AYAMONTE EN EL RECUERDO. 57. Los zapatertos remendones
En nuestros tiempos, debido a la gran competencia existente en el mundo industrial y comercial, resulta a veces, por no decir casi siempre, más fácil y corriente comprarse unos zapatos nuevos que llevar los viejos a los zapateros para su arreglo. Prueba de ello es que los talleres de estos profesionales han desaparecido, quedando algún taller más industrial que artesano, lleno de modernas maquinarias a donde se suelen llevar los zapatos, diremos, caros, porque los baratos, bueno, para los baratos es preferible esperar al mercadillo del sábado.
En Ayamonte existieron muchos maestros del remiendo del calzado, llamados popularmente "zapateros remendones", que se dedicaban a poner tapas, medias suelas y realizar todo tipo de arreglos.
Recuerdo por encima los existentes, con la esperanza de que algún que otro bloguero de buena memoria amplie la lista. En la calle Hermana Amparo había uno al frente del cual estaba el Sr. Gildo, tío de nuestro querido amigo Pepito Silveira; a la vuelta, en calle Huelva había otro en el que creo recordar que estuvo de aprendiz mi tocayo Trini el Cojo, sin que recuerde el nombre del maestro; en la calle Rodrigo de Jerez, el de Jaramillo, en el que trabajaba el amigo Pepe Ermerinda, el de la Avenida, al frente del cual se encontraba el recordado e inolvidable Trini el Cojo, ya reocordado en estas páginas. Y el que posiblemente fue el que más tiempo duró, el del maestro Alonso en la calle Cervantes, que por cierto, también trabajó en él mi nombrado tocayo, con Angelito el de los cupones en la puerta y el maestro Juan el Guinga, barbero ambulante, arreglando a alguien dento de la zapatería.
Una de las características de quellos pequeños talleres artesanales eran que servían de amenas tertulias.Yo lo fui de dos, de la de mi tocayo Trini, a donde iba todos los días a escribir en una pizarra el título de la película que ese día ponían en el Cardenio, y de la del maestro Alonso en la calle Cervantes por aquello de que como trabajaba en el despacho de don Trini Navarro, antes de entrar siempre echaba allí el ratito.
Buenos, buenísimos artesanos aquellos maestros zapateros, que yo no sé como se las arreglaban, pero cuando te ponías el zapato recién arreglado tenía todas las pintas de recién comprado.
6 comentarios
buenavista -
En la calle San Sebastian el maestro Francisco
Villorro -
Diego el zapatero,hombre hablador, con buen humor y con sus muchos años a cuesta tenía por costumbre que al finalizar la jornada de tarde, diariamente, hiciera frio o calor, se desplazaba hasta el Bar Jerez, que se encontraba ubicado en el lateral del Paseo de la Ribera, para tomar su café en compañía de otros amigos y disfrutando de la charla diaria.
Degustada la taza de buen café retornaba a La Villa, como siempre, andando.
Banderín -
Creo que se llamaba Robustiano. Éste zapatero tenía en la pared de enfrente, al lado de la CNS, un canario, sin jaula, tan sólo tenía una tabla en la pared, de ella salía un palo redondo en el cual se sostenía el canario y a su vez estaba atado por una pata con un cordel. Lo peculiar era que más abajo tenía un pequeño depósito de agua,el canario bebía tirando de un cordel que tenía en su extremo un dedal, el cual subía tirando con el pico y pisándolo con la pata para volver a tirar hasta que el dedal llegaba a su alcance para beber.
Trin Flores -
Delars -
en la calle san diego el hermano de Benito, Antonio.
y también el inolvidable Telesforo en la calle Cristóbal Colón.
Ah. Y el abueloo de la mujer del Hermano Mayor de la Lanzada, hasta hace bien poco.
Lamprea -