AYAMONTINOS INOLVIDABLES: MANUEL CORREA CRUZ -MANOLO PIRI-
El mundo se le hizo pequeño; la vida le resultó corta; los espacios, demasiado limitados; el aire frenaba sus ansias de llegar, de ir y venir permanentemente. Todo en él eran prisas, nervios, ansias, deseos de rápido cumplimiento. Para él, pararse era como ofender a la vida que amaba con frenesí. Hasta que llegado un tiempo prudencial, si es que en tratando de la muerte se puede hablar de clases de tiempos, todo se paró y se vio obligado a firmar su último “parte de guerra”, que no fue una rendición ni mucho menos, fue, simplemente, cambiar el reloj del tiempo por el invisible de la eternidad.
Pero a pesar de sus prisas, de sus nervios –en el transcurso de una tarde se le podían contabilizar hasta diez, veinte veces en que entraba y salía del Casino España para ir y venir otras tantas del Muelle de sus trabajos y sudores- Manolo Correa Cruz –Manolo Piri- sabía parar el reloj del tiempo, sus prisas, sus nervios, para centrarse en aquello que para él era fundamental y prioritario: el ejercicio del amor, a los suyos y a todos los que le rodeaban. Sé que entro en el terreno de las osadías, pero estoy seguro que Manolo Piri se llevó a su otra vida dos alforjas, una llena y otra vacía; la llena, de amigos; la vacía, de enemigos.
Mi amistad con él, casi parentesco, viene de la infancia, en la calle Olivo, en el Peñón. Su madre era mi madrina y su hermano Mauricio mi mejor amigo de la infancia. En aquel mítico Peñón, se crió entre olores de paños que su madre convertía en ropa de caballeros; y de redes que con paciencia elaboraban su padre y su abuela.
Manuel Correa Cruz –Manolo Piri- se ha marchado dejando una familia que le adora, y multitud de amigos que le recordaremos siempre, por eso me permito adscribirlo a esta página de “Ayamontinos inolvidables” .
Por todos los difuntos se reza, pero Manolo Piri es un privilegiado, pues las mejores oraciones lo serán en forma de música celestial, aquella que su hijo Manolo con su estupendo coro, elevan al cielo desde nuestros templos.
Descanse en paz otro ayamontino inolvidable: Manuel Correa Cruz –Manolo Piri-.
9 comentarios
Er Mayito -
Segismundo Calafate -
Ayaba -
Amigo EL GUARDIA DEL REGISTRO suele pasar estas cosas me equivoque al poner el nombre de la calle, di detalles de donde estaba la casa las tiendas de avio era la del señor Horacio en la calle Teniente Medina, bajando la calle Peña la del señor Ignacio y el vecino de enfrente el Pilongo que tenia una madre muy buena mujer y muy trabajadora, trabajaba por siete.
Vigilante lleva ya el terno a limpiar, ajunta pa la Angustia y vete por las tardes detrás del paseo a esperar los cacharritos ya han llegado el girasol y las volaoras, a mi la que me gustaba era la hija del de salón de tiros de Huelva una morenita muy guapa ya estará cobrando el retiro.
Ayúdale al amigo EL KUN a montar la caseta, Don Manuel invita a Whisky y a turrón.
Saludos
El Mojarra del Peñón -
EL GUARDIA DEL REGISTRO -
Ayaba -
En aquellos tiempos no había casi de na, pero había mucho.
Saludos
Trini Flores -
Ayaba -
Felicitar al director, amigo Trini por lo bien y bonito que has escrito el articulo.
Yo pensaba que siempre vivió Manolo en la calle piedra esquina calle Realidad enfrente del Pilongo porque desde pequeñito iba a su casa o pasaba por allí al estar las dos tiendas de avio más grande serquita al lado.
Saludos para todos
Observador -