AYAMONTE, UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. 30: LA ROTONDA DE LOS MIGUELITOS.
Antiguamente, cuando se entraba en Ayamonte, una vez dejado atrás el cuartel, el campo de fútbol, el paseíto, etc., desembocábamos a una curva y se presentaba ante nosotros el incomparable espectáculo de nuestra Avenida, que es su mejor nombre, sin adjetivaciones de ningún tipo, con los barcos atracados en el estero. A esa curva se le conocía por la Curva del Astillero, incluso añadiendo el patronímico “de Zamudio”, que era el propietario de dicho astillero.
Con el paso del tiempo, Ayamonte tuvo el acierto de homenajear a tres ilustres hijos, aquellos que participaron de forma tan directa en el descubrimiento de América: Juan de Zamora, Rodrigo de Xerez y González de Aguilar. Desde tiempo inmemorial se habían rotulado tres calles céntricas con sus nombres, que siguen siendo respetadas, menos mal que no ha ocurrido lo mismo que con el pobre Médico Rey García. Pero más adelante, el Ayuntamiento encargó un monumento que perpetuara más aun si cabe la memoria de los tres ilustres navegantes.
Pero pronto el referido monumento fue víctima del ingenio, del humor ayamontino, y en vez de nombrarse como monumento a los descubridores, recibieron el nombre de “los Miguelitos”. Ello se debió a una saga de industriales ayamontinos, entre los que se encontraba el que fuera alcalde famoso, Narciso Martín Navarro, que junto a sus hermanos Miguel e Ignacio eran los hijos de Miguel Martín Cordero, de ahí que los tres hermanos recibieran el cariñoso mote de los Miguelitos, aunque también fueron conocidos como “los Vituallas”.
Dado que el famoso monumento a los navegantes sufrió vaivenes y movimientos, traslados de sitios, etc., terminó siendo un punto de referencia, cual si de parte del callejero se tratase. Así, en el lugar donde fueron colocados siempre se le conoció como el de los Miguelitos, primero en los bajos de la Gran Vía, después en la rotonda de la avenida de la Playa y últimamente junto a la gasolinera que está en el lugar siempre recordado por los viejos ayamontinos como el de la curva del Astillero de Zamudio, ahora citado por las nuevas generaciones como la “Rotonda de los Miguelitos”, de ahí que hayamos tratado el tema dentro del apartado del particular callejero ayamontino.
2 comentarios
F. Pargana -
A veces pasamos por humillaciones que si tuviéramos un agujero en el suelo nos meteríamos en el, por la vergüenza de un acto cometido o dicho. Es lo que se pasó conmigo, ahora lo confieso como acto de penitencia. En la página web de Ayamonte y en el comentario: (Después es tarde). Tuve el infeliz comentario de decir que esa escultura de los tres ayamontinos era de los Hermanos Pinzón, Tremendo e imperdonable fallo, sobre todo si tenemos en cuenta que ese monumento estuvo casi en la puerta de mi primera escuela, El Gurugú. Y lo Peor, ¡es que nadie me contradijo! Simplemente ignoraron el comentario. Tal burrada a un ayamontino, era premiada con la indiferencia, no era para menos.
Mea culpa.
Ayaba -
Nos sentamos todos en el primer escalón de arriba y sin que nadie se lo propusiera recibimos una lección de historia al aire libre, tres paisanos nuestros en el año 1.492 habían acompañado al Almirante Cristóbal Colón en su expedición a descubrir América eran nuestros héroes y nos sentíamos orgullosos de ser ayamontinos.
Luego donde pusieron la estatua estuvo un hombre picando unas piedras poniéndolas bien cuadraditas varios meses, eran las piedras que cubrirían las parades donde iría la estatua, hasta que un día por las fiestas de las Angustias lo inauguraron.