MOJARREANDO. Santa Teresa Romero.
De un tiempo a esta parte, la vida judicial española ha cambiado de espacio. Antes, mucho antes que lo hagan los jueces en virtud del mandato del artículo 117 de la Constitución, los asuntos propios de la Justicia vienen a dilucidarse en los foros televisivos, a los que acuden "expertos y expertas" de mundial consideración y prestigio.
En sede juicial un procedimiento, máxime si es penal, suele durar años, lo que a veces resulta excesivo, es cierto. Pero en sede televisiva un procedimiento penal se puede liquidar en una mañana, una tarde, un mediodía. Bajo la batura imparcial y objetiva de García Ferreira o Jesús Cintorras (La Sexta y Cuatro), periodistas de tres al cuarto metidos a juristas, escudriñan el asunto y en menos de un suspiro dictan sentencia.
Pero luego viene aquello que inmortalizó Paco Toronjo en un fandango: "no preguntes por saber, que el tiempo te lo dirá". Y los sabios de la tele ni se inmutan, ni rectifican ni nada que se le parezca. Silencio cómplice.
El caso de la sanitaria Teresa Romero, elevada a los altares de las dos cadenas, es puro paradigma: su estrategia de ocultación y mentira (a su médica, a su peluquera y clientes de la peluquería), tuvo como resultado la lapidación de un Consejero de Sanidad, y de camino - ese Pisuerga que siempre pasa por Vaalladolid-, del propio partido al que pertenece.
Pero resulta que el consejero tenía razón: "Santa Teresa de Sexta/Cuatro" mintió y ocultó su posible contagio de ébola, a su médica, a su peluquera y a todas las señoras que a la sazón se encontrasen en la peluquería. Mientras, el malo, el infame de la película, el que dijo la verdad, terminó ardiendo en el infierno de Sexta/Cuatro.
La "santa" ha reconocido su mendacidad, no voluntariamente, sino conminada por la amenaza de una queralla. Pero ni Ferreiras ni Cintorra se han hecho especialmente eco del asunto. En fin, pilarín.
4 comentarios
J. Lopez Romero -
podemos del mayor dolor -
Olé, olé -
La doble moral -
Es una manipulacion mas de las que pululan por esas cadenas, como otras que tratan diariamente.
Si la señora que murio esperando en urgencias, hubiera fallecido en otra comunidad de otro signo politico, la que hubieran formado hubiese durado hasta el corpus. Les hubiese faltado tiempo para llevarle las camaras a la familia, a los enfermeros, a los sindicatos...