AYAMONTE EN EL RECUERDO: El Arte como salvavidas.
A mi balcón de edades tempranas, como ríos después de la lluvia, una hermosura mortal como cometa al viento, llegan olas del recuerdo que baten el corazón de ayer herido hoy con cicatrices de un tiempo que se desvanece como una hermosura mortal.
Cuando contemplo la fotografía que ilustra este artículo, murallas azules, olas de recuerdos llegan como lava derramada de la punta de un volcán en erupción. No teníamos nada, o casi nada. La Milagrosa y el Frente de Juventudes, y sólo para los jóvenes completaban un parto de los montes convertido al final en unos futbolines. Ellas, ni eso.
Pero el afán de supervivencia, el negarse en rotundo a vivir en la molicie, en la más completa ociosidad, hizo el milagro: el Arte con mayúsculas se convirtió en panacea contra lo imposible. Y el tiempo fue conquistado por una juventud dispuesta a divertirse, a ser feliz contra la adversidad. La música y el teatro, el teatro y la música se asentaron en nuestras vidas como una anadiplosis que no por reiterativa iba a aburrir los sentidos.
Hoy, casi todos los fotografiados son abuelos y abuelas, y en más de una ocasión habrán contado a sus nietos aquellas aventuras del teatro y de la música incipientes que llenaron sus vidas jóvenes, huérfanas de casi todo. No teníamos nada pero nos conformábamos con poco: nuestro estramonio era la ilusión, el flotar en un mar azaroso de postguerra. Salimos airosos, sin más alucinógeno que el deseo de vivir y disfrutar como Dios manda o, por qué no decirlo, impone a veces. Parece mentira, pero a pesar del tiempo transcurrido creo que sólo nos falta uno: el querido y recordado amigo Verísimo da Luz Villegas, que posa con gafas y boina a la izquierda de la foto. Los demás pueden seguir contando esos momentos inolvidables. Qué tiempos, madre mía.
54 comentarios
Fotea -
Yo en el mundo que me moví era completamente paralelo y ajeno a esos bienaventurados que dices.
Mis buenos remiendos, mis buenos amigos, mis buenos ratos jugando a los toreros y a los bolinches, al fútbol en la calle y en el salón; nada de polideportivos ni zarandajas de esas, a lo bravo.
Recuerdo una vez que corríamos a ver quien resistía más, pero mis deportivas eran unas botas de agua y acabé con los pies más blandos que los garbanzos hervidos con bicarbonato.
Lo dicho, mundos paralelos y puede que mi felicidad no se la cambie a esos pijos.
Un saludo y buenas noches.
El Torrija -
Los padres trabajando faenas duras y muchos de los hijos a comer a la Casa del Niño.
Yo no fui a la Casa del Niño, pero veía que a muchos de mis compañeros de la escuela, a mis amigos de jugar a los boliches, a los toreros, en la escuela les daban un vale para a la salida fueran hacer cola a la Casa del Niño para un plato de comida, verdad que no conociste los tiempos del Padre Fernando, pues no no todos los niños pasamos igual la postguerras, y eso muchos niños no lo sabían, se lo ocultaban y muchos de los importantes les decía a sus hijos que aquellos eran golfos, no señor Fotea no era lo mismo. No para todos fue lo mismo la posguerra.
Saludos
F. Pargana -
F. Pargana -
Fotea -
Hoy los hay que comen langosta y caviar del bueno, mientras otros se comen un gazpacho con unas sardinas asadas.
Otros van en un Testarrosa mientras otros lo que tienen en la testa son dos adornos.
Otros van al Corte Inglés y otros a Zara.
Otros una buena barca para coger atunes y otros una patera para coger lisas.
Lo de siempre, pero eso no es malo. No es más feliz quien más tiene, si no el que menos...
El Torrija -
Mi opinión era que la postguerra la pasamos todos, todos contribuimos a superarla, asistíamos a lo que había. Pero había dos formas de pasar la posguerra, dos grupos los que jugaban a los toreros con recortes de las cajetillas de los mixtos, y el otro grupo los que jugaban con los Juegos reunidos Geyper.
