TONTOS DE CAPIRUCHO. Cuaresma avanti claro. El pOgrama. 19: La cangrejá

A veces resulta patético, yo diría que odioso, ver como una fiesta tan importante como nuestra Semana Santa acuñe sus momentos álgidos en situaciones esperpénticas, nada de acuerdo con lo que se rememora.

Desde hace ya bastante tiempo, aquel orden que distinguía el desfile de nuestros pasos se ha venido deteriorando por mor de unas nuevas costumbres, unos nuevos usos que no sé a cuenta de qué vienen. Entre ellos, la denominada cangrejá se lleva la palma.

Los capataces se quejan porque dicen que no les dejan trabajar como es debido, pero visto lo visto, los aplausos de la multitud y las lágrimas de algunos de ellos, no creo que les siente tan mal. Las procesiones que pertenecen a la feligresía de las Angustias quedan definitivamente rotas al llegar a la calle San Diego, todos esperan a las puertas de la Goleta, en la calle Cervantes para coger sitio delante de los pasos y llegar andando de espaldas hasta la misma puerta del templo. Lo mismo en calle Felipe Hidalgo con la hermandad del Lunes Santo. Las de la Villa son harina de otro costal, quizás la enorme amplitud de la Plazoleta haga que no tenga mucho sentido la cangrejá masiva, aunque también se da en menor medida; y la recogida del Jueves ya sabemos que no es multitudinaria porque la mayoría del personal están en Galdames pendiente de la salida de Padre Jesús.

No sé qué remedio puede tener esta práctica, desde luego a corto plazo, ninguno. Es cosa que por ahora no se puede impedir, como diría un castizo, ni por lo civil ni por lo militar, quizás el paso del tiempo haga recapacitar a las nuevas generaciones y el buen orden procesional vuelva a campar por sus respetos.

 

2 comentarios

[Artengo - 23 de marzo de 2009 - 13:23]

Es mucho más facil:

cangrejá hay cuando hay cangrejos y no habria cagrejá si no hubiera cangrejos, ya sean civiles militares, castrentes, religiosos o mojarrones.

[pedro perez - 23 de marzo de 2009 - 12:31]

Estimado Trini: como tu conoces, el asunto de la cangrejá ocurre en nuestro pueblo fundamentalmente por dos circunstancias, a saber: "una civil y otra militar". La civil es la constante y omnipresente tendencia del ayamontino a colocarse junto a los pasos por la influencia de nuestra más particular manifestación semanasantera, es decir, la forma de procesionar la madrugada ayamontina, consustancial a nuestra idiosincracia, y la segunda, la militar, es por la falta de autoridad uniformada en nuestros cortejos que eviten esa aglomeración masiva de personas en un mismo lugar y para una misma cosa, tal como ocurre en otros lugares como capitales de provincia, que igual hay hasta menos presencia de personas en algunas de sus procesiones.
La solución pasa, entiendo, primero por aplicar la militar, que sería más rápida y con el tiempo y la educación la civil, aunque veo complicada ambas, pero seguiremos en el empeño. saludos