AYAMONTE, UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. 28: LAS ESCALINATAS DE LAS ANGUSTIAS
Las subimos camino de la pila bautismal en brazos de nuestras madrinas; las subimos aquel día de la máxima ilusión para los niños, el de nuestra primera comunión; las subimos como jovencitos ilusionados que íbamos a confirmar nuestra incipiente fe; las subimos el día más ilusionante de nuestras vidas, el de nuestra boda; las subimos en múltiples ocasiones para, sentados en los escalones ver pasar las procesiones, para esperar a los novios, para esperar al ser querido en el día de su despedida; para jugar en ellas arrostrando todo el peligro a pesar de las voces de nuestras madres que nos alertaban del mismo; jugamos a veces de manera imprudente con las gruesas cadenas que las guardan; velamos a los caídos en esa cruz pétrea en cuya base en forma de troco de pirámide nos deslizábamos cual trampolín, y las subimos en múltiples, cientos, quizás miles de ocasiones, simplemente por el placer de subirlas y después bajarlas.
Fueron y son pasarela incomparable de autoridades, agentes, maceros, mujeres de peineta, de ofrenda septembrina de flores. Están ubicadas en la calle Angustias, pero para nosotros, los pazguatos y finos, una cosa es vernos en la calle Angustias y otra quedar citados en las escalinatas de las Angustias, que aunque los espacios son reducidos, no es lo mismo.
Es cierto que todo el paisaje urbano de una población pertenece a todos sus habitantes al menos en condición de poseedores y usuarios, pero las escalinatas de las Angustias lo son en Ayamonte desde nuestra más tierna edad, desde aquel día que nunca recordaremos, pero que nos recordarán todos, en que como antes decía, entrábamos a la iglesia en brazos de nuestra madrina para recibir el bautismo.
Las escalinatas de las Angustias es de esos lugares que los ayamontinos emigrantes, ausentes por las circunstancias que sean, mantenemos imborrables en nuestra retina.
6 comentarios
F. Pargana -
Amén. Las queridas escalinatas, que ya me había olvidado que así le llamábamos, gracias por recordarme cosas que fueron comunes en la vivencia de todos los críos de Ayamonte, parece que me estoy viendo en una película del pasado en todo lo comentado. Gracias
ana gomez -
KAUL -
Me ha gustado mucho el recordar cuando utilizaba la cruz de los caidos a modo de tobogán.
Jose -
Ayaba -
Por muchos años que pasen no se olvida nunca no es nostalgia se lleva en el alma toda la vida.
Kiski -
Enhorabuena, preciosa entrada que me ha hecho recordar muchas cosas vividas sobre esas escalinatas.
Un Saludo