PREGONES ANTIGUOS. Sardinas de albaaaaaaa.
El "Duero" atraca en el Guadiana y se procede a la subasta de las sardinas que trae en la bodega pescadas por el galeón "España". Durante el tiempo que dura la subasta, un individuo uniformado, con un anlca pegado o bordado en la gorra y en el pecho, vigila concienzudamente, no sea que los marineros "roben" algunas sardinas que han pescado con sus propias manos y sacrificio. Era un mandado de los propios armadores o de la Cofradía de Pescadores, que venía a ser lo mismo.
Pero hasta ahora, nada ni nadie ha podido vencer a la picaresca que nos legaron los grandes autores del Siglo de Oro, y cuando los armadores de iban, y "el del ancla" daba por terminada su misión, el "Duero" se dirigía hasta la fábrica que había adquirido la sardina en la subasta. Allí, de entre los sacos de sal apilados en la popa del barco, Rumardo II y sus hombres sacaban las sardinas escondidas, práctica que llevan a cabo todos los acostaos en los distintos puntos de alijo. Las sardinas escondidas aparecían como por encanto desde diversas pates del barco. Pronto por las calles de Ayamonte sonaría aquel recordado y nostálgico pregón: "sardinas de albaaaaa".
Como la ley de la oferta y la demanda siempre ha imperado en el mundo de la economía, las sardinas se vendían a tanto alzada: diez, veinte, treinta la peseta.
Una estampa repetida era ver a las puertas de la posada de Leonarda, en la calle Huelva esquina a Buenavista, a Rumardo III, o Rumardillo, con un lebrillo de barro lleno de sardinas esperando a unos clientes que nunca fallaban: los campesinos que de regreso a sus fincas hacían parada en la posaba a recoger sus bestias y sus enseres.
Al final, incongruencias de la vida: a Rumardo III, a Rumardillo, de tanto vender sardinas terminaron diciéndole que era un mojarra. Es como si en los años 50 del pasado siglo, a las puertas de la posada de Leonarda se estuviera engendrando el blog "Mojarrafina".
12 comentarios
Núñez -
Saludos
Ayamontina -
SR.ErPihito solo conozco una mujer de Ayamonte que vive en Cornellá,se llama Maria del Carmen...no sé si será tu hermana.
Sr.Núñez hoy le deseo suerte a su equipo contra el Mílan,a ver si es posible la remontada.
Un saludo y hasta pronto
EL GUARDIAN DEL REGISTRO -
CUATRO A CERO LA PESETA
Saludos
EL KUN -
A CUATRO A CERO LA PESETA
Saludos
Ayaba -
Yo también tengo familia en Cornella, mi nieta, donde esta la iglesia una calle para abajo la primera a la izquierda, no se como se llama la calle, como voy con la catalana no me fijo en nombre, pero ahora vienen más ellos que nosotros vamos.
Saludos
Rumardo III -
Núñez -
También existía la jarampa que era unos montoncitos de pescado que no llegaba a llenar una caja claro que un montoncito de cada clase hacia un buen montoncito, que pertenecía a los marineros, se vendían y la jarampa servia para los bacitos de vino en los zampuzos el tabaco .
Saludos
ErPihitoo -
Decirle a la Sra AYAMONTINA, que en Cornellat del LLobegrat, reisde una hermana mia, desde el año 74 aproximadamente.....saluditos a todos
Aguita clara -
Saludos
El Bardita -
Llenaban de alegría las calles con sus pregones constituyendo un elemento entrañable del paisaje urbano.
Saludos
Ayaba -
Era otra vida, era tipico ver a los leperos con su camisa azul y sus pantalones de panticu de raya o azul, con el canasto en el brazo pregonando, vecinos ofreciendo las sardinas a sus vecinas de la calle, a tantas la peseta, no siempre eran tantas sardinas a la peseta, a veces se llegaba a siete. Un plato tipico de postguerra dije un día que era arroz con castañas secas pilongas, que las vendias las tiendas de avio, ya peladas, estaban más duras, cociditas estaban buenas, las vendia, en un papel de estraza a un cuarto o cuarto y mitad o medio kilo, pues otro plato tipico era las sardinas con arroz.
Saludos
JOSE MIGUEL DUARTE CORREA -