LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. 38. Hoy: la cosa tiene cacaruca
En mi libro "La peculiar forma de hablar de los ayamontinos", que por cierto, estoy preparando una nueva edición ampliada a más de 50 nuevas expresiones, definía la cacaruca como "extrema dificultad que encontramos en la resolución de un conflicto".
Los que ya somos mayores encontramos grandes dificultades para el manejo de las nuevas tecnologías, no se pueden ustedes hacer una idea de las veces que el técnico diseñador del blog, el inefable Javi Martín, me tiene que sacar de culera por mis torpezas.
Recuerdo aquellas tarjetas piratas que proliferaban cuando salió en antena por primera vez el Canal plus. Estaban por todas partes, de tal forma que la cadena tenía que proceder a realizar contínuos barridos para inutilizarlas. Yo pensaba entonces que era cosa de informáticos, pero no era así, se trataba. en los casos que yo conocí, de alumnos de FP, que las hacían con una facilidad pasmosa.
Con los relojes que venden los moros pasa lo mismo, con dos botones tienes que generar muchos servicios, así que el remedio para conseguirlo consiste en esperar a que el niño venga de la escuela y asunto terminado, en un plis plas reloj en marcha con todas sus prestaciones.
Pero la cosa de precocidaz está alcanzando límites insospechados. Cuando vean ustedes la foto que ilustrará este artículo, pensarán que a la niña la hemos puesto ante el ordenador para hacerle la foto. Pues no, ha sido ella la que se ha subido a la silla, y tratando de hacer lo que antes estaba haciendo el abuelo, le da al teclado y al ratón con el dedo índice perfectamente colocado en la ruedecilla, en fin, para asustarse, pues sólo tiene diecinueve meses.
Ante esta situación, y no pudiendo encontrar una explicación medianamente razonable, sólo nos queda decir: la cosa manda cacaruca.
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