LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. Hoy: alburraca
Yo no sé de donde ni de cuando proviene el término alburraca, ni por qué los ayamontinos de antaño llamaron así a las meduzas. Desde luego, lo que no tiene sentido es esa cursilería cateta de llamarlas "aguaviva", que es del todo una contradicción con la verdadera esencia del agua viva, que según nuestra Real Academia es "la que emana y corre naturalmente". Ya me dirán si eso lo hacen las alburracas.
De todas formas, y siendo el término meduza bastante difícil de digerir, algún nombre había que buscarle más sonoro, más expresivo, pues es tanto el fastidio que producen las alaburracas que merecen que las tratemos incluso de forma ofensiva, y así suena alburraca, como un insulto, es como si a alguien que se lo merece le decimos hijoputa -que es distinto de hijo de puta-, a la meduza, que es una cabrona y una hijaputa, le llamamos alburraca.
Lo de meduza, según nuestro diccionario, suena así de difícil y enredoso: una de las dos formas de organización de la alternancia de generaciones de gran número de celentéreos cnidados y que responden a la fase sexuada, que es libre y vive en el agua; su cuerpo recuerda por su aspecto acampanado a una sombrilla con tentáculos colgantes en sus bordes.
Ahí es nada, como para que cuando estemos en la playa y nos pique una lindeza de estas vengamos diciendo, me ha picado una de las formas de organización de la alternancia de generaciones de un celentéreo.... anda al carajo, con lo fácil que es decir, me ha dado un picotazo una alburraca.
Y es que donde está el picotazo de una alburraca, que se quite el de las meduzas.
2 comentarios
Trini Flores -
Kiski -
O las enormes del traslado en ferry a Villarreal.
Un Saludo