AYAMONTE EN EL RECUERDO. Viejas y perdidas estampas de nuestra Semana Santa
Nuestra Semana Santa, en su aspecto cofradiero o procesional, como cualquier otra actividad cultural, ha sufrido a lo largo de los años innumerables transformaciones, que vamos a tratar de resumir en este artículo.
El paso del Descendimiento de la cruz era bien distinto del actual. Aquel viejo paso era conocido como el de "los santos varones", que aparecían inclinados sobre los brazos de la cruz. Al pie de ésta, las piadosas mujeres expectantes con el sudario preparado, precisamente una de estas imágenes procesiona hoy en el paso del Señor de la Mulita representado a una mujer del pueblo hebreo.
La hermandad de la Soledad contaba con un cuarto paso que desfilaba detrás del crucificado de la Vera Cruz y antes del Santo Entierro. Este paso representaba el triunfo de la cruz sobre la muerte, llevaba una calavera y un gallo y sobre el travesaño de la cruz pendían las vestiduras del crucificado, por ello era popularmente conocido como "el paso de la rompa tendida".
El paso de Jesús Caído, que posteriormente sirvió para el Señor de la Mulita y hoy constituye el altar de culto de esta imagen en la capilla de la hermandad, destacaba por el gran número de espejos de su canastilla.
La hermandad de Ex-combatientes contaba con el tercer paso, que en realidad era el primero en el desfile y el que daba título a la cofradía: el Cristo de la Victoria, conocido popularmente por "el Beso de Judas". Por razones obvias, al ser de escayola y no reunir condiciones ni garantías, fue retirado del desfile procesional, pero aun en nuestros días se le echa de menos.
Una de las estampas más recordadas de aquella antigua Semana Santa, era el desfile en solitario del Cristo de la Buena Muerte -el siempre querido "Señor sin tripas"- desde el templo de la Merced, sin acompañamiento musical. Se le cantaba el perdón a medida que avanzaba por el interior del templo buscando la salida y el cortejo de penitentes portaba cirios con velas rizadas que alumbraban mediante una pila.
Padre Jesús es la cofradía que de más tradiciones se ha desprendido: la colecta que hacía el bueno de "Colijo", llamada "votitos de Padre Jesús"; los huevos cocidos y teñidos con una anilina morada; las bocinas; las insignias en general, bandera, estandarte, etc. y la matraca que últimamente se ha recuperado. Eso sí, las carreras espectaculares e innecesarias perduran desgraciadamente, lo demás se puede eliminar tranquilamente. Y eso que es la "cofradía del pueblo", que si fuera de unos pocos no quiero ni pensar qué pasaría.
En fin, fueron otros tiempos que permanecen en la nostalqgia de quienes los vivimos.
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El incómodo criticón -