TONTOS DE CAPIRUCHO. Males endémicos.
La Semana Santa ayamontina, como cualquier otra festividad del año, no está exenta de algún que otro “borrón”. A veces, esos borrones se convierten en imborrables utilizando procedimientos normales, y terminan haciéndose como males endémicos, crónicos, y a veces hasta genéticos.
Interrumpir el buen y ordenado devenir de una cofradía cruzando la calle entre penitentes, músicos, acólitos, etc., es uno de los males endémicos de nuestra semana cofradiera. Ni siquiera mi amigo y maestro Rafael Pérez Castillo en sus tiempos de presidente de Agrupación con sus famosos bandos, logró acabar con esta mala costumbre, aunque a fuer de objetivos debemos admitir que en algo sí se alivió.
Hay gentes –como el personaje de la foto- que es peso pesado en eso de la crítica ajena, de la mojarra, que él adjetiva como “fina”, pero que en la materia que comentados no suele ver la viga en su ojo y durante la Semana Santa cruza de acera a acera multitud de veces, cuando no acorta o adelanta camino por entre el cortejo.
¿Qué podríamos hacer con individuos como éste?. Hombre, yo creo que si un diputado de tramo, un penitente o un portador de una vara le deja caer ésta, o el cirio más o menos a la altura de uno de los dedos meñiques del pie más adelantado, es posible que se lo piense. De todas formas, como es mejor las buenas maneras que las violentas, desde mojarra fina invitamos al personal en general para que, en su caso, lo inviten a dar marcha atrás de su propósito desorganizador. Seguro que lo comprenderá. Aunque no les aseguro que ese individuo tenga enmienda.
En fin, pilarín.
6 comentarios
El pobrecito observador -
Mojarreo -
Niño pidiendo cera -
El bohemio y aburrido tabernero, otra vez -
Mojarrafina -
El bohemio tabernero -