AYAMONTE, UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. La Cuesta de Morillas: pellizcos y suspiros.
Siempre has estado ahí. Para lo bueno y para lo malo. Para la despedida de penas y nostalgias, de emigración a tierras lejanas y futuro incierto. Y también para el regreso al cabo de los años. Alfombra roja de bienvenida, eco de suspiros largamente contenidos, patena de lágrimas de emoción.
Junto a tu inseparable cañaveral, el de todos los tiempos, el de todas las generaciones, abrigaste siempre la esperanza en la vuelta de tus hijos ausentes. Por la “Verabajo” llegan ruidos de trenes que escupen carbón vaporizado que asusta a una boda de pájaros, mientras la Tuta y la Casita Blanca se miran y te miran de reojo. En tu piel de alquitrán quedaron lágrimas de dolor y lágrimas de alegría. De dolor por la ida; de alegría por el regreso. Tus perennes vecinos, la familia Madera, vio partir a muchos paisanos, y también, en días claros de esperanza, los vio regresar.
Decía el letrero de la pared de la casa del “Peoncaminero”, que aun faltaban cuatro kilómetros para llegar: “A Ayamonte 4 km”. Nadie pudo nunca creerlo. Porque al final de tu bajada el pañuelo de la patria chica se desdobla y llega al alcance de la vista la Casita Blanca y la Tuta; el viejo Matadero; los restos del Campo Cardenio; la planicie de barro seco rodeada de retamas del Campito Fortuna; el Tiro de Pichón; la Casa cuartel de la Guardia Civil; el Estadio Municipal; las cocheras, las tapias, los vagones de la Renfe... Todo aparece cuando al final de la bajada giras suavemente a la derecha saludando al cañaveral y a la verita abajo.
Y en ese momento, el suspiro, el hondo suspiro que desahoga una nostalagia de años y que antes más que suspiro fue pellizco en el alma. Algunos cometieron el error de llegar por la autopìsta. Esos no suspiraron. Porque el pellizco del dolor de Ayamonte está en ti, sólo en ti. Y también el suspiro, más hondo aun, del reencuentro.
Desde la verita abajo ya no llegan ruidos de trenes. La Tuta ha sido sabiamente rehabilitada. La Casita Blanca ya no es lo que era. El Matadero es ahora un comedero de oportunidades... te queda el viejo cañaveral, la verita abajo y las viejas casas de los Madera y de los García. Y el pellizco de los que se van. Y sobre todo, el suspiro, el hondo, sentido suspiro de los que regresan.
Nadie como tú, querida Cuesta de Morillas, sabe en Ayamonte de pellizcos y suspiros. En tu alma de alquitrán los guardas por cientos, quizás por miles.
32 comentarios
R.I.P. por I.U. -
R.I.P. por IU -
Relata el amigo Mayo que el Pajarito sólo come alpiste de su jaula. Y relata el señor Alcalde que todos sus concejales pierden dinero, incluso las incorporaciones extras: fray Blázquez y el Tránsuga puntero.
Yo soy enemigo de esa tontería que son los record, y el que más me fastidia es el Guinnes.
Pero puestos a admitir la realidad, ¿a qué esperan nuestros políticos locales para tratar de batir el record de la mentira política?. Sé que es difícil, pero por intentarlo...
Avanti claro -
Er Mayo -
No obstante... ¿no le parece que estos comentarios prosaicos están fuera de contexto en este blog en el que lo crematístico está (afortunadamente) tan poco presente?... Vamos a pasárnoslo bien que ya estoy jartito de aguantar al pajarito en persona como para tenerlo que aguantar también en el blog del Trini (jejeje... añado).
F.pargana -
Acido desoxirribonucleico -
Mediopensionista -
R.I.P. por IU
R.I.P. POR I.U. -
R.I.P. POR I.U. -
EL GUARDIAN DEL REGISTRO -
Er Mayo -
Amigo Pargana... en cuanto a lo del güisqui: no lo dice el artículo, lo dice el amigo Ayaba justo unas lineas más arriba de mi soneto. Un abrazo.
R.I.P. por IU -
F.pargana -
F.pargana -
F.pargana -
Eso me recuerda aquella frase de: Solo en medio de la multitud.
Esa es la peor soledad. Cierto es que cuando en la casa donde antaño vivimos y en muchos casos nacimos, ya no existe unos brazos que nos acojan entonces, ¿volver para qué? Es muy triste ese sentimiento de pérdida, de abandono, de falta. Pero la mejor medicina para ese mal, es no estar mucho tiempo ausente, volver a menudo y reencontrar amigos, charlar con algunos tomando un cafelito, pasar por calles que nos duele mirar ciertas fachadas ¡pero mirarlas de frente! Estas nuevas tecnologías nos ayudan a reencontrar amistades pérdidas, lo mejor amigo Ayaba, es: antes de acercarse por Ayamonte marcar los encuentros con antecedencia. ¡Digo Yo!
