PASARELA RIBERA. EL ÚLTIMO "MOHICANO"
En cualquier actividad humana, el concepto saga suele ser en algunas ocasiones el santo y seña de la misma. Los rótulos “Hijos de…”, o” Fulano e hijos”, son frecuentes, y el Registro de Patentes y Marcas así lo acredita. El mundo cofrade no iba a permanecer al margen de este fenómeno.
Cuando don Antonio Asunción Lendoiro arribó a nuestra ciudad procedente del Norte peninsular para establecerse como industrial en el ámbito pesquero y conservero, no pensó que su saga familiar tendría una extensión en el mundo cofrade. Sin embargo, así ocurrió con el transcurso del tiempo.
Desde el primer momento de su actividad industrial el señor Asunción configuró una estrategia que a la larga vino a poner de manifiesto la efectividad de la misma: la vital importancia de la unidad familiar a la hora de la toma de decisiones, y el trabajo permanente, constante, como faro y guía de la misma. Las empresas de don Antonio Asunción Lendoiro contaban con unas oficinas, claro está, al frente de las cuales se encontraba él mismo y con despachos para sus hijos. Mas estos no eran mucho de despachos: preferían el suelo del la fábrica, del muelle, la cubierta de los barcos. Verlos trabajar como meros estibadores del muelle en el alijo de pescados o acarreando mercaderías en los carrillos de la fábrica era estampa repetida. Lo que antes decía, el trabajo como faro y guía.
Pero algo faltaba para que la familia Asunción formara parte del Ayamonte global, y ello no podía alcanzarse sin integrarse plenamente en el mundo cofrade, en el mundo de la Semana Santa, al que ya pertenecían desde años muchos colegas del sector empresarial. Una circunstancia casual abrió las puertas de la familia a ese mundo:
En la España convulsa de la época, unos desaprensivos pensaron que una guerra se gana por el procedimiento del vudú, y una fiebre iconoclasta dio al traste con trabajos de años, con siglos de historia. Muchos autollamados demócratas y defensores de las libertades asaltaron nuestros templos en la mayor impunidad destruyendo altares, enseres, imágenes.
Y vino a ocurrir que encontrándose don Antonio Asunción paseando una tarde por los alrededores de la capilla de San Esteban, encontró entre los escombros el rostro mutilado de un “Ecce Homo”. Ahí comenzó todo. La familia Asunción encargó la restauración de la maltrecha imagen, que con el tiempo pasaría a ser la titular de una incipiente hermandad, que por cierto, nunca sería conocida por su título eclesiástico, estatutario, sino por la denominación familiar: la hermandad de Asunción. De la noche a la mañana la familia Asunción, al frente de la recién creada hermandad iba a cruzar por primera vez la “Pasarela Ribera”. La integración total en la vida local acaba de producirse.
Al frente de la misma, los cuatro hijos de don Antonio Asunción. Era el comienzo de una constante y eficaz saga cofrade. Sin desmejorar la contribución extraordinaria de los otros tres hijos –el segundo, conocido como “el Reina”, sigue siendo pieza fundamental en la hermandad, no sólo por sus aportaciones económicas, sino por la humana, pues algunos de sus hijos están comprometidos en ella muy seriamente-, el más joven de ellos, aunque hoy ya de edad avanzada, viene a ser el personaje más significativo de la saga. Y ello por su paso por todos los estamentos: hermano mayor, mayordomo, capataz, costalero… currante donde los haya.
Las sagas suelen difuminarse, lógico. Pero la dispersión no supone desunión, simplemente que los ideales de cada cual pueden tomar caminos distinto. Y este es el caso de la “Hermandad de Asunción”, que hoy recibe ya el nombre estatutario.
Algunos descendientes de los Asunción siguen formando parte de la cofradía, y de forma muy comprometida. Pero todavía les queda aprender, seguir los pasos del más pequeño de la primitiva saga, que hoy, sin cargos de responsabilidad se ha convertido en el peón que siempre fue : montaje de casetas, monda de melocotones, limpieza de candelería, lo que haga falta, que de casta le viene al galgo, y el trabajo fue siempre el santo y seña de la saga.
Personalmente le admiro, y con independencia de sus “historias infladas”, de sus entrañables trolas –también en esto se nota la casta del galgo-, creo que sigue siendo un ejemplo a seguir, alguien que guarda en sus adentros fidelidad al pasado que le sirve de aliento para no perder de vista sus señas de identidad. Es, cómo les diría, algo así como… el último "mohicano".
37 comentarios
Francisca -
viva el betis Paco
paco -
viva el betis y el granada al que hemos ayudado a que se le conozca en españa.
