LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. 39. Hoy: una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa
Hoy tratamos una frase muy ayamontina, propia de la más alta escuela filosófica de la Antigüedad, vamos que ni a Platón ni a Aristóteles se les hubiera ocurrido algo semejante.
Hace unos días, me encontré con un pariente y para matar la curiosidad le pregunté si su hermano se había separado de la mujer o esta había muerto, porque lo veía salir con otra señora. Mi pariente me dijo que había enviudado y que ella también era viuda. Para tirarle de la lengua le dije: yo a tu hermano lo veo ahora muy salingón y muy bailón, cuando con su anterior mujer no iba a ninguna parte. Y me contestó: es que ella es muy bailona.
Es verdad, desde la creación de los Centros de Días para Personas Mayores muchas viudas han salido pero que muy bailonas, no sabemos si porque sus anteriores maridos las tenían metidas en la casa y lo del bailongueo lo llevaban en la masa de la sangre o por qué otra razón, lo cierto es que los anuncio de bailes proliferan, incluso tengo entendido que hacen excursiones a Portugal. Yo me alegro por ellas, que sean felices, aunque también es cuestión de indagar el motivo de tal radical cambio en sus nuevas parejas masculinas, que antes no bailaban ni "Paquito el chocolatero" en la diana y ahora no se pierden un baile.
Siguiendo con la conversación con mi pariente le dije: mira, yo comprendo que tu hermano haya buscado y encontrado otra mujer para no encontrarse solo, pero... y sin dejarme contestar, me espetó: mira, primo, te voy a decir mi opinión. Que se busque una compañera me parece bien, que salga y se pasee también, incluso que baile. Pero to los días, to los días de meneo no me parece bien. ¿Por qué?, le pregunté, y sin dudarlo un momento me dijo: porque una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa.
Y ahí quedó la filosófica frase, para nos anales.
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