LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. 68: To er mundo no puede viví en la calle Reá
La foto que ilustra este artículo es de esas que atacan mi nostalgia de forma inmisericorde, nos presenta una de las estampas más bellas del Ayamonte recientemente pasado, aunque por la indumentaria de los personajes seguramente debemos situarla a principios del siglo XX, incluso a finales del XIX. Obsérvese la proliferación de jóvenes, más bien niños, que visten gorra de visera y los adultos la inconfundible mascota o sombrero.
Las balconadas son de ensueño, principalmente las que quedan al principio a la izquierda de la imagen, que creo que son las pertenecientes a la vivienda de la familia Infantes Reyes, aunque en esto no tengo seguridad, destacando asimismo la muy atractiva fachada del antiguo banco Central.
La calle Real no ha cambiado de manera escandalosa, se ha modernizado y conserva alguna reminiscencia de la antigüedad.
“To er mundo no puede viví en la calle Reá”. Era un dicho propio del habla ayamontina del siglo pasado. Y desde luego, a la vista de la fotografía, a nadie se le ocurriría pensar que en un tiempo de mucha riqueza, pero pésimamente repartida, algún trabajador pudiera vivir en esa calle.
La frase era una extraordinaria metáfora popular. Con ella queríamos decir que la sociedad está estructurada de tal manera, que los espacios están repartidos, los urbanos, los sociales, los políticos, los intelectuales. Y como siempre, los que tienen más poder, generalmente derivado de una mayor riqueza, acaparan los más importantes. Si el hijo de un pobre quería estudiar Medicina, seguramente que el padre le contestaría: hijo, lo tuyo será la mar, debes conformarte porque to er mundo no puede viví en la calle Reá.
Afortunadamente fue una etapa superada y hoy esos espacios, aunque siguen existiendo, principalmente en los barrios de lujo de las grandes capitales, tienden a acercarse. Desde luego, nuestra calle Real fue y sigue siendo una calle eminentemente comercial y no muy habitada, y tampoco siempre eran ricos los que en ella vivían. Pero la metáfora ayamontina es inmejorable
1 comentario
Ayaba -
De nuestros tiempos infantiles y de jóvenes hay tiendas que ya no están que quedaron en nuestra memoria, como cuando íbamos a Los Almacenes Alcos a comprar los cuadernos, Mariquita me parece que se llamaba decía como los quiere normal o aplizado y los lápices y las gomas y sobretodo la inolvidable Enciclopedia Álvarez.
Buenos pio nono, merengue y miloja nos comimos alguna vez en El Buen Gusto que todo no era polea.
En La Elegancia daba una pelotita de goma maciza verde si compraba un zapato.
Casa Estévez con los juguetes.
El estanco con los Ideales, Celtas, rumbos
También en el recuerdo personas inolvidables y muy queridas como Enrique el Lucero, Alonso, Mateo, Marcelino, Paulino