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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

Ayamontinos de Pro

AYAMONTINOS DE PRO. 11. Pedro Pérez Massoni (Pedrito Pérez)

AYAMONTINOS DE PRO.  11. Pedro Pérez Massoni (Pedrito Pérez)

Habrá mucha gente, muchos ayamontinos que se refieran a él como Pedro Pérez Massoni, al fin y al cabo se trata de su nombre completo; otros le llamarán como don Pedro, no en balde ha ocupado cargos que merecen ese tratamiento y por sus estudios, aunque en verdad nadie sabe cuando corresponde su uso –antiguamente se decía que el don lo daba el Bachillerato-.

Y muchos, por no decir todos los de su generación y los más próximos a ella como el que suscribe, lo llamaremos siempre como Pedrito Pérez, el renombrado Pedrito Pérez el de la Cofradía de Pescadores.

Yo entraba en la Cofradía y preguntaba por Pedrito Pérez –años 55-60- y cuando se acercaba al mostrador le decía: don fulano, refiriéndome a un profesor del Instituto Laboral, dice que tenemos que llevar el libro de Geografía “Ebro”. Y Pedrito Pérez me entregaba un vale que luego yo se lo daba al recordado Antonio Serrano en la vieja tienda de Almacenes Arcos, quien a la vez me entregaba el libro en cuestión. Era un tipo de beca sui generis, una ayuda más que una beca que la Cofradía de Pescadores daba a los marineros para los estudios de sus hijos. Así conocí a Pedrito Pérez, el de la Cofradía de Pescadores.

Pero cuando ya entré en pleno contacto con él, en el buen sentido de la palabra se entiende, fue en el mundo de la Semana Santa. Sabiendo que yo nunca me quedaría en Sevilla y que el Viernes de Dolores ya estaba en Ayamonte, me estaba esperando, álbum en mano, en la iglesia de las Angustias para entregarme el ejemplar que me correspondía como colaborador literario.

Seguramente es la persona que haya presentado a más pregoneros de Semana Santa, de tantas veces como fue Secretario de Agrupación. Se trata de una de las personas que más se ha entregado por este mundo cofrade. Capataz con cargadores, con ruedas y con costaleros, pero sobre todo, ese espíritu inquebrantable de servicio a los demás, a su pueblo. Ha dejado el patio bien sembrado y ahí están los frutos, Pedro y Javi, que le suceden en sus vocaciones cofradieras.

Pedrito Pérez viene a esta página sobre todo por las mismas razones por las que han venido los ayamontinos anteriores: por su indiscutible ayamontinismo, por su espíritu de servicio, de entrega desinteresada y fiel a todo lo que le sea demandado. En definitiva, mi amigo Pedrito Pérez viene a este blog y a este concreto apartado, por ser un ayamontino de pro.

 

AYAMONTINOS DE PRO. 11. Joaquín Casiñas

AYAMONTINOS DE PRO.  11. Joaquín Casiñas

Perdóname amigo Joaquín pero no estoy seguro si tu apellido termina o no en "s", así que como lo que abunda no daña, lo pongo en plural. Hoy voy a hablar de ti, y también por eso tengo que pedirte disculpas porque sé que no te gusta, pero yo creo que si no hablamos bien de la buena gente, qué nos queda que hacer.

Recuerdo aquellos años de la droguería de Domínguez Rios, en la Avenida, aquellos olores a droguería de verdad, a aguarrás, azufre, pintura, flix, etc. Pero lo que más recuerdo era aquella fila interminable de talonarios de papeletas de las hermandades, de cualquier institución benéfica que tú vendías a los clientes de la tienda. No sé como te las arreglabas pero acababas con todas, y es de suponer, como suele por desgracia ocurrir, que en más de una ocasión no te dieran ni las gracias.

