AYAMONTINOS INOLVIDABLES. 12: JOSÉ RAMIRO FRIGOLET GONZÁLEZ (PEPE RAMIRO)
Cuántas cosas me enseñó relativo al buen funcionamiento de una hermandad, acumulaba una gran experiencia adquirida a base de trabajar desde abajo; nunca se creyó importante pero era eficiente como el que más. Creo que no tenía estudios superiores, pero estaba en posesión de una muy buena erudición y su formación humana, social y religiosa era de nota. Ayamontino de partida de nacimiento y de vivencia, de entrega a todo y a todos: la Milagrosa, su hermandad, que es la mía, del Mayor Dolor, el Ayuntamiento. Escribo esta semblanza señalando a una persona con cuya amistad me honré y al que sigo teniendo como tal a pesar de que nos dejó hace años de manera prematura: José Ramiro Frigolet González, Pepe Ramiro para entendernos.
Cuando nos hicimos cargo de la hermandad de Nuestra Señora de las Angustias allá a finales de los sesenta, Pepe Ramiro fue solicitado para ejercer el cargo de tesorero, aprovechando sus más que acreditados conocimientos contables, primero en la fábrica de salazones de la familia Chalet y después en el banco Central. Su primo Ernesto Frigolet Marchena ostentaba entonces el cargo de mayordomo y el doctor González Mayboll el de hermano mayor, pero como se suele decir en roman paladino, quien cortaba el bacalao a la hora de la verdad, de la organización de la procesión, de los cultos, era Pepe Ramiro, al fin y al cabo los demás no hacíamos otra cosa que aprender de él. Sin embargo, como todas las personas humildes y serviciales, era reacio a llevar vara alguna. Todo un ejemplo.
A pesar de su condición cofrade, y como suele ocurrir en Ayamonte gracias a Dios, también era un gran carnavalero, de los de disfraz y calle, como debe ser. Y aun tuvo tiempo para ser durante un breve periodo de tiempo nuestro Alcalde, eventual, pero al fin y al cabo Alcalde.
Fue hombre querido por todos, no sé de nadie que no le apreciara; sus contemporáneos congregantes de la Medalla Milagrosa lo lloraron amargamente y Ayamonte perdió un hijo, un magnífico hijo, cuando todavía le quedaban muchas cosas por hacer. Pero ha dejado buenos frutos, sus tres hijos: la semilla sembrada dio excelente resultado. Me alegro.
Ya sabes, Pepe Ramiro, aquí todos te recordamos y echamos de menos. Y gracias por todo lo que me enseñaste, nunca lo olvidaré.
4 comentarios
Agustín -
y bueno... creo que parte de ese cariño por las cosas de nuestro pueblo es parte de la herencia que nos dejó.
Un Saludo, Agustín Frigolet
Anónimo I -
Anónimo -
Rumardo III -