Analizando como digo la fotografía ahora veo más grupos, voy a usar para explicarme como he leído en un comentario hace unos días el café.
Un grupo usaba la achicoria o la marta de la cebada con el café migaito cuando había en desayuno y meriendas o para cenar. Un café bebió
Otro grupo para el desayuno y merienda usaban el café normal, hay veo yo a los de la fotografía.
Otro grupo usaban en desayunos y meriendas cafés superior.
Había otro grupo más, los que no eran nada, pero presumían de ser importantes, desayunaban malta y presumían de café superior. Los que unos llamaban brillantinas y otros listo de la roaera.
En fin que en la postguerra había lo mismo para todos, pero no todos la pasaron igual.
Saludos
Fotea -
Captado mensaje Pargana.
Saludos y ya me voy con mi carrefour.
F. Pargana -
Amigo Fotea...supongo que Usted conoce la Calle buena Vista, que va desde el estanque hasta la Recife...pues bien...antes mismo de llegar a la recife.la calle Oriente queda a la izquierda, y en esa misma esquina de la oriente con Buena vista quedaba la tienda que menciono,,,aunque me equivoqué en una cosa, no se llamaba Madalena la señora , sino Helena,,,,!total... acaba todo en "melena"!
Espero que haya entendido,,aunque no me importaria de dar más detalles ,pero seria fastidioso para los demás blogueros....!digo yo !
Rumardo III -
Fotea -
Estaba entre la calle San Antonio y lo que hoy es calle Esuri?
Ecónomo de los Paules -
F. Pargana -
EL KUN -
ErCipote -
Nuestra, Virgen, Coronada...
ErPihitoo -
Fotea -
LOS BUENOS POLOS
Con la venia:
Años ha, cuando no en todos los hogares había frigorífico, unos porque no podían meterse en esos gastos, otros porque estaban acostumbrados a vivir sin él, sobre todo si la madre tenía por profesión "sus labores", y podía ir a la plaza (de abastos) por la mañana a hacer la compra para el día (almuerzo y cena): pescado si estaba a tiro de frescura y precio, carne, verduras, frutas... la sandía "a ver cálame ésta", si estaba bien te la llevabas, etc.
Después ciertos alimentos los comprábamos "anca" Miguel Gey, el Moro Juan o Armandito: las legumbres, harina, azúcar, chocolates para la merienda, la carne de membrillo, la lata de mortadela, la manteca "colorá" y la de flandes... casi todo a granel el famoso cuarto y mitad y con su correspondiente papel de estraza o estracilla, según el producto a envolver. El vino mesturao se compraba en la Posada y algunos otros productos en la tienda de la Papona, como tabaco o café.
Había productos de compra diaria y el costo que normalmente era semanal.
Bien, en esa época de "penurias" un servidor como muchos otros carecíamos de ese preciado artefacto: la nevera, y cuando la canícula apretaba con rigor, el búcaro no bastaba para quitarnos la "caló", entonces íbamos a la calle Oriente donde había que yo recuerde dos casas que vendían unos polos hechos con gaseosa dentro de un cubito de aluminio con un palillo escarbadientes. Los había de cola, naranja o limón.
Eran unos polos a los que había que absorber, debido a que eran chatos y anchos y no cabían en la boca. Las primeras chupadas, bien ahora lo demás era pura nieve!
Teníamos que andar con cuidado para que no se quebrara el palito, ya que si este cedía, el polo, que nos había costado tanto, se iba al suelo, pero aun así lo limpiábamos un poco y ¡hala! a volver a sorber.
Los polos del domingo y festivos eran mejores de la Ibense.
Algún bloguero sabe dónde se compraban esos polos?. Calle Oriente casas de la izquierda vistas desde la calle San Antonio.
Saludo a todos y especialmente al bloguero mayor por su cumpleaños.
Ayaba -
Feliz cumpleaños, que lo pases muy bien.
Saludos
Ayaba -
Saludos
El Botijero -
Saludos
Rumardo III -
"Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar".
F. Pargana -
Gracias por tener la tenacidad de mantener este blog y con ello de alguna forma unir ayamontinos dispersos por el mundo ( y los de casa). Va por usted el soneto que se sigue.