Ahí empezaste a hacer el bien a los demás. Después vendría, como premio a tu esfuerzo y a tu enorme generosidad tu gran empresa: Cáritas. De tu labor en Cáritas podíamos estar escribiendo un día entero, pero estas páginas han de ser breves y por eso lo dejo ahí, porque todos saben de tu ingente labor.

Qué fácil es desfilar con pasos de Semana Santa, con la Virgen de las Angustias. Y que difícil resulta levantar los ánimos para llevar, como tu lo has hecho, la devoción a San Diego a límites populares (este último 13 de noviembre parecía que iban a salir los de Ex-Combatientes, de tanta gente que había en torno a la iglesia). Y que difícil es mantener con todo lujo de detalles el Monumento al Santísimo en Semana Santa mientras otros se dedican a subir cuestas corriendo y a llevarse media hora tomando la Esquina Lapeña.

Te has dedicado a lo que no es espectacular, a lo que se hace callado, con amor a los demás, y estoy seguro que para esos logros has contado siempre con la inestimable colaboración de su esposa. Seguro.

Por todo eso, querido amigo, te traigo aquí, te guste o nó, porque para mí y para casi todo el mundo eres...un ayamontino de pro.

AYAMONTINOS DE PRO. 10. Luis Oliva Perpétua

AYAMONTINOS DE PRO. 10. Luis Oliva Perpétua

A mi buen amigo Luis Oliva le conozco desde hace muchos años. Era yo un jovencito que daba sus primeros pasos en las tareas de colaboración en la parroquia de las Angustias, y ya era él un fiel servidor de la misma. Tuve la suerte de estar allí, al pie del cañón, cuando en la parroquia se creo un sistema de control de los parroquianos encaminado principalmente a la atención de los más necesitados. Aquel famoso archivo se denominó como Fac. Un equipo extraordinariamente eficiente formado por Juan Lozano, Luis Oliva y Joaquin Valenzuela, a los que yo ayudaba desde mis incipientes conocimientos, puso al día el censo de la feligresía. Tengamos en cuenta que en aquellos tiempos de Nacionalcatolicismo, un censo de una feligresía o de una parroquia venía a ser tan importante como el propio censo municipal.

Desde aquellos momentos, el ayamontino de pro que hoy traemos a esta página, Luis Oliva, no ha descansado en sus tareas de ayuda y colaboración en su parroquia. En Caritas realizó una encomiable misión y ahora sigue poniendo su granito de arena en todo lo que le es demandado.

Padre de una numerosisima familia, fue ejemplar como esposo y lo sigue siendo como padre. Pero también lo es como amigo, como ciudadano, hasta como asíduo cliente del bar de nuestro común amigo Cortada lo es. Siempre nos ofrece una sonrisa y su más que acreditado buen humor.

Ahora lleva la vida despacio, tranquilo - él, que siempre fue tan nervioso y precipitado en sus maneras- pero no por ello deja de pensar en los demás por si acaso alguien demanda una ayuda. Luis Oliva, a mi entender, reune todos los requisitos que ya ustedes conocen para ser citado en esta página como ayamontino de pro. Y por eso lo hago. Un abrazo.

AYAMONTINOS DE PRO. 9. Manolo y Pepa

AYAMONTINOS DE PRO. 9. Manolo y Pepa

Para ir haciendo boca, les aclaro: Manolo es el Cepa, y Pepa, la mujer del Cepa. A mayor abundamiento, son primos míos, Manolo es sobrino de mi madre.

Ya sabéis cual es mi criterio para calificar a un ayamontino como de pro: decencia, vergüenza, bondad, espíritu de servicio, en definitiva: ser buena gente y querer a Ayamonte con locura.

