AYAMONTE. UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. La Callejita el Loco
La fotografía que tenéis o tendréis a la vista, como reza el azulejo, corresponde a nuestra calle San Pedro, pero de antiguo fue llamada, y no me preguntéis por qué, porque no lo sé, como la "Callejita el Loco". La lógica me hace pensar una de dos, que en ella viviera un loco o que por ella pasara con frecuencia un loco, y también podríamos recurrir a la leyenda, como ocurre con el lobizome o el morito del Callejón Corto, que el loco sólo existiera en la imaginación.
Calle más bien pequeña y estrecha, peatonal, pero así y todo albergó actividades de mucha enjundia en nuestro pasado reciente, a saber:
En la Callejita el Loco estuvo establecido el Frente de Juventudes, allí íbamos los jóvenes de la época a jugar al pin pon, a escuchar las charlas de los líderes falangistas, a ver representaciones en su pequeño escenario, y a beber una copa con una tapita de atún en conserva. Y a velar a los caídos por Dios y por España llegado el 20 de noviembre de cada año. Hoy, si preguntas por ahí será raro que encuentres a alguien que reconozca que visitó siquiera el Frente de Juventudes, no sea que lo tachen de fascista-franquista, con lo progresista que es hoy el personal en general. Yo os digo que yo sí, incluso tenía mi uniforme de flecha, que dicho sea de paso, era obligatorio sin querías seguir estudiando en el Instituto Laboral. y lo pasaba muy bien en el local, al fin y al cabo era lo que había.
También estaba establecida la añorada y querida Radio Juventud de Ayamonte, que nos fue expoliada y llevada a Huelva dicen que con la colaboración de un ayamontino, por cierto, el líder falangista más destacado.
Más arriba, un colegio público de niñas denominado Colegio Titular, no se a qué venía tal nombre, recuerdo que las niñas vestían uniforme blanco. Y una canción muy repetida para el juego de la comba: "en el Colegio Titular, han puesto tablas, cuando pase Matilde, tropiece y caiga; pasó su novio, la vió llorando, qué te pasa Matilde que lloras tanto,me he roto un hueso y tres costillas, a la noche veremos las pantorrillas". El nombre de la niña cambiaba según la que saltara.
Frente al colegio, una carpintería y a lo largo de casi la mitad de la pared derecha se podían oir las notas del piano que con tanta afición tocó siempre nuestro admirado maestro Barbedún, es decir, Manolín Feu. Tampoco podemos olvidar la vieja pensión de Ramona Reyes y la que con el tiempo fuera, en el lugar que ocupó el colegio citado, la vivienda primer conserje del Instituto Laboral, el recordado Paco el Misionero.
Anda que no dá nada de sí una calle tan pequeña, una callejita, la Callejita el Loco.
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Sarima -