TIMONERO
Insigne y dedicado timonero
de ese barco llamado mojarra
¡no, no piensen que cruza la barra!
Porque en su blog navega austero.
¡Y aunque su tripulación
con frecuencia se amotina !
Son todos nobles de condición
¡o no fuesen marinería ayamontina!
Muchas son las veces
que casi tiran al mandante al mar
Cosa que merecer no se merece
Apenas porque es intrépido a navegar
y por entre borrascas, su voluntad prevalece
aunque la dotación le quiera contrariar.
(Al estrambote)
Brindemos al timonero y a su mojarra
ese navegante que sin ser bucanero
navega por el mundo entero
sin que le retenga alguna amarra,
velas desplegadas, poco ron, y mucho esmero.
Emérito -
Oye, Marujín, una pregunta: ¿la mojarra crece con los años, o mengua?. Te lo pregunto porque el Trini cumple hoy 68 años y no sé si es un peligro o un alivio.
Marujin.com -
Rumardo III -
El Botijero -
También es corte aunque esto ya es un suponer, estará esperando que comente el evento o acontecimiento de la foto los señores que están en ella, como Ramón, Ovando, José Manuel. . .
Tengo una pregunta, en estos tiempos viene en los diarios de vez en cuando comentarios de la memoria histórica, de los papeles de Salamanca. Mi pregunta seria para el señor de la foto el historiador pero no creo que conteste en el blog, tampoco conoce al botijero aunque una vez en un verano de los sesenta compartió la mesa de pin pon como mesa de escuela en los sótanos del Frente Juventudes al dictado de D. Manuel Flores. La pregunta correspondería entonces al señor Guardián del registro por si esta registrada pero este señor con el blog esta en horas bajas, entonces se la hago a mi amigo Rumardo III, la pregunta es La memoria histórica de Ayamonte donde estará, también en Salamanca.
Saludos
El Botijero -
Saludos
Fotea -
F. Pargana -
reconozco de vista el rubio agachado a la izquierda, y la muchacha de los helados, que la reconocí porque lo mencionarón.Además nos saludamos muy afectuosamente cuando voy por Ayamonte.Lo gracioso es que me acuerdo del nombre del padre.
De todos modos aqui dejo un soneto dedicado a los de la estampa.
Se desvanecieron las primaveras de oro,
recuerdos abrazados por las brumas,
¡restan vestigios! como el semblante de ese coro
de un ayer tan querido , que se disipa cual espuma.
Eran sonrisas de juventud,
sin motivos para fingir,
el mundo a sus pies (en plenitud)
ciertos de un buen porvenir
Y el niño se hizo mozo
y la flor se hizo fruto,
Ayamonte los vio con gozo
Esparciéndose resolutos
¡pero no evitó un sollozo!
feliz por sus hijos (colmados de atributos).
El Marimanta del Campillo -
Castellano -
Olía -
Elétrico -
No, no lo se, le pasamos la pregunta para cuando aparezca a mi amigo Marujin.com
Padre Ardau -
Electrico -
Padre Ardau -
Y digo yo -
Rumardo III -
Pantalón de pana y sombrero cordobes -
Ami lo que me extraña de la foto es que falta gente como Kucala, Pedrito Jesús, Ángel Salazar, Eloy, los Sotitos
Parece ser que nadie va a explicar lo del teatro, que lo hacían en la Casa del Niño o en el Cine Cardenio.
Saludos
Rumardo III -
La chica por la que pregunta Pantalón de pana es la hija pequeña de Pepe García del Cid, hermana de Conchita, Alicia y del Chema el cantante.
Rumardo III -
Probatio diabolica -
Pantalón de pana y sombrero cordobes -
rojo o blanco -
Observando despitao Servando -
El sentimiento político me despista.
Observando Servando -
El botijero -
Romerito -
Fotea -
y además tiraba de las patillas.
Emérito -
El pobrecito observador -
ErPihitoo -
El Mirinda -
Gustavo Adolfo Bécquer
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!
Por muertas las dejaron, sabed, que non por vivas, -
El pobrecito observador -