Padres de una considerable prole, al frente de un negocio que empezaba su andadura antes del amanecer cuando el Cepa iba con su famoso ciclomotor con la caja en el transportín camino de Isla Cristina a comprar pescado, y terminaba allá sobre la una o las dos de la madrugada, cuando mi querido primo llevaba ya encima una buena acopejá; con Pepa en la cocina y en la casa a la vez, friendo pescaíto y cosiendo, a esta pareja ayamontina les sobró siempre tiempo para alegrarnos la vida; primero, con su trato en "La Cepa", era una delicia frecuentar el bar, y sobre todo llegado el Carnaval. Yo creo que la historia del carnaval de Ayamonte no puede escribirse sin incluir los nombres del Cepa y de Pepa. El entierro de la sardina terminó siendo como una especie de patente de la pareja. En "La Cepa" precisamente se fraguó el nuevo Carnaval ayamontino, cuando aquella reunión de amigos (Santi, Tito Cojo, Juanito Santos, Trini el Largo, Ortiz, etc.) cantaba las coplas del carnaval antiguo mientras uno se asomaba a la puerta a ver si venía el "puli" de servicio. Como siempre, hoy algunos piensan que el carnaval de Ayamonte lo inventaron ellos.

Ya en la llamada tercera edad se les ve felices, rodeados de sus hijas y de sus nietos, y por qué no decirlo, de sus buenos yernos, y esa felicidad la transmiten a los demás. Son un encanto de pareja, un ejemplo a seguir, modelos de unión, de trabajo, de armonía... Unos auténticos ayamontinos de pro. Os quiero, y lo sabéis. Muchos besos.

AYAMONTINOS DE PRO. 8. Manolo Caballero

AYAMONTINOS DE PRO. 8. Manolo Caballero

Corrían los años de mediados el pasado siglo. La dictadura del general Franco presentaba su cara más dura, su más propia desfachatez. Usted no sabe con quien está hablando era la frase al uso pronunciada por los personajillos de turno adoradores del régimen, o de sus propios intereses, pues muchos de ellos, a los que todos conocemos, hoy son demócratas de toda la vida, incluso militan en partidos de izquierdas. Cosas de la vida.

En aquellos momentos históricos, ostentar un cargo público, por pequeño que fuese, te dotaba de una especie de patente de corso, casi de impunidad. Llegar, por ejemplo, al ayuntamiento, y toparte con un puli o un funcionario despreciativo, ineducado, déspota, era lo normal. Bueno, lo normal hasta que llegabas a la oficina donde prestaba servicios nuestro personaje, Manolo Caballero, y entonces todo cambiaba, porque Manolo siempre fue la amabilidad personificada, la buena educación viviente, el ser humano que estaba apor encima de prejuicios y encasillamientos. Fue un tiempo en que se podía ejercer facilmente la prepotencia, la desfachatez, pero todos esos atributos de la dictadura Manolo supo encerrarlos en un cajón de la mesa y nunca hizo uso de ellos.

Junto con Manolo Fernández, formaron matrimonio con dos hermanas, y todo era indisoluble, los matrimonios y la hermandad, hasta el punto de que muchos pensaban que Caballero y Fernández también eran hermanos.

Manolo reune en sí una virtud que yo siempre he alabado y a la vez envidiado, la de tener la facultad de llevar serenidad, paz, a los que le rodean. Vas por la calle agobiado de problemas y de pronto ves a Manolo Caballero sentado en una cafetería y entonces te dices: me voy a sentar un ratito con Caballero a ver si me tranquilizo un poco. Y así resulta, no puede fallar.

Hoy lo traigo a esta página precisamente por esas cosas apuntadas, por su amabilidad, por su bondad, por su simpatía, por su generosidad, y porque, cojones, todo eso es lo que se necesita, y nada más, para ser un ayamontino de pro.

AYAMONTINOS DE PRO. 7. José Nieves Jiménez, "El Litri"

AYAMONTINOS DE PRO. 7. José Nieves Jiménez, "El Litri"

Que me perdone mi buen  amigo el Sonaja, pero en esta página tratamos el tema de forma individualizada, no podemos ir con el dicho popular "el Litri y el Sonaja". Ya sé que tú mereces muchos halagos, y es posible que un día te llegue la hora, pero la cosa va con tu primo e inseparable socio y amigo: el Litri.

