PASARELA RIBERA. Los felones.
No hay ninguna obra humana perfecta. Ni la habrá, aunque algunos se empeñen en lo contrario, sobre todo si son protagonistas o interesados. La Semana Santa, el mundo de las cofradías, como cualquier otro, está compuesto de vicios y virtudes; ponderación y despropósitos; gente honrada y gente canalla; cofrades ante los que tenemos que quitarnos el sombrero, y otros que nos invitan al vómito; gente seria y pamplinas; gente sacrificada y vividores; fieles hasta la muerte y felones a la primera de cambio; gente que va a servir y otros que van a servirse. Así es, por mucho que ciertos individuos se empeñen en lo contrario y ataquen despiadadamente a quienes, desde la objetividad, desde el análisis serio, desde la investigación objetiva, ponderan lo que ven y escriben sobre lo bueno pero también sobre lo malo.
Puede que quien escribe este artículo haya practicado mas vicios que virtudes. Pero nunca ha practicado la felonía, la traición y mucho menos se ha servido de la Semana Santa para la promoción personal. Me tilda alguno de falso, y un amiguete (a lo mejor es él mismo con distinto seudónimo, de escritor “barato”). Seguramente todos los escritores “baratos” suelen tener como costumbre, en orden al terreno del que hablamos, la Semana Santa cofradiera, de escribir decenas de artículos para el álbum desde hace más de cuarenta años; para Gaceta de Ayamonte hasta el final de su existencia; pronunciar cuatro pregones –me siguen llamando buscapregones-; de escribir un libro sobre nuestra Semana Santa, y de escribir otros cinco con la sola finalidad de acrecentar el patrimonio de tres de nuestras hermandades o remediar una situación económica delicada. Y todo ello, no barato, sino gratuito, altruista.
Otros andan por ahí que han entrado en las hermandades con una mano por el suelo, otra por el cielo y la boca abierta. Han fingido desde el principio fidelidad, entrega, dedicación pura y simple. Pero no era así, y pronto fueron descubiertos por agarrar todo con las dos manos y tragarse todo lo que estaba a la altura de la boca. No se han conformado con ser capataz de un paso, o mayordomo, por ejemplo, ambicionan mucho más. Hasta que fueron expulsados. Y entonces, aquella falsa fidelidad se convirtió en felonía y rebuscaron en el seno de otras hermandades para repetir la misma historia a la par que hablaban mentiras y pestes de la anterior. Puros fantasmas.
Pero para ellos la Semana Santa, o mejor dicho, “su” Semana Santa, es perfecta: devoción, sacrificio, desinterés, entrega. Y sobre todo, por encima de todo, “Pasarela Ribera” por donde pasear sus ambiciones y sus felonías, son el desperdicio de un bello espectáculo, como esa basura que va dejando atrás la cabalgata de Reyes o la del carnaval. Pero se confortan atacando desde el anonimato –cobarde per se-, a los que, sin dejar de reconocer y alabar virtudes, condenan sin ambagues vicios, que también los hay. Este blog seguirá hablando de nuestra Semana Santa sin miedos, con objetividad, pese a quien pese. Y lo mismo que ensalcé la labor encomiable del Soldadito, los Albertos o el Ultimo mohicano, sacaré los colores de la poca vergüenza a los que siempre se han aprovechado del mundo cofrade para colmar sus ambiciones.
Aunque siempre lo hemos creído así, Julio César nunca fue emperador, ni Roma logró vencer a Viriato. Al primero lo traicionaron dos senadores en un principio cómplices de sus pretensiones de convertirse en dictador perpetuo; al segundo, sus hombres de su confianza, dos emisarios a los que compró el Imperio para que le dieran muerte en su tienda. Y en ambos casos, cuando los traidores corrieron a por su recompensa, oyeron aquello de “Roma no paga a los traidores”. Hemos heredado mucho de la historia de Roma: el Derecho, la Arquitectura, sobre todo. Pero nuestras hermandades no han tomado nota de cómo Roma castigaba a los felones, a los traidores, y algunas de ellas siguen albergano en su seno a estos individuos. Confían en ellos y al final tienen que soportar que saquen a relucir trapos sucios cuando no han podido salirse con la suya
El mundo del felón es tan amplio como el de sus ambiciones. Y el mundo de las cofradías no iba a ser ajeno al fenómeno, como no lo es al mundo de la fidelidad, de la franqueza, de la pureza de corazón, como veremos en el siguiente capítulo de “Pasarela Ribera”.
