AYAMONTE EN EL RECUERDO. EL FERROBÚS.
En los años sesenta del pasado siglo ocurrieron en Ayamonte muchas cosas importantes, siendo la principal y más trascendente de todas la urbanización de Santa Gadea, la conversión de aquellas extensas marismas en la que hoy es sin duda la barriada más populosa de la ciudad.
También en el mundo del transporte se dio un acontecimiento que iba a incidir de manera muy positiva en la forma de trasladarnos a los pueblos de nuestro entorno y principalmente a la capital. Ya existía desde antiguo el ferrocarril, aquellos trenes a carbón que empleaban dos horas y media en hacer el trayecto de Ayamonte a Huelva con múltiples paradas: en la llamada Toma del Agua, antes de llegar a la primera estación, la de Isla Cristina, donde la locomotora era abastecida de agua; después llegaría a la indicada estación de Isla, y posteriormente, La Redondela, Lepe, Cartaya, La Mezquita, Gibraleón, La Alquería, Aljaraque y finalmente Huelva.
Pero en esos indicados años irrumpió un nuevo sistema de tren: el ferrobús. Se trataba de un vehículo ferroviario ultra ligero, normalmente de una sola unidad aunque podía llegar a tres –el que cubría la descrita línea contaba con dos- y como su nombre da a entender, compartía muchos aspectos de su construcción con un autobús. Era de destacar la cabina de conducción integrada en el propio coche sin separación de los viajeros.
Desde luego, la llegada del ferrobús mejoró considerablemente el servicio, que además era mucho más limpio, aunque hablar de limpieza refiriéndonos a la antigua Renfe no deja de ser una ironía.
Paralelamente, como decía al principio, Santa Gadea se fue convirtiendo en una populosa barriada. Entre las construcciones más destacadas cabe citar el ambulatorio y las casas bajas, antes sin tejado, anexas a la plaza de Currito el Practicante.
¿Y qué pasó?. Pues que a dichas casas le pusieron el sobrenombre de ferrobús. Y es que si nos asomábamos desde el otro lado de la dársena y mirábamos al Salón, daba la impresión de que el ambulatorio simulada la estación de ferrocarril y las casitas bajas y alineadas a lo largo de la carretera que quedaban detrás parecían el nuevo tren, el novedoso ferrobús. Oye, ¿me puedes decir dónde vive Fulano?. Sí, hombre, en el Salón, en el ferrobús.
Para los blogueros jóvenes como el Kun, aclararles que la casa que se ve al fondo de la foto era la llamada Casa Colorá, que servía para uso de los empleados de Renfe y que hace muchos años fue derribada. Otra gracia. Amén.
20 comentarios
pintarrojaconpapas -
Er Mayo -
Una balsa podía ser una puerta vieja o unas tablas amarradas con guita entre si o a unas cajas de gaseosa "la pitusa", de mirinda o de godovi... dada la previsible estabilidad de estas "embarcaciones", muchas veces acabábamos "ensopaos" y "enfangaos" de tanto caernos. Cuando eso ocurría, indefectiblemente nos íbamos a la estación, nos quitábamos la ropa y la colgábamos de unas cuerdas para que se secasen al leve calor de la tarde.
El cuadro era de lo más pintorescos: un puñado de mozalbetes sentados en los bancos de la estación en pelota picada y mirando al tenderete rezando porque la ropa se secase rápido y no se notase mucho en casa que habíamos andado golfeando en "las balsas".
Una vez, compuesto tal curioso cuadro, recuerdo que llegó el ferrobús y la gente que se iba bajando se repartía entre las señoronas escandalizadas por la desvergüenza nuestra y la mayoría que se reía de la ocurrencia... y esa vez bajó también un "guiri" al que le parecería tan pintoresca la escena que nos sacó unas cuantas fotos. Daría lo que fuera por tener la oportunidad de ver hoy esas fotos.
Saludos.
El Cotorra IV -
Taira -
Saludos.
fa -
El Señor que vendia bocas bastantes años antes que Olivita, no sé cómo se llamaba, solo sé que, era de Canela y, era alto, delgado y muy encorvado. De la caza de los caballetes, ya lo ha dicho todo, ó casi todo nuestro buen amigo Rumardo III.
Un saludo
Rumardo III -
Otra cosa, ese señor que tú dices que vendía las bocas en un canasto puede que fuera "el Serio", que rifaba un bogavante cocido.
Trini Flores -
Taira -
El señor Olivita era o es hombre grueso con voz fuerte y el señor que yo recuerdo no era grueso no tenia barriga voz más suave y más años que Olivita, por lo que deduzco que había dos o más personas que vendían boca.
Intentare informarme de cómo se cogian las bocas, lo que yo me acuerdo era que cada boca tenia su agujero o cueva propia entonces se estaba uno quieto y cuando salían se tapaban los agujeros y las bocas al no encontrar el suyo se liaban y entonces era fácil cogerlas.
Haber si el amigo Fa nos puede ayudar.
Un abrazo.
Copernico -
Aupa Atlético.
Saludos
Ayaba -
Anónimo -
Después que han pasado tantos años ver la fotografía del articulo da una alegría inmensa, en el ferrobu me monte pocas veces, pero al ver la estación se agolpan tantos recuerdos de la infancia y la pubertad, por ejemplo la despedida cada año de los quintos que se iban a la mili.
Saludos
fa -
Un saludo.
Trini Flores -
Taira -
Saludos
EL KUN -
La Giralda -
Trini Flores -
Rumardo III -
Taira -
La otra información detrás de la casita roja también, noches de veranos con calor a la luz de la luna.
Saludos
El Chaveta -