AYAMONTINOS INOLVIDABLES. Andrés Cal Porral,
Será por sus encantos, será por sus gentes, será por ese embrujo que le ha dado fama, lo cierto es que nuestro Ayamonte ha supuesto siempre un atractivo inevitable para muchos de los que circunstancialmente han estado una temporada con nosotros y han terminado quedándose para toda la vida, haciéndose ayamontinos en toda su condición, es decir, ayamontino pazguato y fino.
A través de un antiguo sistema de relaciones personales –el epistolar- nuestra querida paisana Ana Rodríguez Guerrero conoció al que terminaría siendo su esposo, un gallego de Betanzos llamado Andrés Cal Porral. Es sabido que los gallegos son maestros en integración dada su condición histórica de emigrantes, y ello a pesar de su insaparable morriña.
Desde el primer momento mi buen y recordado amigo Andrés, popularizado en nuestra ciudad, que fue la suya de acción y de corazón, como Andrés “el del Museo”, o “Andrés, el yerno de Enrique el Locero”, se integró en la sociedad ayamontina de una forma admirable. Y en aquella tabernita que fundó su suegro en la entonces calle Calvo Sotelo, hoy Hermana Amparo, denominada “el Museo”, sentó cátedra de ayamontinismo, de amabilidad, de educación, de eficiencia y, sobre todo, de simpatía. Gallego de cuna, ayamontino de adopción, paisano ejemplar.
Hasta que el infortunio lo dejó sin voz, participó con Ana en la coral polifónica. Y su tarea más importante a lo largo del día, además de las inherentes a su condición de esposo y padre, era la de saludar constantemente a todos los que con él se cruzaban, con la amabilidad, educación y sonrisa franca que le eran inherentes.
Hace unos días nos ha abandonado un gallego ejemplar, que sin dejar de serlo, vino a convertirse en un gran ayamontino, un ayamontino de los de verdad, pazguato y fino. Y que por ello se ha convertido en inolvidable. Un abrazo, amigo Andrés.
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Pablo Montero -
JOSE MIGUEL DUARTE -
MANOLO CRUZ -
jmrguezma -
Anónimo -
EL GUARDIAN DEL REGISTRO -