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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

TONTOS DE CAPIRUCHO. Cuaresma avanti claro. 3: Los pijas

TONTOS  DE CAPIRUCHO. Cuaresma avanti claro. 3: Los pijas

En mis tiempos de joven, que ya ha llovido, a los chavales a los que gustaban maquear presumiendo de pertenecer a una clase social económicamente acomodada, les llamábamos, y no me pregunten por qué porque no lo sé, como “niños güilis”.

Con el paso del tiempo la expresión se fue perdiendo –aunque yo la recordaré en este blog en el apartado de la  peculiar forma de hablar de los ayamontinos- y dio paso a la que resulta general por venir en el diccionario: pijo.

Aunque pija es el femenino de pijo, cuando nos referimos a este personaje en vez de decir los niños pijos decimos los pijas. Se trata de un personaje que ni mucho menos corre peligro de extinción y menos aun en el mundo cofrade.

Da gloria acercarse a la puerta de un templo durante la Cuaresma y ver a los niños pijas con sus trajes negros, su pelos engominados, sus zapatos rabiosamente brillantes, su medalla al cuello. Salen y entran para ser bien vistos y a veces hacen lo contrario: permanecen quietos, erguidos, cual guardias de seguridad.

Así y todo, hay que pedir a Dios que no decaiga la especie, porque al final resultan ser el futuro de la Semana Santa. Y aunque se diga eso de genio y figura hasta la sepultura, lo cierto es que a medida que maduran se van asentando y aunque siguen trajeándose ya no es lo mismo.

Estos pijitas da gloria verlos. Los hay en todas las hermandades, no faltaba más, forman parte del patrimonio. Pero en la mía, la del Mayor Dolor, madre mía, cómo lucen sobre todo en Viernes Santo, ellos y ellas, que aunque nos hayamos apropiado del femenino para los pijos también hay pijitas, y cómo lucen esas preciosas mantillas. Vivan los pijos y las pijas.

 

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