AYAMONTE EN EL RECUERDO. La tienda casera de Carmen la Fogona.
Atendiendo la petición de la bloguera Lucía Roncero Cruz y de otros tantos, entre los que se encuentra el comunista raro de la Plaza de las Monjas, vamos a tratar, como ellos me dicen, "cosas antiguas de Ayamonte". Son jóvenes y tienen ansias de recordar pasajes de su niñez o que se les cuente cosas que ellos no conocieron. Pues vamos allá.
Voy a tratar hoy de una pequeña tienda que había en la calle Olivo 17, en el barrio del Peñón, poco más arriba de mi casa, frente a la balda. En dicha casa vivía un matrimonio compuesto por Francisco Garlito, pero conocido como Agapito el Cojo, y Carmen Garcés, conocida por Carmen la Fogona, hermana de un afamado oftalmólogo ayamontino, Ramón Garcés, radicado en Huelva capital.
En esos tiempos -años cuarenta y cincuenta- proliferaban las tiendas de comestibles y artículos varios, llamadas de desavío, que venían ubicadas en la propia casa del tendero o tendera. Ya verán la cantida de tiendas que citarán mis blogueros.
Carmen la Fogona vendía de todo, desde patatas hasta mariposas con sus pabilos para alumbrar santos y familiares perdidos. Carmen era analfabeta total, pero se las apañaba para apuntar el fiado. Así, utilizaba signos o dibujos: rayita pequeña, cinco céntimos; rayita grande, diez céntimos; en la gama de los reales y pesetas utilizabas pequeñas circunferencias, medianas o grandes según el valor de la moneda.
Estas tiendas tenían la ventaja de que se podía disponer de ellas todos los días y a todas horas, pues como decía antes, la tienda estaba en la propia casa de sus dueños.
Agapito, por su parte, era marinero, con mi padre trabajó muchas veces en el acostado "Duero", del "España", y en el invierno en el mechillón. Otra particularidad de la casa de Carmen es que tenía aparato de radio y allí iban las vecinas a oir Radio Costera. Qué tiempos.
25 comentarios
olvido -
las chozas de la cuesta s.diego -
Manuel Alvarez Villegas -
Saludos para todos.
Ayaba -
De tiendas de desabio diré la de la calle Marte la del señor Zacarías, de la calle Sevilla la tienda de la señora Sebastiana.
Saludos
Niña de los ojos negros no me mires así, que no conoces mi nombre ni cuál es mi país. -
Si comparas un alegre pasodoble, con canciones de cualquier otra nación verás que en el mundo entero, lo que vale lo español. -
El niño del Cabezo ErPihito desde que le dio por comer todas las mañanas ova de choco en el Costalero no escribe na, con todas las tiendas de desabio que había en el Cabezo, La Abundancia, el Perrola, anda niño deja las ovas un momento y escribe algunas.
Pasión gitana, sangre española el mundo es una caracola. -
El Torrija -
La bardita del salón -
Retama blanca -
Zapera verde -
Si cogemos allí mismo por la calle Peña nos podemos enterar que allí hubo una tienda de desavío la del señor Cojo del carbón que también vendía manteca y azúcar, llegamos a la callejita y allí mismo en la esquina vivía Anita del carbón que vendía algunas cosas de lo que yo me acuerdo de unos pirulines en forma de gallos de colores que hacia ella misma y estaban muy rico.
Mojarafina -
Uno de la Villa -
LUCÍA roncero -
Esury -
El bohemio tabernero -
No recuerdo esa tienda, pero si la de "Armando el portugués" que conocía mucho a mi abuela.
Andrés de las Heras -
Ayaba -
Saludos
Manuel Alvarez Villegas -
Estas eran las más cercanas a mi casa, pero en aquellos tiempos había muchísimas que hacían pasar la vida más agradable a la gente trabajadora.
Saludos para todos.
Rumardo III, -
Rumardo III, -
Ayaba -
Carmen la Dertete, cerca de la plaza de toros, una particularidad en este tiempo en el mostrador para refrescar las gaseosas que había de varios colores tenía las botellas dentro de un lebrillo con agua, también era carasteristico los terrones de azúcar, esta mujer también tenía un puesto en la plaza de abasto.
María Mateo, al empezar la calle Realidad a la derecha tenia su tienda de desavio, al tramo de la calle desde el principio hasta la calle del Carmen muchas gentes le llamaba calle de María Mateo, hoy la tienda tiene la puerta tapiada.
Saludos
OVNI no volador -
Manuel Celedonio Martín Ríos -
La recuerdo, como si fuera hoy, cuantas personas subian las escaleras, para decirle "Seña Angustias", me puede dejar fiado una pera chica de achicoria, otra de azucar o pastillitas, para darle el desayuno a mis ninos que todavia no han tomado nada. ¡que tiempos tan duros!.
Calle Los Perros, -