A estos individuos del anonimato cobarde sólo me queda decirles lo que Miguel de Cervantes a Avellaneda: castíguele su pecado, con su pan se lo coma y allá de lo halle.
17 comentarios
Ayaba -
Hay un gran capillita de los pringaos pero bueno que sabe mucho de nuestra Semana Grande pero tampoco escribe, presume de ser artista de la Pasarela Ribera y no sabe que el Ayaba fue artista de la Pasarela Ribera durante varios años antes que el amigo EL KUN y sin ser pringao.
El amigo Guardián del registro que he leído que es doctorado en estos temas tampoco se prodiga mucho, iría ayer a Jerez de la Frontera con el triduo y ahora estará durmiendo.
Saludos
Pierrot -
El Paye con la pipa -
Yo también quiero un traje reversible: por un lado para codearme con mayitos y por el otro...
Er Mayo -
Sevillanito -
Estero de la Ribera -
a cambiarse de disfraz.
Cirineo -
F. Pargana -
Pringaillo -
Saludos para todos.
....hijklmn -
F. Pargana -
Pues bueno, saludos retribuidos amigo Pringaillo, jejejeje Apenas decir que, hay palabras que utilizáis que sinceramente no sé lo que quieren decir, unas vienen en el diccionario y otras por mucho que las busque nada.
En este caso como la palabra capillita viene acompañada con la de amigo supongo que será buena jejejejejeje ¡y si no lo mismo da! Esta viene en el diccionario capillita = ermita, oratório, jajajajajaj la verdad es que no se en que este adjetivo me va, pero bueno
Un abrazo a todos.
Pringaillo -
Saludos al amigo F. Pargana como no es capillita se asombra.
Saludos para todos
Abcdefeg.... -
Trinidad Flores Cruz -
El Torrija -
Trini Flores -
En cuanto a lo de decir nombres, te contesto desde un punto de vista que se suele denominar como deformación profesional: el médico ve peligro de enfermedad en casi todo; el arquitecto ve grietas inexistentes...y los abogados vemos querellas y delitos por todas partes. Si yo digo que alguien en particular es un felón se puede querellar y ganar la querella, pues aunque ,lo sea, sigue siendo una injuria pues no opera lo que se llama exceptio veritates, es decir, aunque sea verdad, y no quiero darle ese gustazo a nadie, de ahí que a los nobles, a los auténticos los cite con sus nombres o dando claras pistas, y a los despreciables no, sobre todo porque no hace falta al ser sobradamente conocidos. De todas formas, si alguno de ellos se identifica yo le diría por qué es un felón o un pamplinas, pero no lo hará por la cuenta que le tiene. Este mismo año, llegado uno de los días más señalados de nuestra Semana Santa, más de uno que jamás ha querido saber nada más que con sus cosas, estarán presente, y lo que siempre han criticado ahora les ofrece la oportunidad de ser protagonista. El que tenga oídos para oir...
Manuel Alejandro Calderón Fábregas -
Pero echo en falta algo, que digas nombres. Cuando alabas, lo dices con "todas" las letras, pero cuando atacas, escondes un poco la mano.
A veces, he echado en falta un poco de crítica (los artículos de la Semana Santa pasada son un ejemplo) y cuando vemos esa crítica la haces sin nombrar, la haces muy generalizada.
La verdad que hay muchos felones. Los hay, los hubo y los habrá. Eso está dentro del adn cofrade. Pero da la casualidad, que dentro de esos felones hay muchas personas que han pasado de una hermandad a otra siendo mayordomo o capataz, como tú bien has dicho, y en la otra ha hecho más bien que mal.
¿Esas personas no son puros de corazón? ¿Esas personas son el "desperdicio de un bello espectáculo" (gran término para designar la Semana Santa, sí señor)?
Por lo dicho, creo que para que el artículo sea de 10 y no sólo de sobresaliente necesita quitar la careta.
Un saludo
P.D.: Como ves, a partir de ahora siempre tendré que poner mi nombre y apellidos o a lo sumo dejar de opinar, ya que algún que otro amargado un tanto aburrido, cree que la única forma de entretenerse y que alguien (quisiera saber quien) le ria las gracias es suplantando la identidad.