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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. Hoy: esbochao

LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. Hoy: esbochao

La palabra esbochao, junto a escarfao y guasnío, vienen a formar una trilogía de lo más ayamontino, de ahí que , para aprovecharla bien, aquí en el blog la tratemos por separado. Hizo la trilogía fortuna en aquel programa de Canal Sur "Los pueblos" al que tuve el honor de asistir para hablar de mi libro "La peculiar forma de hablar de los ayamontinos", que por cierto, en vista de que la Hermandad de la Lanzada, a pesar de haber transcurrido más de diez años de su publicación aun no se ha decidido a sacar la segunda edición a pesar de la demanda popular, estoy preparando esa segunda edición, que será corregida y ampliada respecto de la primera, y así podré complacer a todos aquellos que día a día me demandan el libro, que por cierto se agotó a los pocos días de ponerse a la venta.

Bueno, a lo que vamos, la palabra esbochao que hoy a traemos a colación viene a situarnos en una determinada fase del cansancio físico, aquella que va del de escarfao al de guasnío. ¿Por qué lo de esbochao?. Muy sencillo, porque aquí, en Ayamonte, solemos utilizar términos marineros o marinos para casi todo. Así, decimos que un pescado está desbochao cuando trae las tripas por fuera, cuando por cualquier razón le ha reventado el buche, que es precisamente la sensación que sentimos cuando estamos excesivamente cansados, cuando hemos pasado la fase de escarfao.

En Ayamonte vivimos todos los años un acontecimiento pintoresco, el de montaje de las casetas de las hermandades en el real de la feria de las Angustias, y digo pintoresco porque con el afán de recaudar lo más posible las hermandades no recurren a profesionales, sino que son los propios hermanos los que realizan la árdua tarea. ¿Qué ocurre entonces?. Que al no dominarse los distintos oficios que se requieren para el montaje, el esfuerzo es considerablemente mayor, y así vemos en la foto que ilustrará este artículo, a un señor con mono azul, que es de esos currantes de verdad de toda la vida, en apariencia cansado, y el señor que está sentado, que es verdad que trabaja lo suyo, lo ha hecho toda la vida por su hermandad, no es menos cierto que también adorna bastante la cosa (de casta le viene al galgo, dice el refrán), y ni corto ni perezoso se sienta en un palé en actitud de quien está esbochao. La figura de Juan es genuinamente la del esbochao, otra cosa es que lo esté, aunque yo creo que si nó esbochao, por lo menos escarfao si estaba cuando le quité la foto.

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