AYAMONTE, UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. El Solá, o la belleza inquebrantable.
Los nuevos magos, los del cemento y el ladrillo, camuflados con capa de encantadores, revestidos de luminarias a pilas, que ni siquiera se inmutan con el fulgor de un atardecer de llamas y rescoldos sobre una patena de aguas mansas, decidieron un día, previo acuerdo infuso y diabólico, echar paños infames de hormigón disfrazados de muros encalados sobre un barrio de tejados musgosos, de gatos domiciliados, de pana sudada, de bravas espigas, de olor a tahona añeja, de aguas frescas de manantiales urbanos, de torre y espadañas, de viejas escuelas, de vinos bebidos a tropezones, de brocales de pozo gastados por cuerdas en manos de rudas y bellas mujeres, de baldeos al atarceder, de un bravo pastor lusitano conviviendo con el apóstol de una secular amargura, de cuna de niños expósitos, de patios ajardinados de flores y de tertulias vecinales, de carreras de sacos y huevos, de ermita sin ertimaño, de saeteros de señas y madrugadas, de machín de copas y caballitas de ultramarinos...y se quedaron tan tranquilos, con las alforjas llenas y habiendo repartido parte del botín entre los consentidores del expolio.
Pero con los barrios añejos, con el paisaje urbano arraigado desde siglos en los corazones de quienes se acomodaron en su cuna, pasa algo así como con aquella planta del jardín ya medio olvidada, la que hemos dejado de regar e incluso de ver, y que un día la observamos por entre medio de pinchos y jaramagos; de hierbajos absorbentes; de caracoles vacíos; de hojarasca traída por los vientos; de alguna espina que el gato domiciliado dejó abandonada por jartura, esbelta, desafiante a los tiempos y a la infamia de los que la abandonaron y es más, pisotearon sin pìedad.
Cuando uno llega de vez en cuando a la plaza del Salvador, al viejo y entrañable Solá, no tiene más opción que aposentarse en uno de sus viejos poyetes y quedarse durante largo tiempo extasiado con la vista clavada en la pared lateral de la iglesia desde la que parece hablarnos con lenguaje de siglos y de historias locales la bellísima Puerta del Perdón. Después, ya puede uno marcharse con las alforjas llenas de nostalgias y embelesos.
Y es que, a pesar de los infames que tratan de destruirla para su provecho egoista, la belleza no tiene fecha de caducidad. Incluso cuando la destruyen del todo permanece en nuestras pupilas, en nuestros corazones, en nuestras añoranzas, inaprensibles a los depedradores.
33 comentarios
Mira el cacato miralo bien con la puntita del pie -
Saludos
Cadena perpétua... revisable. -
pedro pérez -
Los vecinos proponen pero quien autoriza es el ayuntamiento, por eso los vecinos son más responsables por haber votado a unos irresponsables que por proponer irresponsabilidades.
no tengo yo que agradecer personalmente a nadie nada a efectos políticos. No tengo chiringuitos en la playa, ni obras en las calles, ni primos ni sobrinos colocados a dedo en ningún sitio gracias al ayuntamiento, la concejalía le costó a mi madre dinero, ni estaba liberada ni tenía el salario del Catarro y se llevaba todo el día de un sitio en otro cubriendo los huecos de los que cobraban teniendose que comprar vestidos sin porsupuesto pasar la factura, oiga, es que también ha habido concejales honrados, pero desgraciadamente sólo se mantienen los vividores.
Salud
Cruz de los Caídos -
Acido desoxirribonucleico -
cadena perpetua -
Y las mayores barbaridades que se han cometido y consentido en la villa han sido perpetradas por sus propios vecinos destrozando fachadas, elevando las alturas de ciertas edificaciones y neutralizando el blanco de la cal por otros colores calzados de zócalos marmoreos y de otros materiales.
El ayuntamiento es responsable por permitirlo y los que viven en el barrio por ser catetos y no tener conciencia de la idiosincracia histórica del barrio y ver con pasotismo tal destrozo.
Villorro -
Para el paisano Ayaba, si me permites que nos tuteemos, gracias igualmente por tu demostrado cariño y memoria clara sobre los años lejanos vividos en este bello rincón de Andalucia.
En cuanto al familiar, he de decirte que no es la misma persona, por lo que, al menos, ya son dos los que han detectado personalmente la misma sensación al llegar al Consumo.