Si viene en Agosto tendre un gran placer en tomar varios cafelitos con usted.
Un Abrazo amigo Ayaba
Er Mayo -
sin afeite, artificio ni voluta
nos describe hoy Trini esa ruta
que es de ida o de vuelta: "Cuesta Morilla"
y a renglón seguido, su camarilla
larga sobre el matadero, la Tuta,
sobre el tren en el que se iba el recluta,
sobre el campito Fortuna y su arcilla...
Me cautiva del Trini y el resto
la evocadora minuciosidad,
con la que tan bien relatan todo esto
sin embargo, en honor a la verdad,
lo que más me cautiva, por supuesto,
es lo del "whiskaso" en "el Soledad"
Ayaba -
Ayamonte es muy bonito, tiene playa, estupendas fiestas, en el hemos nacido y vivido nuestra infancia y juventud, por eso nos da tanta alegría cuando se llega a la Cuesta Morilla, se nos ilumina el alma. Siempre que yo tenia vacaciones iba para allá con ilusión, hubo épocas que iba dos veces al año, todo tenia un fondo el hogar, si este ya no te espera hay dos opciones, te adapta o te haces comodón, llevo diez años haciendo el comodón, haber si un día se me quita la vagancia y boy para allá, a comer lengüita de gato y tomar Whisky en el Bar Soledad con los amigos F. Pargana, Guardián del registro, Rumardo III, Jesús el Kun, Er Mayo, Bardita y Torrija. También la Pichilica no se valla a enfadar.
Saludos
F. Pargana -
F. Pargana -
Ayaba -
Saludos
Ayaba -
El señor José además de portero, también probablemente se ocuparía de las fichas de los jugadores, pues tenía en su casa de recuerdo las fichas de los jugadores de aquellos tiempos de cuando era portero.
Los Sequeras ocupaban la esquina de la Granvia con Teniente Medina, la puerta del señor José estaba en Granvia y la de la hermana María Fernández Sequera daba a Teniente Medina, el hijo Pepeolo era del grupo de amigos.
Saludos
Ayaba -
Pichilita, en los primeros años venia en el sevillano y una vez en Sevilla, Damas en el Barranco hasta Huelva en la cochera antigua, allí Damas otra vez hasta Ayamonte entre una cosa y otra se echaba cerca de 28 horas de viaje. Años más tarde iba en excursión en autocar por carreteras comarcales, porque te montabas en el origen hasta el destino no había que hacer tantos cambios. Los autocares desaparecieron y los últimos años en el TALGO que no me enteraba del viaje, salía de noche, me acostaba en la litera y a las ocho estaba en Santa Justa, luego Damas claro esta.
De lo que si me acuerdo bien fue de la primera ida fui en tren, un jovencito inocentón, que no había salido nunca de guardián del Gurugú, a una ciudad tan grande, los años han pasado, sigo tan inocenton como siempre y he sobrevivido. Pronto podía volver, pero seria un turista nostálgico deambulando por las calles de Ayamonte, seria empezar de nuevo otra vez, un ejemplo como referencia seria el siguiente, en el blog todos los blogueros conocen al Ayaba, al Núñez que es quien escribe con el seudónimo, solo lo conocen dos, el Guardián del registro y Rumardo III.
Saludos
F. Pargana -
Cada hijo de esta tierra rumbó para su punto cardinal que el destino le trazó. Para levante, muchos siguieron, para poniente, algunos. Todos vertieron lágrimas, y aunque los hombres no lloran (como tú me decías papa cuando me caía) hay momentos difíciles y te ahogas si quieres ser ese hombre que no llora.
Los que se quedaron también sufrieron lo suyo. Los que marcharon de tren tenían la disculpa que de la ventanilla le había entrado una motita en el ojo, los que iban en Damas no tenían la misma sagacidad para disculparse, y los que cruzaban el rio a esos era fácil las lagrimas se confundían con los besos del Guadiana.
La Pichilica -
F. Pargana -
Ayaba -
Adiós hasta mañana, cambio y corto.
Ayaba -
Saludos Pichilica que descanses bien.
Silva Rodríguez -
Ayaba -
Trini se te ha olvidado si venias en Damas en el de la noche la alegría que daba ver la luz que iba girando del faro de Villareal.
Lo del Campo Cardenio no me suena, no me acuerdo.
Hoy voy a ser corto, he guardado la enciclopedia, me has tocado en lo más hondo de las entretelas.
Saludos
La Pichilica -
Rumardo III -
EL GUARDIAN DEL REGISTRO -