AYAMONTE EN EL RECUERDO: EL VIEJO PASEO DE TETUÁN: CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN.
El Cabildo metropolitano de la ciudad de Sevilla, allende 1.401 decidió lo siguiente: “Fagamos una iglesia tal e tan grande que los que la vieren nos tomen por locos”. Y construyeron el templo cristiano gótico más grande del mundo y el tercero de cualquier estilo.
En 1.830, el Pleno del Iltmo. Ayuntamiento de Ayamonte acordó lo siguiente: “Fagamos un paseo junto al estero tal y tan hermoso que todo el que lo viere sienta admiración” (esto ha salido de mi mente calenturienta). Y, ya en serio, según me informa mi amigo e historiador local, Enrique Arroyo,se procedió de inmediato a la plantación de una arboleda y se colocaron hermosas farolas. Más pasaron dos años, y la “inmoralidad y grosería de algunas personas”, dieron al traste, y se establecieron unas penas para los que atentaran contra los árboles y pescantes de las farolas: un ducado por la primera vez; doble para la segunda, y cuatro días de cárcel para la tercera y sucesivas, multa incluída. (Aquellos inmorales y groseros se han ido reproduciendo y los atentados afectan hoy también a los macetones).
El hermoso recinto fue llamado Paseo de Tetuán –aun distaba bastante la pérdida definitiva de nuestras posesiones en el exterior: América del Sur, Cuba. Filipinas y protectorados en Marruecos-, de ahí el nombre de la ciudad africana, entonces tan española.
Llegó la maldita Guerra Civil y lo de Tetuán dio paso al nombre de aquel siniestro general que al fusilamiento de inocentes lo bautizó con el eufemismo de “que le den café”. Como Paseo Queipo de Llano llenó cuarenta años de nuestra reciente historia, hasta que el topónimo se impuso con su indiscutible lógica y hoy es conocido, y espero que para siempre, como Paseo de la Ribera. Ha servido para todo: procesiones, cabalgatas, carnavales, mercadillos, certámenes pictóricos, hasta soportó y soporta la tediosa pesadez de las tómbolas del Lunes Santo y Domingo de Ramos en calurosas noches de verano. Sin olvidar aquellas entrañables verbenas musicales, aquellos bailes que organizaba el régimen franquista para conmemorar la “Victoria”, a las que se apuntaban incluso los republicanos de izquierdas, no faltaría más.
Pero de un tiempo a esta parte cumple una función muy especial: sirve de pasarela. Yo la he bautizado como “Pasarela Ribera”. Emulando al rey Enrique IV de Francia –“París bien vale una misa”-, muchos ayamontinos y ayamontinas –el menda incluído- han utilizado el bello recinto más que como paseo, como pasarela. Mujeres y hombres “entrajados”, a veces de forma alarmante que canta lo forzado del momento; se desfila mirando más a los lados que al frente, saludando a diestro y siniestro, no importa lo incómodo y pesado que resulte un estandarte, una bandera, un farol, un palermo; unos minutos de gloria efímera a la que se llega prestando servicios incondicionales principalmente a las cofradías de Semana Santa.
De todas formas, siempre es preferible Pasarela Ribera que Queipo de Llano, ¿no creen?. Pues eso.
16 comentarios
Baja pa bajo -
Hacer campana?? -
Quien es, yo -
Lo digo yo, oh oh, oh oh -
La otra noche estuve bailando con Lola y me dijo que se encontraba muy sola, -
Ayaba -
Amigo Torrija yo era muy joven para estar en el circulo, era socio de la Milagrosa.
Saludos a todos
El Torrija -
y se ponian a mojarrear de todos los que entraban y salian del Paseo.
Saludos
Cuidadin Pilarin -
Señor Elizondo -
Para que luego diga la simpatica Paulita que el fin de semana empieza el jueves.
Saludos para todos.
Padre Juan Junior -
Saludos
Junior -
Saludos
Mosquito rojo -
Ya no se acuerda que el Rosario de la Aurora cada uno en su barrio, terminaba pues en eso, porque los jovencitos superdotados del Peñón, Arrecife y Campillo de las vacas el primer día se levantaban temprano y participaban pero el segundo día se quedaban dormido.
Saludos
Retama blanca -
Saludos
El bardita del salón -
Saludos
Dragoncito -
Baluarte -