Anónimo -
las bandas de musica??? muchas eses veo yo.
viva el granada.
paco -
los artistas van a su lucimiento y si no lucen se van aotra hermndad y punto.
si quiers damos nombres de capataces que se van de una hermandad a otra para su lucimiento personal.
viva el betis.
callereal -
Anónimo -
F. Pargana -
El tema me pasa un poco al lado por motivos que ya he comentado, aún así, mi humilde opinión es que esa familia ayudó muchísimo este pueblo con sus empresas, lógicamente también gano con ello, (ráscame mis espaldas que yo rasco las tuyas) Solamente una vez tuve un contacto directo con un miembro de ese respetuoso linaje. No fueron grabadas imágenes porque Jopeja todavía no sabía lo que era una cámara. Muy resumidamente fue así: Tendría yo doce años, fui a la fábrica por primera vez llevarle a mi hermano la merienda, en la puerta me quedé por timidez. Un señor muy bien peinado y mejor vestido que pasaba por allí en el momento se me acercó y : ¿Buenas tardes quien eres? Buenas tardes señor, soy hijo de fulano y fulana. Ah ya sé quién es. ¿A qué vienes? Mire usted, vengo a traerle la merienda a mi hermano. Muy bien pasa oye, ¿cómo te llamas? En ese momento la exigencia de mi madre traspasó mi mente como un rayo, y respondí como ella quería que fuese: Me llamo Fernando Orta Pargana para servirle a Dios y a Usted. El enmudeció en brevísimos segundos y después añadió: Muchas gracias hijo. Las piernas me temblaban, ¡¡este tan ilustre personaje había sido pulidamente educado conmigo!! ¡Si conmigo, un insignificante mocoso! Muchos tal vez no entiendan, pero yo era un crio y ele era un semidiós, o más todavía, porque en la casa de Dios yo entraba cuando quería, pero en la casa de ellos
Saludos.
bp_ultimate -
asunción 2.2 -
La labor que hizo mi abuelo Asunción en su vida,por su familia,por su hermandad,por su Ayamonte y por sus negocios,por supuesto,creo que está grabada en la historia de este pueblo.Los que lo conocieron saben de qué hablo,era un hombre emprendedor y muy generoso,de lo que estamos muy orgullosos todos sus descendientes,fué un ejemplo para nosotros.
Siempre ha habido miembros de la familia relacionados con la hermandad,pues eso se ha mamado desde que se montaban los pasos en la fábrica...Lo de la cutrez,bp, creo que sobraba,eran otros tiempos,también las cutres ruedas contribuyeron a que siguieran saliendo los pasos ¿no?...Por más que intento recordar creo que el manto,como bien dice KUN,nunca estuvo cerca de las sardinas,pero si hubiera estado...qué más dá?.Lo que hay es desconocimiento o mala uva, para decir que fué lo único que aportó mi abuelo.
Un saludo para mi tío Juan,el último mohicano,que también puede decir que ahí queda su labor por la hermandad,y lo que seguirá aportando.
COMO? -
El Bardita -
Con este tiempo donde mejor se esta es en casa en la copita.
Callereal -
uno de la ribera -
por lo menos habia menos tonterias que ahora,menos artistas,menos figurones menos gomina
sin plomo por favor y que viva el betis.
bp_ultimate -
Mucho manto, mucha cutrez...
El Núñez -
Saludos
paco -
EL KUN -
Y el amigo Nuñez no se equiboca,yo me acuerdo de niño bastantes cosas de esta hermandad,puesto que los chavales de la calle de las flores,ayudabamos a preparar las cosas de la hermandad en la fabrica,mi tio MANOLO CAÑADA,preparaba los cirios que antes eran de madera,limpiaban las baras con cautica,mi suegro MANOLO EL CHATO, era el encargao de hacer el monte del Caido
y los pasos siempre han estado guardados en la fabrica de las redes.
y mas amigo Nuñez
uno de la ribera -
Sorprendido -
Explícamelo
Cojo -
uno de la ribera -
la fábrica verdiblanca,su casa verdiblanca, los barcos eran verdiblancos,las túnicas de los penitentes verdiblancas,los pasos verdiblancos.
un saludo verdiblanco,viva el BETIS.
Anda que no -
aitor -
el olor a sardina es agradable,sobre todo las sardinas en la parilla o prensadas,no se que problema tiene calle san ateos.
un saludo desde la calle asunción,no es trola.
El Núñez -
Ayaba -
Saludos
Esquina de enfrente a Esquina la Peña -
Hins Al Faray -
paco -
un saludo
villorro -
villorro -
viva la hermandad de la asunción y sus entrañables tolas.
Trini Flores -
villorro -
villorro -
su hijo el del reina,cuando lo echaron de la fábrica dejo de poner dinero y se desvincularon de la empresa,luego han ido volviendo.
respecto al que cuenta las trolas quien es? juan,manolo o su hijo luis.
calle san mateos,yo de ellos menos hubiese aportado.
el olor a sardinas me encanta.
Calle San Mateo -
EL GUARDIAN DEL REGISTRO -
Copérnico -
Además de los barcos y las fábricas fue el primer constructor en el Salón de Santa Gadea en los primeros años de los sesentas.
Saludos
El Angelito -