vivalavida le contesta: passsso. A mi me lleva usted a la calle Enrique Villegas, pero no al tramo que le robaron a un médico ayamontino ejemplar, sino al otro, donde están las “boticas”.
Los paisanos de Alosno cantan a su calle Real un precioso fandango: “calle Real del Alosno, con sus esquinas de acero, es la calle más bonita que pisan los alosneros, calle Real del Alosno”.
En Ayamonte, la calle Real es santiseña de centro de la ciudad, de ahí que como decimos los ayamontinos, “to el mundo no puede vivir en la calle Real”. Aunque, bien vista la cosa, hoy vive gente como el Mayo, o sea, que nuestra calle Real se ha “plebeyizado”, porque mi amigo Mayo, aunque sea del PP, es edil plebeyo, como todos.
La incomparable postal antigua que tenemos a la vista impresiona. Nadie pensaría que esa calle es de un pueblo, que a la sazón andaría alrededor de diez o doce mil habitantes. Unas balconadas de prestigio, un ambiente francamente capitalino, efervescente, que denota una actividad comercial envidiable. A pie de suelo, un extraordinario mundo comercial y de servicios: Sanchito, el Buen Gusto, Casa Reyes, Casa Estévez, el Banco Central, cuando tener una sucursal de un banco era un lujo, Cofradía de Pescadores, Consulado...
No es que nuestra calle Real de ahora no sea atractiva, que lo es. Por mi gusto, eliminaría tanta bisutería y pondría una buena pastelería, como antaño, porque no es lo mismo una pastelería que una cafetería que sirva pasteles. Y un taller de relojería por si renacen personajes del prestigio profesional y humano de Pedrito el relojero y de Paulino. Y un tablón donde se anunciaran las películas del día, sin censuras, señal evidente de que había vuelto el cine a nuestra ciudad. Y por qué no, una tienda de lozas, con el Neneíque en la puerta salundado a los transeuntes como hacía su inolvidable padre, Enrique el Locero y posteriormente su hermano Asdrúbal. Y una botica, en lugar de una farmacia, con Casimirito pretendiendo a la hija del dueño. Y un taller de radio, con un Jopeja arreglando aparatos escacharraos. Y una zapatería como la de Alonso Delcán, epicentro del mojarreo de la calle. Y una droguería con el Canario vendiendo champú verde en bolsitas de plástico. Y escapularios en Jesusa, y abanicos en Sanchito. Y el maestro Moñito enseñando el oficio de barbero al inolvidable Pepe el Gorito...
Calle Real, la calle eternamente prestigiosa de un pueblo que se niega a admitir nada que no sea puro prestigio.
25 comentarios
parra -
F.pargana -
Ayaba -
Handa que si vivieran mis padres iba yo aguanta aquí, iba a tener vagancia, y catalanizado, si hubo algunos años que me pasaba una noche haciendo cola en la estación para coger billete para el primer día.
Saludos
F.pargana -
J M N G mas conocido por Ayaba -
Yo tampoco me acuerdo de la señora Pura, cuando yo nací ya no funcionaba el teatro Ibérico. En ese sitio de la calle Real había una portería con una escalera, los que vivían tenían una nieta de mi edad muy guapa, creo que eran los Gómez pero no lo digo, me puedo equivocar. Enfrente había una casa con una entrada honda muy bonita creo que tenia reja, era o es una pensión.
Saludos
Trini Flores -
Marujin.com -
F.pargana -
No, la verdad es que no me ofende amigo Rumardo, es más le agradezco que se acuerde de él como en realidad era: una persona muy buena, muy cariñoso para sus hijos, un hombre alegre, trabajador, y manco, pero sobre todo, alguien con un gran corazón, que le fiaba mucho a los marineros, a la hora de marcharse a la mar y tenían que comprar el costo --- Armando apúntamelo que cuando venga de faenar te lo pago --- jamás Armando le dijo a alguien que no, aunque muchos costos quedaron por pagar. Si amigo Rumardo manco, y portugués, pero muy buena gente.
Un abrazo amigo Rumardo.
