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AYAMONTE EN EL RECUERDO. 80: LA COFRADÍA DE PESCADORES Y EL CONSULADO

AYAMONTE EN EL RECUERDO. 80: LA COFRADÍA DE PESCADORES  Y EL CONSULADO

No sé si la cosa dio lugar a polémica en su tiempo, pero es lo cierto que en Ayamonte se dieron bastantes casos de edificios con fachada de azulejos verdes, podemos recordar a bote pronto, la vivienda de la familia Concepción; la viviendas de la familia Vázquez, Cabrera, Pulido, en la Avenida; el edificio de la antigua biblioteca que ya tratamos en estas mismas páginas, y el edificio en que estuvieron ubicadas dos instituciones señeras en nuestra ciudad: la Cofradía de Pescadores y en Consulado de Portugal, cuya fotografía ilustra este artículo.

La Cofradía de Pescadores “salió” del lugar para irse al Muelle, donde están Correos y Telégrafos, la Cámara Agraria y no sé si alguna oficina pública más. En las oficinas de la calle Real es de recordar personajes, unos desaparecidos y otros aun entre nosotros: Zamudio, Rafael “el Cofra”, Enrique, Pedrito Pérez, el gran Nicomedes, hombre extraordinariamente afable y el eterno secretario cuyo nombre completo ahora no recuerdo, aunque creo que se llamaba Juan. Muchos pensaban que todos estaban en la Cofradía, pero había dos funcionarios, Manolo “el Huelvano”, y Mamé, ambos fallecidos, que prestaban sus servicios al Instituto Social de la Marina, aunque, repito, para el común de los ayamontinos todos estaban en la Cofradía de Pescadores. El Patrón Mayor supongo que se designaría a dedo, como todo lo de la época; yo conocí al que seguramente estuvo más tiempo: Joaquín Gutiérrez Blanco, que había sido anteriormente alcalde. Mi padre, Manuel Flores Silva, ostentaba el cargo, honorífico, pues no cobraba un duro, de presidente de la Mutualidad de Pescadores; por casa andaba una foto en que se ve entregando un dinero a una viuda de un marinero ahogado en la mar, creo recordar de la familia Carrasco.

En la parte alta del edificio se encontraba el Consulado de Portugal, oficina administrativa para la expedición de documentos a ciudadanos portugueses que se encontraban en nuestra ciudad, bien viviendo en ella o de paso a otros lugares. Era una familia la del cónsul poco propensa a la vida social, gente rara, muy rara, pero tenían un hijo, creo que se llama Rui, muy extrorvertido y sociable, así que vaya lo uno por lo otro.

Ambas oficinas, como queda dicho, desaparecieron de la calle Real, aun que la Cofradía perdura en otro lugar, pero las dos permanecen en el recuerdo de los ayamontinos.

 

3 comentarios

El Nuñez -

Todo lo que dice el Ayaba es la pura verdad yo también lo viví muchos sufrimiento les dio a los marineros la barra y a sus familias, nunca la dragaron los que podían hacerlo y vivian bien.

El Mimi -

Rafael “El Cofra” era arbitro de fútbol, recuerdo que lo vi arbitrar muchas veces en el Estadio Municipal de Ayamonte, o mejor dicho en el campo del Ayamonte C. F.

Ayaba -

Tantas y tantas veces he pasado por esta calle de niño me llamaba la atención las banderas portuguesas que colgaban a lo ancho de la calle los días de las fiestas en honor de Nuestra Señora de las Angustias.

Del consulado portugués me acuerdo del hijo, de los padres me parece que no los vi nunca.

De La Cofradía de Pescadores de quien me acuerdo más es de Rafael “el Cofra”, todo los días tenia que oírlo con atención pues era la voz de Radio Pesquera de Ayamonte, los barcos de arrastre si el tiempo lo permitía echaban turnos de 3, 4 o 5 días en la mar, entonces cada día cada barco llamaba a Rafael y le decían “El Otero” trabajando sin novedad, “El Arrogante” trabajando sin novedad, “El Rafaelito” trabajando sin novedad, “El Arie” Trabajando sin novedad “El Omeco” trabajando sin novedad… y los familiares que escuchábamos la radio quedábamos tranquilos. Si alguno regresaba decían la hora de llegada que era en pleamar porque la barra estaba muy mal y si no era con la marea llena un barco no podía entrar. Si de pronto se levantaba un temporal los barcos que estaban en la costa como la barra no la arreglaban nunca tenían que refugiarse en los puertos portugueses o de África como Tánger. Varios juguetes tuve de Tánger pero no borraban la preocupación y la pena que pasaba hasta que no se oía decir a Rafael “El Cofra” Los barcos están bien en los puertos de Portugal en Ceuta y Tánger.