AYAMONTE EN EL RECUERDO. 50. La Villa que nos quitaron
Tengo a la vista una vieja fotografía del barrio de la Villa tomada desde la esquina norte del Muelle de Poniente; al lado, otra que quité hace unos días para compararlas, y la impresión que se obtiene después de la comparación es bien clara: la Villa de verdad ha desaparecido casi en su totalidad. Sí, es cierto que si te adentras en el barrio ahí siguen estando la calle Cuna, Viriato, San Sebastián, San Mateo, Jesús, en fin, todas. Pero ahí permanecen como enlatadas, ahogadas por los armatostes que se han ido construyendo a su alrededor a lo largo y ancho de los últimos años.
No sólo se ha cambiado la cal por el plástico, por los azulejos de fachadas; también los tejados por azoteas, y a veces las piedras por el alquitrán. Pero vayan ustedes a decírselo a los arquitectos diseñadores del desmadre, verán como tratarán de convencerles que así está el barrio mejor. O a los que llenaron la buchaca a costa de nuestro más rancio patrimonio, esos que se quitan de enmedio cuando las ven venir moradas.
Cuando en una contienda deportiva, por ejemplo, un partido de fútbol, un equipo es considerablemente superior a otro, suele decirse: "no hay color". Algo parecido podemos decir asomándonos a esa esquina del puerto que antes indicaba al mirar hacia la Villa: "no es lo mismo". Y es que en realidad, la Villa, Villa, nos la quitaron hace tiempo. Una lástima y a la vez, una triste realidad.
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