La foto que va a ilustrar esta página merece que algún  buen poeta le dedique un poema. Es la imagen de la serenidad, del reposo después de una larguísima jornada de trabajo, es el "descanso del guerrero". José permanece en el bar Soledad disfrutando de un vaso de vino o de una cerveza en amena charla con otro amigo que no sale en la foto. Antes que ésto, cuando todavía el sol se está pensando si despertarse o no, el Litri va con su primo el Sonaja en busca de las mulas para comenzar esa larguísima jornada de trabajo, de reparto de leña, de cal, de lo que haga falta. Una de esas bestias estuvo a punto de matarlo destrozándole el hígado, pero la carne del Litri no es fácilmente vencible y en poco tiempo para la gravedad de la lesión vuelta al tajo.

Parece que en Ayamonte se ha terminado la fiebre de la erección de munumentos, pero si algún día el Ayuntamiento decide erigir uno al trabajo, que no se preocupe en encontrar un modelo, basta con buscar al Litri, porque él simboliza el trabajo con todas las de la ley.

Si grande es en el trabajo, más grande aun es en la sociedad, en su trato con las gentes, en su bondad y amabilidad. Y todavía le quedan fuerzas para aguantar la madrugada del Viernes Santo para llevar a cabo su labor de capataz de Padre Jesús, posiblemente su logro más querido, el que le llena de orgullo. A nosotros también nos llena de orgullo tener un amigo, un paisano, de la categoría de José Nieves Jiménez, "el Litri".

Un auténtico ayamontino de pro.

AYAMONTINOS DE PRO. Juan Sánchez Gómez

AYAMONTINOS DE PRO. Juan Sánchez Gómez

Ya en una ocasión aclaré que en esta página no tienen cabida los famosos, los supers, los que alcanzan altas cotas. Mas bien está pensada en los humildes, en aquellos que hacen mucho de lo poco, de los que se entregan desinteresadamente al servicio de los demás, de las buenas personas, de las gentes de pro, sencillamente.

Y mi amigo Juan Sánchez Gómez es uno de ellos. Es extrovertido sobremanera, charlatán, vamos, que se deja sentir en cada momento. Pero sobre todo, está en posesión de un espíritu de servicio que para sí lo quisieran muchos de los que ocupan puestos relevantes en la sociedad.

Cuando los viernes subimos la cuesta de la Merced y vemos el templo abierto, sabemos que Juan está dentro, cuidando de todo y atendiendo a todos. Es un incansable trabajador de su hermandad y su alma está siempre abierta a prestar cuantos servicios le sean demandados.

Pero sobre todo, Juan transmite alegría, yo no sé donde deja esos disgustos, esos malos momentos que todos vivimos alguna vez. El siempre nos obsequia con una sonrisa, y ello es de agradecer.

Este ayamontino de pro, al que yo suelo llamar cariñosamente como sacristán emérito de la Merced goza también de su condición de abuelo, y la felicidad se refleja en su rostro. Y como lo mismo sirve para un roto que para un descosío, llegado el carnaval ahí está para lo que haga falta.

Bienvenido a esta galería de mis ayamontinos preferidos, amigo Juan. Quiero pensar que siempre contaremos con tu generosidad y tu espíritu de servicio, porque gente humilde como tú nos hace mucha falta.

AYAMONTINOS DE PRO. Manuel Díaz Barroso, El Torerito

AYAMONTINOS DE PRO. Manuel Díaz Barroso, El Torerito

Cuando Jesús de Nazaret comenzó a elegir a sus apóstoles lo hizo a orillas del mar y escogió a unos hombres de manos encallecidas y cuerpos quemados por el sol y los aires salados; más tarde, cuando instauró la Eucaristía, a estos mismos hombres les encargó la misión de dar a comer su cuerpo en forma de pan consagrado. Mi amigo Manolo el Torerito hace años está en poder del privilegio de dar la comunión y por ello siento de él sana envidia. Comparte sus amores entre el Rocío y las Angustias sin olvidar otras devociones como la de la Virgen del Socorro, de la que fue cargador muchos años, y por supuesto, la Virgen del Carmen, su patrona como marinero, que fue su protectora durante los muchos años de su trabajo en la mar.