F.pargana -
No, la verdad es que no me ofende amigo Rumardo, es más le agradezco que se acuerde de él como en realidad era: una persona muy buena, muy cariñoso para sus hijos, un hombre alegre, trabajador, y manco, pero sobre todo, alguien con un gran corazón, que le fiaba mucho a los marineros, a la hora de marcharse a la mar y tenían que comprar el costo --- Armando apúntamelo que cuando venga de faenar te lo pago --- jamás Armando le dijo a alguien que no. Si amigo Rumardo manco, y portugués, pero muy buena gente.
Un abrazo amigo Rumardo
Rumardo III -
Trinidad Flores Cruz -
Con raras excepciones, esa información te la facilitaba una telefonista bastante déspota, hija del monopolio, aquí y en todas partes.
Villorro -
Pero se te ha quedado en el tintero un dato importante: La Telefonica ,que se encontraba en el local donde despues se instaló Mateos. Doña Gervasia era la responsable de la entidad, tiempos aquellos que habia que avisar con horas previas para poder comunicar con un número de otra localidad, aunque ello hoy suene a prehistoria.
Saludos
Guardián del Gurugú -
Saludos
F.pargana -
Guardián del Gurugú -
Amigo F. Pargana lo del pelao a rape también era de aquella época, en verano, con la maquinilla el señor peluquero dejaba a los niños con la cabeza como una bola de billar, luego las madres les ponían un sombrero de paja, a las niñas no las pelaban a rape pero también les ponían el sombrero de paja que le llamaban Pamela, luego los mandaban a la miga y les decían, derechito y por la sombra, algunos decían entre dientes, po ahora voy por el sol y tumbao.
Saludos
El bailador -
Saludos
F.pargana -
EL GUARDIAN DEL REGISTRO -
F.pargana -
Para los portugueses que son muchos los que se sientan por las esplanadas de Ayamonte, es una ofensa tocar las palmas para llamar a alguien, os explico:
Sabeis que en las fiestas taurinas en Portugal tienen los forcados, que son aquellos tios que se ponen delante del toro ofreciendo su cuerpo de pecho abierto para que el toro invista sobre ellos,acto seguido lo intentan atrapar por los cuernos.
Pues bien..para llamar la atención del toro y para que invista, los forcados tocan las palmas....entonces si a un portugues le tocas las palmas para llamarlo...
Para buen entendedor ,media palabra basta.
Fianmeta -
Saludos
Ayaba -
Felicidades para todas las ayamontinas señoras y señoritas Carmen en el día de su Santo.
Felicidades para toda Canela, que disfruten de sus fiestas la buena gente canalera.
Saludos
Los palmeros -
Saludos
Ayaba -
Cuando mi padre estando en la mar, avisaba al señor Kofra o Cofra que era el señor que se ocupaba de Radio Pesquera de Ayamonte de que el barco entraba en el puerto, entonces yo sabia que tenia que ir pa bajo, por Santa Clara, la calle Cristóbal Colón por la acera del Pacuqui, carpintería Patro entre otros, sabiendo que por donde tenia que ir era por la acera de la derecha, carpintería o muebles Rojita, Zampuso El Tenedor, carpintería Palmero entre otros, llegaba a la Calle Real y pasando Enrique el Locero un hombre que tenia mucho pelo, un día por una apuesta deportiva se jugo el pelarse y perdió, se pelo y el pelo o cabello que es más fino lo metió en una bolsa y lo puso en el escaparate. Bueno pasando esta tienda y antes de llegar a la pastelería El Buen Gusto, que es a lo que voy desde el principio le compraba a mi padre el tabaco para el siguiente turno en un estanco que había en este lugar, entraba el suelo era de madera, enfrente el mostrador y detrás una señora sentada, la recuerdo perfectamente no puedo decir el nombre, no es que no me acuerde es que no lo supe, yo llegaba, cuatro paquetes de Rumbo pagaba y me iba.
Hay más sitios os lo dejo para vosotros pensar y recordar.
Saludos
F.pargana -
El Guitarrista -
Saludos