AYAMONTE EN EL RECUERDO. 22. Los mastros
Ya os decía en el artículo sobre el Peñón, que en la calle Tarpeya había dos corrales de vecinos, y que en el primero vivía la familia de Juan Rasco Cacega, o sea, Ofito, padre del Ofito el de los colchones y de Mari Bella, la mujer de Clemente Calderón. A la casa se entraba por la calle Buenavista pero tenía salido al corral en cuestión en el que además vivían dos familias numerosas, la de Valenzuela y la de Pepa la Rubia.
Llegada la época estival, cuando la mayor apetencia de la gente era la de disfrutar del fresquito de la noche, existía en Ayamonte la costumbre de organizar una especie de verbena en esos corrales, debidamente adornados, evento que no sé por qué, recibió en nuestro pueblo el nombre de Mastro.
La cosa era muy sencilla. Se adornaba el corral con flores, además de las ya existentes, se colgaban adornos, papelillos de colores y algún que otro farolillo que se había guardado de las Angustias o del Salvador, se montaba una cantina para servir bebidas de todas clases y despacho de chucherías, y lo más importante, se contrataba a Ortiz el de la acordeón y a Telesforo, y con alguien más que no recuerdo se montaba una orquesta que tocaba y tocaba hasta la madrugada bien avanzada.
Eran veladas cuasifamiliares, a las que asistían las gentes del corral y de las casas de los alrededores, y también de otros curiosos que iban recorriendo los mastros, y naturalmente los que nunca tenían prisas para acostarse y tenían la oportunidad de seguir copeando.
Noches muy agradables, como digo, casi familiares. Pero con el tiempo llegó la televisión, y se acabaron los mastros y el tomar el fresco...y el cine de verano en la plaza de toros, del que hablaremos dentro de poco.
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