LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. 71: LA ALCANCÍA
Quiero aclarar desde el primer momento que el sustantivo alcancía no es autóctono, es decir, no se trata de una palabra creada al uso por los ayamontinos, se trata de un vocablo castellano muy antiguo, de preciosa fonética que con el tiempo fue usurpado su uso por el menos expresivo y malsonante de hucha. Los sudamericanos, que tanto y bien cuidan del Castellano, siguen llamando alcancía al cepillo destinado a recoger limosnas y donativos. Y los ayamontinos de buen gusto en el hablar seguimos diciendo alcancía, de ahí que estudiemos el vocablo dentro de nuestra peculiar forma de hablar.
La alcancía siempre fue un utensilio propio de la niñez: se ajuntaba pa las Pascuas, pa las Angustias, pa un cumpleaños, etc.; era generalmente de barro con una rajita para introducir las monedas, no tenía candado y llegado el momento de abrirla para invertir el dinero en la finalidad establecida al inicio del ahorro no quedaba otro remedio que romperla, aunque algunas veces se recurría a la habilidad de introducir un cuchillo por la ranura para ir dirigiendo la moneda hasta ella y volcarla para que cayera. Pero, aparte la habilidad, lo verdaderamente emocionante era romperla y ver como las monedas ahorradas se esparramaban ante nosotros.
Seguramente fue la figura del cerdito la que se llevara la palma en lo que a estructura de alcancía se refiere, no sé por qué. Pero los tiempos cambiaron y del barro se pasó a la hojalata y al candadito, con lo cual se rompió de una vez por todas el carácter romántico de la alcancía, y ya empezamos a llamarla hucha.
Así y todo, sigue siendo el utensilio preferido de los niños para sus ahorros, y te la pasan por delante de tus narices con sonrisa inocente para que cojas el monedero y te espabiles, sobre todo los abuelos, que somos las verdaderas víctimas de este ancestral acoso, aunque a fuer de sinceros hemos de reconocer que mucho antes fuimos nosotros los acosadores.
La niña de la foto fue con sus padres a Villarreal y de camino le compraron una alcancía, aunque la pobre mía dirá hucha, qué le vamos a hacer, y a sus dos años y medio ya salta con eso de que “es pa ajuntar pa las Angustias pa los cacharritos”. Todavía no llega a tanto, pero estoy seguro de que para el año que viene, cuando sobrepase de largo los tres años ya nos avisará de que “no se admiten monedas chicas”. En fin, pilarín, a ver qué tenemos en el monedero porque está a punto de llegar.
5 comentarios
Luis Miguel -
Raúl Vela Aguilera -
1.- Pinfano. Cuando era pequeño, tocaba el tambor en la banda "chica"; otros tocaban otros instrumentos, uno de ellos el "pinfano"; con el tiempo he descubierto que la gente lo llama xilófono, y a mi mujer, que es moguereña, le da mucho coraje que le diga a mis hijos si quieren tocar el "pinfano".
2.- Poner la plancheta=poner la zancadilla. Expresión colegial.
3.- Dejarse domir=quedarse dormido. Cuando uno llegaba tarde a clase, ponia la excusa de que se habia dejado dormir (a los forasteros esta expresión les suena extraño, y piensan que es erronea corrigiendo, ¿querrás decir que te has quedado dormido?, eso si, que me he dejado dormir, jejeje).
Un saludo
Padre Juan Junior -
Copérnico -
Trini Flores -