SEMANA SANTA EN PLENITUD. MARTES SANTO: "ERRARE HUMANUM EST: PERSEVERARE DIABOLICUM".
En Ayamonte es muy propio utilizar la expresión “mi hermandad” cuando nos referimos a aquella a la que estamos afiliados. En mi caso ya saben ustedes cuál es la mía, la de toda la vida, la del Santintierro de Aquí Abajo, pero desde hace un tiempo a esta parte, no mucho, la Lanzada es “mi otra hermandad”. Bueno, tengo que aclarar que aun no he pagado ningún recibo de cuota, pero de eso le echan ustedes la culpa al dilecto secretario, sr. De la Rosa, que no me ha pasado a la firma la autorización bancaria.
La noche del Martes de Santo se presentó con buenos augurios, y explosionó de gozo y admiración cuando el paso de la Sagrada Lanzada ancló en plena Plazoleta –que lástima que en su día de construyeran esos bloques que nos sustraen la vista del Guadiana- desafiando todas las exigencias de la estética y el buen gusto. Y así navegó durante la estación de penitencia.
Cuando la Esperanza del Mar invadió la Plazoleta, mi admirado amigo Pedro Pérez Duarte –no confundir con Pedrito Pérez Massoni, que es el padre- parecía como si hubiese salido de un “jalabá” de cangrejos, es decir, iba echo un manojo de nervios. Alberto Vázquez me lo comentaba: con lo bien que lo hace, con el tiempo que lleva, con la seguridad que tiene, siempre va desquiciado de los nervios. Comentario cariñoso para dejar de manifiesto que la hermandad no va a tener en muchos años problemas para el navegar de la Esperanza. Que por cierto, hizo una subida de la Barranca de ensueño, no me llevé un cronómetro, pero que seguro que ni una décima de segundo diferenciaba los cadenciales pasos de los costaleros. La perfección estaba servida.
Dspués vino el pase por las abarrotadas escalinatas de las Angustias –quien lo hubiera pensado años atrás- y un año más, sendas chicotás de lujo. Lo que sucedió después ya no lo ví, excepto el pase por Tribuna ya en casa.
Esta es la actual hermandad de la Lanzada. Lejos quedaron aquellos tiempos del cachondeo, del hazmerreir, de penuria, de ser un simple relleno. Pero hasta aquí no se ha llegado facilmente. Primero ha habido que corregir errores pasados, y más aun, no repetirlos, y después programar con sentido común, seriedad y ponderación milimétrica, el futuro, que hoy se nos presenta ya con tintes de presente admirable.
Lo dicho, hay que perseverar en el buen camino iniciado, y por supuesto, no repetir los errores del pasado, porque “errare humanum est: perseverare diabolicum”. Ahí queó.
5 comentarios
Wrath -
EL GUARDIAN DEL REGISTRO -
Trini Flores -
Costalero -
Trini Flores -