MOJARREANDO. 63: CURIOSA PUBLICIDAD
He leído algunas cosas, muy pocas, sobre los orígenes de la publicidad. La más fiable a mi entender refiere el hecho de que un empleado de un periódico pegó en una columna, más bien por rutina, es decir, sin buscar concretamente una finalidad, parte de una página que no se iba a imprimir. En ese trozo de página se hablaba de un determinado producto que al final fue más conocido por el anuncio de la columna que por la noticia en sí del periódico. Ello hizo que los industriales y comerciantes decidieran anunciarse, además de en el periódico, en el paisaje urbano, aprovechando columnas de alpendes y fachadas en general. Después vendrían los rótulos, los luminosos, en fin, lo que todos sabemos. Yo estuve una corta temporada en la bella ciudad de Alcalá de Henares participando en un curso en la Escuela Nacional de Administración Pública ubicada en la antigua Universidad, y en dicha ciudad castellana, en la que abundan los alpendes, pude ver como en sus columnas de anunciaban, nada menos que las necrológicas, los enterramientos y las misas.
Posteriormente, la publicidad se ha convertido en todo un arte del diseño, de la filmografía, de la cibernética. Y nos invade de manera inmisericorde. Ver una película en televisión supone cerca del doble de la duración en sí de la película.
Pero alguien dijo que la historia siempre se repite, es decir, que los procesos involutivos están a la orden del día, y a la vista de la fotografía que publicamos todo hace pensar que es así.
Un ayamontino ha aprovechado la fachada de su casa para anunciar sus dedicaciones profesionales: albañilería, pintura, fontanería. No es mala idea si nó fuera por lo cutre que resulta tal anuncio, podía haberlo hecho con algo de mejor gusto, aunque pensándolo bien así es como llama la atención de los transeúntes, y caramba, en eso precisamente consiste la publicidad, en llamar la atención, así que nuestra felicitación al ingenioso anunciante.
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EL KUN -
Ayaba -
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