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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. 48. Hoy: Hay jureles

LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS.  48. Hoy: Hay jureles

Vamos con esta expresión antes de que se vaya este intenso frio, si nó después no vale. Empecemos diciendo que el jurel o chicharro es un pescado azul, muy graso, por eso antes se desaconsejaba en la dieta hasta que se ha averiguado o descubierto que esas grasas lejos de ser perjudiciales para la salud son beneficiosas, para que luego digan aquello de las ciencias exactas o que las ciencias están sustentadas en el empirismo. Mira que si un día se presentan diciéndonos que el tabaco es bueno. En fin, Pilarín.

A lo que vamos, el dicho jurel, muy abundante en nuestras costas, es de la familia de los cupleidos, que viven en grandes bancos y de ahí que sus capturas sean muy abundantes. Aclaro esto porque hablando de frio diremos que los jureles son a los cupleidos lo que el barui es a los jureles. ¿Que qué es el barui?. Paciencia, dentro de unos días lo trataremos, pero ya les adelanto que es una especialidad de jureles.

Decimos los ayamontinos eso de que hay jureles cuando hace mucho frio, y lo primero que ustedes se preguntarán es qué tiene que ver una cosa con otra. Sinceramente, tampoco lo sé, aunque una pista me da el "Muñeco Diabólico" cuando aclara que el tiempo o temporada del jurel va desde principios del otoño hasta bien avanzado el invierno,  por lo que podemos llegar a la conclusión de que los antiguos ayamontinos denominaron jureles al frio precisamente porque tanto el frio como el jurel dan la cara en esas dos estaciones. No puede ser más lógica la cosa, como todo lo que hacían nuestros antepasados, que para eso eran ayamontinos, pazguatos y finos.

Por cierto, ¿recuerdan los viejos ayamontinos lo de los "jurelitos pios"?, porque los jóvenes creo que ni idea, así que pensando en ellos diremos que los jurelitos pios los llamábamos así porque eran muy pequeños, inmaduros que se diría hoy, fritos estaban de muerte y secados al aire para comerlos después acompañado de un buen lingotazo no digo ná.

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