MOJARREANDO. 60: LA ELEGANCIA ES LA ELEGANCIA
Cuentan los evangelios la parábola de la boda, a la que fueron invitados muchos, tantos como fueron encontrados en los pueblos, en los campos, en los caminos.
El invitante no ponía condiciones, simplemente invitaba a todo el que se encontraba a asistir a la boda y por consiguiente, al banquete. Así que muchos se apuntaron y fueron llegando al lugar de la celebración, vestidos según la costumbre del lugar, los ricos con ropa lujosa y los pobres con ropa modesta, pero presentables. Uno de los invitados fue descubierto por el padre del novio, y al contemplar que iba vestido con harapos y sucio, lo expulsó del lugar.
Y es que en esta vida hay que saber estar. No basta decir “esto es lo que se lleva” y ya está. Miren, un pantalón roto por varios sitios es una memez por mucho que al que se le ocurrió la idea se haya puesto millonario. Teñirse el pelo porque te guste más otro color que el natural, vale, pero meterse en el cuero cabelludo el arco iris es estrafalario. Y así podríamos seguir.
En estos días, un señor pronto a contraer matrimonio, oriundo de una tierra donde lo clásico es bandera, ha tenido la deferencia de enviarme una fotografía a ver qué me parece la ropa que va a llevar a la ceremonia: camisa blanca inmaculada adornada en el mismo color con excelente gusto, pantalón gris clásico… lo dicho, el buen gusto personificado.
Ya pueden copiar algunos estrafalarios de este joven, que no es modelo porque tiene una profesión que le gusta mucho y en sus ratos libres una gran afición a la cocina, lo que hace que no pueda dedicarse a otras cosas, que si no…
El joven en cuestión ha dejado para el mismo día de la boda enseñarme los zapatos, pero me ha dicho que piense que serán de lo más clásico y elegante. Me lo creo, porque como viste este individuo no viste nadie. Disfruten con la foto y aprendan.
5 comentarios
Trini Flores -
ayer -
el sireno -
ayer -
EL DRAGONCITO -