ICONOGRAFÍA DE LA SEMANA SANTA DE AYAMONTE. La Virgen bajo palio. 8: Virgen de la Soledad
Longinos acaba de retirar la pica del costado de Jesús, y comprobada la muerte, vuelve a la Torre Antonia para dar cuenta del suceso al procurador.
Ha terminado el espectáculo. Los apóstoles, dispersados desde horas antes, dejan sola a María al pie de la cruz, junto a dos fieles mujeres y al joven apóstol Juan. Entretanto, José de Arimatea gestiona ante Pilato la entrega del cuerpo para ser sepultado de forma individual.
Ha pasado ya la madre por el dolor, por la amargura; ha pedido socorro, y ahora le queda digerir su inmensa pena de la forma más terrible: en soledad.
La Virgen de la Soledad –la Señorita de Ayamonte-, pasea su luto y dolor la noche del Viernes Santo por el sendero que en palabras de Rodríguez Buzón, Ayamonte va cantando a veces y otras camina en silencio, sendero en el que divide su pan y parte a mitad su cielo, y que la Soledad cierra con tu triste desconsuelo.
Sin variar un ápice su cadencioso ritmo, los costaleros la llevan en suspiros. Siempre despidió Ayamonte su Semana Santa en la madrugada del Sábado Santo a las puertas de San Francisco, y así sigue siendo, porque el domingo siguiente ya es tiempo de Gloria.
Despedir a la Virgen de la Soledad en la ya fría madrugada sabatina ha sido y será siempre motivo de profunda nostalgia.
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jesus -