Los que estamos por aquí esperamos tus comentarios, siempre detallados y llenos de sentimientos.
Yo tambien he sabido lo que es volver al cabo de un año, por ello te comprendo mejor.
Saludos
pedro pérez -
Te felicito por lo bien escrito y por lo que de él ha trascendido. Desgraciadamente en épocas buenas se hacen cosas malas. La Villa, precisamente, ha sido durante muchos comicios electorales un granero de votos del partido en el poder, paradójicamente el mismo que ha permitido en su suelo algunas barbaridades urbanísticas que todos lamentamos. Así son las cosas, y son por algo.
Ayaba -
Aunque algunos me critiquen o no estén de acuerdo, me atrevo a decir que todos somos descendientes de Villorros pues el pueblo se formo en lo alto de la Villa y desde hay durante siglos ladera abajo se fueron haciendo casas y calles formándose La Ribera.
Que casualidad señor Villorro yo tambien tengo un familiar de la Villa que ha estado cuarenta años fuera y venia mejor dicho veníamos los veranos, si su familiar esta jubilado y vive en la calle Tras las Campanas estamos hablando del mismo.
Los que estamos fuera y venimos una vez al año lo notamos más que los que estáis siempre porque es una cosa cotidiana para vosotros, cuando venimos llegando y vemos en la carretera un cartel, Ayamonte 1 Kilómetro Portugal dos, entonces ya respiramos de otra manera, ya olemos a marismas, salitre, salmuera, al fresco aire de los campos de la Villa. Pasaban treinta días y había que volver por eso tú familiar señor Villorro lo notaba más.
Saludos
F. Pargana -
Muy bonito y muy sentido su escrito.
parador -
Villano -
No comentaré mucho.
Pónganse en la esquina de la grua y contemplen que ya no es lo que era.
Caminen por la Galdames. sin comentarios.
Adios infancia.
Villorro -
La Villa (no barrio alto ni barriada), por sus muchos años de historia y lo que representa para nuestro Ayamonte bien merece una atención como la tuya, ya que "algunos" les pasa desapercibida, como otras cosas importantes de la Ciudad.
Resulta curioso que todos los comentaristas parece que estaban esperando que alguien diera el primer paso para manifestarse sobre La Villa, cuando desde siglos y siglos la hemos tenido ahí, blanca, vieja y sabia, y yo añadiría que callada. Aunque tarde, me alegro.
De La Villa, hay que destacar sus gentes, las que se fueron, las que, ya mayores, aun están con nosotros y las nuevas generaciones, pues resulta extremadamente satisfatorio hablar con los mayores recordando tiempos pasados, sobre como era la vida y, sobre todo, la convivencia.
Todavía hoy, el espiritu de esta excelente convivencia se puede apreciar en una charla con muchos villorros y villorras, como por ejemplo con Arcadio en el Canto de la Villa, sobre temas agricolas, con Carmelo en la inigualable Calle San Sebastian a la sombra de la Ermita mirando a nuestro rio, sobre la saeta ayamontina, con María Rivero, de muchas cosas vividas en su Barrio, o con David en Tras las Campanas, vistiendo con flores las portadas de sus casas, y tantos otros, para recordar y añorar las relaciones de aquella gente en años pasados.
El Castillo fue derruido en una época que las piedras viejas y los trozos de marmol no habian sido valoradas como se merecía y el pueblo en general, y La Villa en particular, poco pudieron decir sobre ello, como tampoco pudieron dar su opinión con el rascacielos que mira a Portugal, pues eran tiempos de "modernidad" mal interpretada.
La emigración, tanto a otras regiones españolas como a otros paises, descapitalizó Ayamonte de varias generaciones, con el perjuicio correspondiente, en el que La Villa quedó muy afectada.
Algun comentarista culpa a los Villorros por no haberse opuesto a determinados desmanes, posiblemente algo mas se podía hab er hecho, pero para luchar contra el "enemigo" hay que tener alguna organización y fuerza y en aquellos años no había ni lo uno ni lo otro.
La Villa, por su población, historia y lo que representa para Ayamonte, desde hace muchos años ha debido tener una representación continua en nuestro Ayuntamiento para conocer y, en su caso, oponerse a determinadas actuaciones que, al no conocerse de primera mano en el momento oportuno, tiene información cuando todo está acordado y, a veces, ejecutado.