Apostol de las arenas y de la mar, el Torerito vive su avanzada madurez en paz consigo mismo y con todos los que le rodean, es un auténtico y leal servidor de la sociedad, de su querido Ayamonte.

Yo no se por qué le llaman el Torerito, seguro que por su indomable afición a los toros, de suyo me consta que tiene una gran colección de fotografías en las que aparece con famosos personajes de la tauromaquia, pero torear, lo que se dice torear, yo la verdad no le he visto nunca, y no te enfades conmigo querido Manolo, pero es así. Eso sí, en la plaza de toros, en la arena, muy cerquita de los burladeros te he visto muchas veces, quizás así matabas el gusanillo de tu eterna afición.

Bueno, a lo que íbamos, a lo más importante y así salimos de la broma. ¿Sabeís por qué el Torerito viene a esta página del blog?.Muy sencillo: porque es buena gente, servidor de su pueblo, amigo leal y sencillo en sus menesteres; y eso, y no los títulos ni los honores, son la condición para que para mí, algún ayamontino sea calificado de pro. Y él lo es, de arriba abajo.

AYAMONTINOS DE PRO. José Pérez Barroso, el "Pegapalo"

AYAMONTINOS DE PRO.  José Pérez Barroso, el "Pegapalo"

Algunos se preguntarán cómo viene a ésta página la persona de un deficiente mental cuando lo de pro hay que entenderlo en el terreno de la eficacia, de la inteligencia, de la voluntad guiada... gravísimo error comete quien tal reflexión plantee. El ya recordado para siempre José Pérez Barroso, que por supuesto será recordado por su sobrenombre de "Pegapalo", fue siempre, como después se explicará, un ayamontino de pro.

Para ser ayamontino de pro sólo hay que tener corazón, un corazón grande puesto al servicio de los demás, y ello es así aun en el caso, como el de "Pegapalo",  en que la inteligencia no termine enterándose del todo.

"Pegapalo" sirvió durante muchos años como sacristán de la parroquia de las Angustias con enorme efectividad; se ocupó siempre de preguntar por los enfermos, de mandarles recuerdos; en sus labios nunca aparecieron palabras de odio o resentimiento; fue un fiel servidor de la sociedad, que en este caso, y todo hay que decirlo, siempre le correspondió con el cariño que merecía, que yo sepa, nunca fue objeto de vejaciones, salvo algunas bromas livianas que él soportaba bien e incluso le sobraba ingenio para responder a ellas. Era, sencillamente, un ayamontino admirable, un ayamontino de pro.

En una parábola de los evangelios, Jesús dice: quien esté libre de pecado tire la primera piedra. Nadie tiró piedra alguna porque todos tenían pecados.

Yo, modestamente, me permito preguntar en esta página: quien no haya querido a "Pegapalo" levante la mano. Nadie la levantará, porque todos, sin excepción, le quisimos. Descanse en paz e interceda por todos nosotros.

 

AYAMONTINOS DE PRO. Santiago Puga Rodríguez (el Santi): para un roto y para un descosido

AYAMONTINOS DE PRO. Santiago Puga Rodríguez (el Santi): para un roto y para un descosido

Santi y yo somos amigos desde aquella triste mañana en que tomó posesión como maestro de la escuela de Los Marinos el llamado don José "el Bigotero". Y digo triste porque, aparte de pegar a los alumnos, el tal Bigotero se ensañaba poniéndonos motes a todos. Pero allí, en aquella pobre escuela, la más pobre y desatendida del pueblo, nacieron y se consolidaron buenísimas amistades: la del mismo Santi, Espina, Antonio Boza, entre otros muchos.

