AYAMONTE EN EL RECUERDO. 39. Las visitas al Santísimo
Es cierto que con el régimen del general Franco se instauró en España un credo oficial representado por el Nacionalcatolicismo, aquel que convertía a todos los españoles en católicos quisiesen o no, y en el que la partida de bautismo tenía incluso más valor que la de nacimiento, es más, el matrimonio era el religioso, el Juzgado se limitaba a realizar una transcripción de éste. Si un cura veía trabajar a alguien un domingo lo denunciaba y el pobre trabajador, que no lo hacía por gusto sino por extrema necesidad, las pasaba canutas. En fin, pilarín, para qué vamos a seguir.
Mas había otra realidad, la de la libre creencia, la de la práctica de una liturgia y de unos modos que muchos aceptamos sin necesidad de que nos obligaran. Una de esas costumbres era la diaria visita al Santísimo, era como ir a casa de un amigo a echar un ratito después del trabajo y a continuación salir un rato con los amigos o los novios en pareja. Entonces existía en la iglesia de las Angustias una capilla dedicada expresamente al Sagrario, es la que hoy ocupa la hermandad del Resucitado y que sigue albergando la imagen del Corazón de Jesús. Los bancos se situaba en sentido perpendicular a a dicha capilla, es decir, transversal al altar mayor.
Desde luego, algo tenían aquellas vespertinas visitas cuando repetíamos, eran como un sedante y además, como una gran necesidad y así nos la imponíamos voluntariamente. Eran los tiempos del velo paulino, las mujeres tenían que ponerse velo para entrar en las iglesias. Todo muy obsoleto visto hoy, pero al ser propio de los tiempos en que ocurría, resultaba absolutamente normal. Fue sin duda una buenísima costumbre que, como muchas otras, se perdió.
1 comentario
jmrguezma -
Pero si es verdad que aquello tenia un sabor extraordinario.
Un saludo Trini.