Esto es un problema que si hay que achacarle a La Villa, no a los mayores que bastante tienen con disminuir los dolores de sus huesos de tanto trabajo durante sus vidas, sino a las nuevas generaciones, mas preparadas, con menos obstaculos y con mas facilidades para poder acceder a donde haga falta y trabajar por Ayamonte, pero, sobre todo, por su Barrio.
Tengo un familiar que residió fuera de Ayamonte alrededor de 40 años, venía todos los veranos y decia "Cuando subo la cuesta de la Huerta Castillo y llego a la Rotonda del consumo ya respiro de otra manera".
Quizas en esta frase se encuentre lo que significa La Villa, pues pasear con el fresco de la mañana
o en las primeras horas de la noche por sus calles, con la mezcla del aire de sus campos mezclado con la brisa del río, rodeado de las viejas piedras de sus templos, haciendo una parada en el Solá para descansar, la vida resulta mas agradable y diferente.
F. Pargana -
Risas.
Sobre pagar cafés a los amigos...nada me hace más ilusión, porque me gusta la buena convivencia, por cierto, estoy esperando un amigo de Ayamonte que viene visitarme, le voy enseñar las cosas boas de Lisboa, incluso el estadio del Benfica, ¡por supuesto!
Ayaba -
Al Ayaba le podéis mandar por correo una coca autentica ayamontina.
Saludos
F. Pargana -
Rumardo III -
Ayaba -
Haber si el día treinta viene el Fernando Pargana a Ayamonte con unos cuantos quilos de café a invitaros que es su día os reunís a tomar el café y entre todos le buscáis el seudónimo a Jesús.
Saludos
KUN O (JESÚS DE LA CALLE DE LAS FLORES) -
Ahora ando mosca con mi apodo del kun.en breve pensare si cambiarlo y hacerle caso alamigo AYABA,y ponerme jesús el de la calle de las flores,estare en reflexion amigo y lo pensare.
F. Pargana -
Pero a mi ver, lo peor de todo es que no se alabe cuando las cosas nos gustan, apenas criticando lo que no nos agrada, los motivos cada uno se los guardará. De mi parte, no me creo cobista cuando elogio, porque eso sí soy sincero cuando lo hago. Excelente la poesía der Mayo, excelente el articulo del Timonero (al final, dos maestros).
Tengo dicho.
Trini Flores -
Guardián del Gurugú -
Saludos
Er Mayo -
a la espadaña y al pozo... a ese edén
viejo, viejo como Matusalén,
blanco y puro como virgen vestal
Pero creo, Trini, que si el personal
te alaba este artículo entre otros cien,
será porque si éste te salió bien
noventa y nueve te salieron mal.
Coincido en el análisis, no obstante,
de que tras tanto cemento y hormigón
siempre hay algún politiquillo mangante.
Disculpa, Trini, el toque de atención:
tu artículo me parece brillante...
pero es que soy una "mijita" mamón.
El Pilar -
La Villa te saluda.
Trini Flores -
Es de esperar que a mi amigo bloguero "el de siempre" también le haya gustado.
Fernando Pargana -
pena que tenga que ser el dolor.
Tras las campanas -
niño de la plazoleta -
F. Pargana -
que no me canso de alabar
¡y no es espanto mi llanto!
Al ver emporcar su manto
por quienes no la saben amar
que con disculpas mezquinas
poco a poco le sustraen la historia
¡fusiladlos! con tira chinas
a esas mentes...cretinas
que Chapuzeando,sevisten de gloria.
F. Pargana -
De uno a diez: nota veinte
Paracuellos del Jarama -
EL GUARDIAN DEL REGISTRO -
Ayaba -
Cuando se ha tratado en los artículos cosas de otros tiempos con fotos incluida siempre he intentado participar y contar cosas de mi infancia y juventud, unas veces con más acierto que otras, abusando también un poco de la generosidad del blog al soportar algunos largos comentarios.
Muchos son mis recuerdos de la Villa, que no contaría yo de la farola que se ve en la foto si fue mi primer caballito de juego -Como resbalaba el jodio- o la tarde en que rodaron una película en el pozo, aquellos niños que rodeaban al banderillero coger el agua, unos ya están jubilados y otros próximos.
En este mi comentario solo iba a poner que son los amigos de La Villa a los que les toca el honor de contar de explicar su Villa, y ya me he extendido, ánimos Uno de la Villa, Jesús de la calle las Flores y otros tantos os esperamos.
Saludos