A mi me gustaba ir a casa del Santi por dos razones fundamentales: una, para jugar con una excelente colección de soldaditos de plomo que él tenía; y otra, para verle bajar las escaleras a una velocidad endiablada, nunca se cayó ni siquiera dió un traspiés.

A Santi le viene al dedo el refrán de que "sirve lo mismo para un roto que para un descosido", pero yo añadiría otro más: "es como el sastre del Campillo, que pone la echura y también el hilo". Porque Santi es de esos ayamontinos de pro que cuando se entrega a alguna misión lo hace con cuerpo y alma (yo creo que el paso del Santo Entiero de San Franciso no quedó en un momento determinado guardado en el almacén por su constancia).

Santi es un icono del ayamontinismo, pocas cosas más se puede decir de él, ya nuestro común amigo Rafael Pérez Castillo publicó una bella semblanza de su persona en la desaparecida Gaceta de Ayamonte. La buena noticia es que con él pasa lo mismo que con otro ayamontino de pro, José Manuel Martín Frigolet: ambos dejan sagas que han recogido el testigo con el mismo entusiasmo que ellos.

No te quiero verte retirado,  amigo Santi, que todos necesitamos de tu valiosa aportación en todo aquello que tocas.

AYAMONTINOS DE PRO: FERMÍN RODRÍGUEZ Y EL RELOJ DE LA TORRE DEL SALVADOR

AYAMONTINOS DE PRO: FERMÍN RODRÍGUEZ Y EL RELOJ DE LA TORRE DEL SALVADOR

No siempre se producen expolios como los del Castillo, el Baluarte, el Pozo de los Almendros, el Teatro Ibérico, etc., a veces, gracias a esos ayamontinos de pro a que nos iremos refiriendo a lo largo de la vida del blog, no sólo no se pierden elementos importantes de nuestra historia y nuestra cultura, sino que se mantienen e incluso recuperan.

Este es el caso del reloj de la torre de la iglesia parroquial del Salvador. El viejo reloj torreño no sólo anunciaba las horas durante el año, sino muy especialmente durante las fiestas del barrio. Eran tiempos en que los jóvenes teníamos que recogernos a la hora que decían nuestros padres, y recuerdo que las dos de la madrugada era lo suficientemente tarde como para que dejásemos la verbena y emprendiésemos el camino a casa. En el Solá seguía sonando para delite de los mayores los boleros de Lucho Gatica.

Llegó un momento en que el viejo reloj cayera enfermo aparentemente sin remedio, y digo aparentemente porque precisamente la encomiable labor de un ayamontino de pro como mi querido amigo y prestigioso tendero Fermín Rodríguez lo evitó. Para premiar aquella labor que sonaba a épica, a epopeya, me permití dedicarle el romance que a continuación transcribo y que los que quieran conservarlo debidamente editado y encuadernado podrán hacerlo adquiriendo el album de las Angustias del presente año. El romance era del siguiente tenor:

"Esta es la hermosa historia de un amor con una máquina, que parece que ocurriera en una ciudad encantada. En lo alto de Ayamonte, que el cielo casi se alcanza, parado y abandonado un viejo reloj lloraba. Y un tendero enamorado de las cosas de su pueblo, también lloraba su pena al verlo solo y enfermo; nadie quería saber nada del viejo reloj, y así dejaron de oirse las horas en el Salvador. Y el tendero enamorado de las cosas de su pueblo, movió Roma con Santiago, con tesón y con denuedo; y aprovechando la hora de restaurarse la torre, se arremangó las neuronas y al toro le echó cojones; luchó con los arquitectos, les dió lesiones de pesas, de engranajes y de aceites, de amor, de ilusión, de entrega. Hoy el reloj da las horas, y el tendero, de buen gusto, dos veces a la semana sube a ponerlo a punto. Y el viejo reloj villorro, agradecido y ufano, cada vez que da las horas le manda su amor de hierro al tendero enamorado".