TONTOS DE CAPIRUCHO: El incombustible Paco Cecilia, el Cani.
Decían los entendidos, que Lola Flores, la Faraona, la Lola de España, en realidad no cantaba muy bien, -más ímpetu que voz decían-; y que tampoco era exquisita en el baile- genio sobrado pero poco estilo, también se le imputaba-. Cuentan que en una de sus actuaciones en Méjico, un mejicano se dirigió a un crítico español de esta manera: he oído que vuestra gran Lola no canta demasiado bien ni tampoco es una gran bailaora. Efectivamente, le respondió el español, no canta, no baila...pero no se lo pierda.
Cuando me dicen que Paco Cecilia, el Cani, habla más que hace; es histriónico hasta la saciedad; posa como nadie; pretende el don de la ubicuidad, y otras lindezas que, en honor a la verdad se corresponden con la realidad, a mí se me antoja responder como al mejicano: habla mucho, posa mucho, interpreta mucho, se mueve mucho... pero todos lo querrían tener en su hermandad.
Y es que el Cani reune todas las condiciones cofrades que lo convierten en pieza, si nó imprescindible, que nadie lo es, sí sumamente necesario en una cofradía.
Habla mucho, sí, pero labora más; es histriónico, sí, pero se sabe el papel de maravillas y lo interpreta a la perfección; posa mucho, también, pero sin perder las formas, lo mismo con una vara que con un incensario. A mí, mi querido Cani me recuerda a ese jugador de fútbol tipo Zoco o Víctor Muñoz, sacrificando su esfuerzo en favor del colectivo. Arrebaña tiempo al tiempo, saliba para la boca que se seca, soporta con estoicismo y audacia humedades de almacenes y polvo de albero; tiene tiempo para venerar un costal enmarcado en que han quedado grabados infinitos y devotos esfuerzos. Pero también tiene la suerte de encontrar a su lado a dos personas que lo moderan, animan y quieren: su esposa, Conchi, la hija del inolvidable Pachilo; y el estóico Lucho Pérez, que de casta le viene al galgo. Y es que tener una mujer cofrade como la suya y un patrón modelo de ponderación, es una ventaja que mi amigo Cani sabe aprovechar. Así, ni la “mojarra cofrade” de su amigo Martín, le afecta.
No quiero seguir escribiendo las múltiples cualidades de este cofrade ejemplar porque da la impresión de que estoy escribiendo un memorandum, y el Cecilia todavía es joven para meternos en esos berenjenales. Larga vida al Gran Cani, nuestra hermandad saldrá ganando y él también, claro.
Un abrazo, y no me llores, que ya eres mayorcito.
19 comentarios
Mardecoplas -
quien no se acuerda...
F. Pargana -
F. Pargana -
Er Mayo -
Anónimo -
y aquel que no lo reconozca es vil,
tonto, idiota, gilipuertas, cerril,
memo, cretino, tarugo y bellaco.
Si no se arremanga mucho lo achaco
a que es más bien capataz que albañil
y su eterna posición porteril
es por culpa de la ley antitabaco.
Él organiza mucho más que brega,
dispuesto "pa un roto y pa un descosío"
porque, desde luego, ninguno niega
que si aparece un problema, ¡ahí está el tío!.
Cani; eres como el Alfa y el Omega:
de principio a fin en "tos laos", jodío.
La niña del... -
Semana Santa de Sevilla en chico -
El tío la vara -
El trigo entre todas las flores ha elegido a la amapola, y yo elijo a mi Dolores, Dolores, Lolita, Lola. -
Saludos
El Bardita -
Saludos
Osset Iulia Constantia -
Trini Flores -
Quien te lo dijo nené -
Saludos
su señora esposa -
Trinidad Flores Cruz -
Su esposa -
El canibal -
Osset Iulia Constantia -
Ayaba -
saludos