TONTOS DE CAPIRUCHO. Cuaresma avanti claro. El pOgrama. 25: El Pregón
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
çatorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
más si me veo en el primer tercero
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad sin son catorce, y está hecho.
Uno de nuestros escritores clásicos, unos dicen que Quevedo, otros que Lope, que más da, nos explica qué es un soneto al tiempo que de forma magistral lo va componiendo.
Algo así ha sucedido esta mañana de Señas en el teatro Cardenio cuando mi amigo, colega y admirado José María Mayo ha pronunciado el pregón, o mejor, como él dejó sentado, un pregón de nuestra Semana Santa.
Mientras nos explicaba lo que es un pregón, lo ha ido construyendo de forma magistral, como Quevedo con el soneto. Ya era hora de que alguien fuera congruente y llevara la compatibilidad semántica y a la vez práctica, entre lo que llamamos teoría y lo que llamamos práctica.
Y es que un pregón es lo que es, no lo que uno quiere, se empeñe, que sea. En la vida hay muchas cosas que nacen ya regladas, y un pregón es una de ellas, así que no podemos andarnos por las ramas de la originalidad mal entendida con la irrisoria pretensión de sentar cátedra o pasar a los anales.
Un pregón, en este caso de Semana Santa, tiene que contar necesariamente de tres ingredientes: exaltación del acontecimiento que se pregona, invitación a los que lo oyen a participar en ese acontecimiento, y todo ello dicho desde un profundo conocimiento y convencimiento de lo que se dice, un convencimiento que en todo caso ha de ser testimonial.
José María Mayo ha cumplido fielmente con el guion. No pasará a la historia por su originalidad, pero lo hará por su ortodoxia, que es lo importante, y sobre todo cuando la ortodoxia, convertida en cátedra cofrade lo hace desde la mejor de las perspectivas posible: la visión, la vivencia incomparable del alma de un niño.
Enhorabuena, amigo Mayo. Pero como eres un cachondo como yo, no vamos a terminar esta pretendida crónica así de serios, así de tiesos. Así que voy a decirte una cosa: lo que no me ha gustado del pregón, en este caso, de su entorno, es esa especie de capilla ardiente que colocaron a tu izquierda, esos dos ciriales por banda que recordaban la famosa canción del pirata y que seguramente tú te sabes de memoria: con diez cañones por barba, viento en popa toda vela…
Un abrazo a tus padres, que habrán pasado uno de los días más felices de su vida. Se lo merecen, que para eso son padres, que coño.
5 comentarios
José María Mayo -
Muchos ayamontinos que han hecho muchas más cosas y de más mérito que yo por nuestra ciudad (y son legión) no han recibido premio parejo y, por razón del agravio comparativo, me siento en deuda con todos ellos.
No obstante no haber sido objeto de mojarreo en el que tanto nos gusta regodearnos a los ayamontinos, le quiero decir a mi admiradísimo Trini "el Largo" que me siento preparado para recibir algún "rapaporvo" por su parte y alguna puyita suya con ese arte que el tiene... Querido Trini: hasta que no me dediques un mojarreo "güeno" de los tuyos mi felicidad no será completa, pues hasta que ese feliz momento llegue no sentiré plenamente que ya formo parte de ese Olimpo ayamontino que ha tenido el privilegio de ser "vestío de limpio". Perdona que sea tan pretencioso, pero uno coloca el nivel de sus ambiciones dónde le da la gana. Gracias, Trini; te quiero, tío.
José María Mayo
Comandante -
Por poner una pega, como todo buen ayamontino, comentar que no me gustó nada el hecho de tener que esperar a que terminara de sonar en la sala la grabación de una marcha que, no dejando de ser su elección de muy buen gusto, resultó un poco soso y aburrido al no tratarse de una interpretación en directo.
Agradecerle publicamente la larga charla que mantuvimos tras el pregón y el almuerzo, en la que mostró el gran cariño que le tenia al texto.
locar -
Calixto -
ESPECIE -