AYAMONTE, UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. La calleja del Rancho Grande
Muchos jóvenes que visitan el blog se preguntarán a qué viene eso de "Grande" referido al Rancho. Pues sí, amigos, viene bien, porque aunque últimamente se haya quedado en Rancho a secas siempre fue el Rancho Grande. Eso de tomarse una copita de fino de Miguel Carro con unos jurelitos fritos en casa Clemente, o sea, en el Rancho Grande, era cuestión cotidiana.
La Calleja del Rancho Grande enlaza la Avenida con la calle Huelva y en ella se podía leer un letrero propio de la época que decía así: "salida de carruajes", razón evidente de que los coches entonces ni existían. Su verdadero nombre es el de Rodrigo de Jerez o Xerez, uno de los navegantes ayamontinos que acompañó a Colón en el viaje del Descubrimiento y que fue aquel del que se dice que trajo el tabaco a Europa, si es así, mala cosa, pero en todo caso nos queda el consuelo de pensar que ni hubiera sido el tarde o temprano lo habría hecho otro.
En su lateral izquierdo el lateral de la taberna que le dio nombre a la calle, más adelante, una tasca conocida por "El Zapuzo", de la que hablaremos en otro apartado, y haciendo esquina con calle Huelva, el lateral de la antigua oficina de Correos. Por la derecha, el lateral de una antigua funeraria y de mitad de la calleja hacia adelante, la zapatería de Jaramillo, que la constituían el taller de zapatero remendón y la tienda de venta de zapatos propiamente dicha.
Pero la Calleja del Rancho Grande era famosa sobre todo en Semana Santa, pues ese paro obligado de todas las cofradías para preparar la entrada en Tribuna Oficial, se aprovechaba para que los depauperados cargadores de entonces se tomasen un par de vasos de vino blanco peleón que les llevaba un poco de calor a sus vacíos estómagos.
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