LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. 41. El nombramiento
Me gusta esta palabra con locura, es tan marinera, tan ayamontina que me chifla. El quid de la historia es que existe una confusión entre dos palabras sinónimas: título y nombramiento.
El título es el testimonio o instrumento dado para ejercer un empleo, dignidad o profeión. Por ejemplo, título de licenciado en Bellas Artes, título de profesor de auto escuela, título de graduado social, etc.
El nombramiento, por su parte, es una cédula o despacho en que se designa a alguien para un cargo u oficio. Por ejemplo, a un señor con título de licenciado en Derecho se le nombra asesor jurídico de una determinada empresa. Hay una conexión inseparable entre título y nombramiento, por lo menos en esencia porque luego en la práctica ya sabemos qué pasa, si nó, asómense ustedes a los ayuntamientos y observen los nombramientos de secretarios, interventores, etc. que no cuentan con la titulación debida. En estos casos el nombramiento deja mucho que desear, aunque en la práctica funcione, al menos en interés de más de uno.
En Ayamonte, en el ámbito marinero nunca de utilizó la palabra título, sino nombramiento. Así se decía: fulano va de patrón en tal barco sin nombramiento, ciclano tiene nombramiento de patrón de altura pero lleva un barco de bajura, perengano tiene nombramiento de motorista. En realidad, se trataba de personas con titulación a los que, en base a la misma, se les otorgaba el nombramiento para ejercer el concreto cargo de patrón, maquinista, motorista y otros.
Mi padre tenía título de patrón de bajura pero estuvo muchos años llevando un barco para el que se necesitaba título de patrón de altura. El truco era el siguiente: como para ejercer de patrón de pesca no se requería título alguno, se enrolaba como tal, y Juan Ventura, al que recientemente hemos dado el último adiós, que tenía título de patrón de altura así se enrolaba. Así, la Ayudantía de Marina libraba para mi padre el nombramiento de patrón de pesca y para Juan Ventura el de costa. Después, en la práctica, Juan iba de patrón de pesca y mi padre de costa. Y es que ya se sabe que aunque no sea cierto, el que hizo la ley...
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