TONTOS DE CAPIRUCHO. Adiós, Semana Santa, adiós. Anecdotario desenfadado. 6: El antipamplina
Muchos piensan que mojarrear equivale a hablar mal de las cosas, de las gentes, critiqueo puro y duro, criticar por criticar. Y no es así. También existe el mojarreo del bueno, el constructivo, y el de hoy es uno de ellos.
Verán ustedes, que la Semana Santa está repleta de pamplinas es obvio, de pijas, de “acoplaos”, de acomodados, de gente que vive del espectáculo porque saben que este trasciende. Si hombre, dice uno para identificar al alguien, es un muchacho que “es mucho de la Semana Santa”.
Para ser mucho de la Semana Santa se puede ser de dos formas, o vía pamplina o vía seriedad, entrega absoluta, silencio, discreción, trabajo, de espaldas a la galería.
Todos conocemos el pasaje bíblico de Sodoma y Gomorra: Señor, ¿y si hubiera un solo justo?. Si hubiera un solo justo no las destruiría, oráculo del Señor. Si un día el Señor tratara de destruir la Semana Santa –la cofradiera se entiende- por estar profanada por pamplinas, vividores, interesados, pícaros de monipodio y otras especies, y alguien le dijera aquello de “Señor, y si hubiera un solo cofrade de los de verdad…”, el oráculo sería: “pues no la destruiría”.
El prefijo “anti” hay que citarlo, tratarlo, con mucho cuidado, porque aunque sólo quiere decir contrario, a veces invita a un enfrentamiento visceral: para ser bético, por ejemplo, es condición sine qua nom ser antisevillista o al revés.
Para ser antipamplina no es menester ser violento ni buscar el enfrentamiento, simplemente hay que revestirse se naturalidad, se autenticidad, como el costalero de la foto, que sale del paso, permanece junto a él sin darse garbeos para el lucimiento, e incluso se cubre el “morrillo” para que no se vea la huella del esfuerzo.
La sodoma y gomorra semanasantera no corre peligro. Al menos nos queda un justo. Enhorabuena, joven amigo, enhorabuena, Ernesto. Creciste como cofrade en buena tierra.
3 comentarios
Villorro -
Mientras haya jovenes como el de la fotografia, que los hay, podemos estar tranquilos que la Semana Santa ayamontina tiene el futuro asegurado.
A ellos, hay que animarlos, dandoles resposanbilidad, comprensión y apoyo, dejando que se equivoquen, como todos nos hemos equivocado alguna vez, para que vayan adquiriendo la madurez deseada.
Mientras, buena estación de penitencia por muchos años para todos y adelante con los faroles.
aaayyyy -
Doblete -