AYAMONTE EN EL RECUERDO. Sentarse a la puerta de la casa.
A las nuevas generaciones les puede parecer surrealista eso de sentarse en la puerta de la casa para ver pasar a la gente, para tomar el fresquito, para descansar, para criticar, para saludar a los vecinos y viandantes, en fin, para ver, a ciertas edades, como pasa el tiempo por delante nuestro, indiferente, inmisericorde. Pero fue costumbre muy extendida en nuestro Ayamonte, si no pregúntenle al amigo Vicente Delgado las horas y horas que pasaba su padre, el recordado carpintero de ribera, sentado a la puerta de su casa al inicio de la calle Galdames.
Pero en el caso de la foto que ilustra esta entrega, hay algo más que destacar: la incomensurable lección de ternura que nos transmite el amigo Manuel Lorenzo, el que lo mismo te certificaba un paquete postal que te arreglaba una persiana, siempre al socaire de una parsimonia aplastante.
El diccionario de la RAE nos define el sustantivo ternura como la "cualidad de la persona que muestra facilmente sus sentimientos, especialmente de afecto, dulzura y simpatía". Y todo eso y mucho más nos transmite esa estupenda fotografía, llena de luz, de contrastes, de plasticidad, de vida...
Quiero agradecer desde este blog al amigo Manolo el que nos haya regalado los sentidos con ese incomparable testimonio. En este mundo tan enrarecido por contiendas de todo tipo, una imagen así nos trae consuelo y paz.
Gracias, Manolo.
16 comentarios
Vicente -
Desconozco de quién era antes el astillero, pero intentaré enterarme. Un saludo.
Ayaba -
Saludos
ayamontina -
Gracias amigo Ayaba, lo mismo le deseo y a la vuelta nos podríamos tomar ese cafelito, le parece bien?
Saludos para todos.
ayamontina -
Ayaba -
Ayaba -
Pero estar en la calle no era solo cosa del verano en otoño e invierno algunas veces se tomaba el solito en la puerta de la calle jugando a la lotería y comiendo piñones si pasaba en vendedor ambulante con su burrito y su medida de madera.
Más tarde al sol puesto las charlas alrededor de las candelas se hacían las copas con recortes de madera cuando una copa iba aflojando nos poníamos en otra ósea que siempre había convivencia de vecino en la calle y dentro de las casas.
En estos tiempos modernos todo ha cambiado en la calle Marte distintas fachadas en las casas puertas cerradas y sea la hora que sea no se ve nadie en la calle son los tiempos que corren
Ayaba -
Saludos
Trini Flores -
Vicente, me vas a permitir una aclaración: creo que antes de Aurelio y tu padre, mi viejo amigo Vicente, ¿no era el astillero de do Carmo?. Aclara la evolución, por favor.
ayamontina -
Gracias por aclararme lo del astillero Vicente, no lo sabía.Tu sabes que siempre se le ha conocido por el astillero de Aurèlio, me alegra poder saludarte aunque sea por el blog porque hace muchos años que no te veo al igual que antes tus hermanas Ana y Paqui, a Carmen me la encuentro siempre que voy.
Saludos y hasta pronto.
Vicente -
Mucha gente piensa que el astillero era de Aurelio López, pero el astillero era de éste y de mi padre desde 1969. Eran socios.
Un saludo a todos
Vicente -
En la puesta de mi casa nos sentábamos mis padres, mis hermanas, mi abuelo y charlábamos con los vecinos, con Emilia, con Paco, con María Lóciga y Juan de la Serrana hasta altas horas.
Recuerdo con cariño las noches en que Juanillo, el hijo de María Lóciga, sacaba el radio cassette y ponía una cinta de chistes de Arévalo para que nos riéramos todos los vecinos.
Lo recuerdo con mucha nostalgia.
Ayaba -
Saludos
ayamontina -
En la actualidad son muchos los vecinos que se sientan a tomar el fresco en San Francisco, yo particularmente practico cada vez que puedo y lo disfruto con mi madre y vecinas, antes por la barranca también se sentaban y cuando pasábamos después de dar las buenas noches siempre la misma pregunta...y tu de quién eres?.
No he comprado un pay pay sino dos abanicos , uno para cada mano que para eso soy ambidiestra, y además son más españoles.
Saluditos! !!
Manuel Lorenzo -
Retama blanca -
El Torrija -