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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

Cuaresma Nostálgica: Calles y lugares cofrades

CUARESMA ANOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. La Barranca.

CUARESMA ANOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. La Barranca.

La Barranca, nuestra calle Manuel Lerdo de Tejada, a lo largo de su existencia como lugar cofrade, se ha caracterizado siempre por los grandes contrastes, como si quisiera emular su propia fisonomía de sube y baja se tome desde donde se tome.

Durante muchos años, quizás demasiados, sus viejos adoquines soportaron el arrastre de los zancos de los pasos llevados por cargadores y también por costaleros que llegaban con las fuerzas justas. Era una historia repetida año tras año. La estampa de ver cómo gente del mundo cofrade con gran espíritu de solidaridad y sacrificio, se metían bajo los pasos con traje de calle, sin costal ni nada parecido, a modo de prácticos tratando de sacar el barco del embarrancamiento, era algo corriente, incluso esperado aunque no deseado.

Pasó el tiempo y las nuevas cuadrillas de costaleros dieron un cambio radical a la situación, que ahora de presenta brillante, con gente preparada, suficiente. Pero en ese afán de la Barranca de no conformarse con situaciones de normalidad, ahora pasa lo contrario: los pasos no arrastran sus zancos, ahora un paso, el de la Lanzada, levanta junto a la esquina de calle Pescadores y arría a las mismas puertas del templo de San Francisco. Una auténtica barbaridad por mucho que se aplauda a los costaleros por esa pretendida epopeya. A mi modesto entender, no es menester tanta prepotencia, tanto farol, que lejos de dar brillo apaga las esencias de un desfile con sus chicotás precisas y medidas, con levantás y arriás bien concebidas y bien realizadas. Lo otro no es más que un lucimiento a todas luces exagerado e innecesario: convertir una chicotá en el propio recorrido, confundir el continente con el contenido. Pero parece que gusta, y no me extrañaría que un año pasaran de largo del templo para alargar más la chicotá.

Y no digamos nada de la carrera de Padre Jesús y la Virgen del Socorro. Llevo años oyendo decir a los que han ido entrando de nuevo en la cofradía en puestos de gobierno que iban a acabar con ese lamentable espectáculo. Pero nada, todo sigue igual.

Menos mal que nos quedan otros pasos mandados por gente con más raciocinio: Esperanza del Mar, Vera Cruz, Yacente, Soledad, Oración en el Huerto, Jesús Caído y Amargura. Y con ellos también resulta espectacular la Barranca, porque la Barranca es espectacular en sí misma.

Calle cofrade por antonomasia. En ella vivieron cofrades ejemplares que ya nos dejaron y permanecen en nuestro recuerdo: Angel Márquez Feu, Manolo Pérez Bautista, Vicente Cabrera, y aun entre nosotros Manolo Márquez Ortiz. Hasta la esquina de San Roque, Callejón del Matadero como topónimo, es la Ribera, a partir de ahí, la Villa. Un Ayamonte que se divide administrativamente pero que se une más que nunca en noches de Semana Santa recordando olores tradicionales, los de la tienda de ultramarinos de Campito y Angustias y los del almíbar de los pirulís caseros que elaboraba la Viudita, mezclados con el reconfortante olor a sardinas cocidas de la fábrica de los Vázquez.

Calle de contrastes cofrades en que el disparate se mezcla con el buen estilo. Dicen que para que haya mundo tiene que haber de to. Pues será eso, qué le vamos a hacer.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. El Señor de la Guadaña.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. El Señor de la Guadaña.

Estoy seguro de que la mayoría, por no decir todos, de los jóvenes cofrades de estos tiempos se van a llevar las manos a la cabeza por afirmar que el lugar conocido por el del Señor de la Guadaña es un lugar cofrade. Seguramente a ellos les va mejor como lugar cofrade la subida de Ainé Carbonell con cangrejada incluida, por ejemplo. Mas me atrevo a aventurar que no todos los jóvenes cofrades de estos tiempos piensan así. Me imagino a Alvarito Arenas de mano de su padre, mi querido guarda del parque, apostado bajo la pequeña reja del Señor de la Guadaña para ver pasar, con los aprietos propios del lugar, el imponente paso del Descendimiento. Y lo mismo podría decir de Manolito Alejandro Calderón de igual guisa y con el mismo fin , protegido por su abuelo, mi querido amigo Juan el Pancho.

 

Y es que, queramos o no, estamos hablando de un lugar cofrade por excelencia, un lugar donde nunca verás un paso de envergadura arriado, pues la estrechez de la calle y la curva existente lo evitan. Un lugar entrañable que ha dejado atrás el incomparable olor a tienda de ultramarinos de las buenas, la de la siempre recordada Sarita y su esposo Eduardo Morán, o el último despacho de la noche de vino mesturao por parte de Manolo el Gordo Queveo, o la estampa de Sulpicio Martín asomado a su balcón con  sus nietos  Pedro y Antonio Moreno, y que empieza a enfilar el último tramo de la calle Huelva.

 

No es lugar de saetas, ni de marchas. Hay que apretar los machos y salir de la dificultad de la estrechez y la curva del lugar. Cuando la Guardia Civil escoltaba los pasos tenían que abrirse paso con muchos apuros entre la pared y las gentes amantes de ese lugar. No se me olvidará nunca el año que salió por primera vez el enorme paso del Descendimiento con aquellos cargadores famélicos, sin fuerzas. Tuve que refugiarme en la escalera de Rafael Gómez para vitar ser poco menos que aplastado.

 

Viejos y nostálgicos recuerdos que nos traen a la memoria a personas estupendas que nos dejaron hace tiempo: Celedonio Martín, Marcelino el carpintero, Jesús Naní, el inefable Pepe Aguilera… Y como no, el inolvidable poeta Paco Herrera, que dentro de un poema excelso dedicado a su calle, calle Huelva, aquella que “estaba empedrada de adoquines y de cantos, y de una acera partida donde la lluvia hacía charcos”,  saludaba al crucificado de la capillita de la calle así: y el Señor de la Guadaña, pequeñito y enrejado, que me asomaba por verle entre sus flores de trapo.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. Esquina de la Peña.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. Esquina de la Peña.

A la memoria de un gran cofrade y ayamontino fallecido hoy: Joaquín Landero.

Poco podemos hacer con las cosas que se asientan, en el hablar, en referir historias y hasta historietas. Mas como dice el refrán, lo valiente y lo cortés pueden marchar de la mano, y eso es de menester.

Me pregunto a qué vendrá lo de Esquina de la Peña, cuando en la calle Real es donde la esquina queda. Esquina a calle Real, esquina a la tienda Anselmo; esquina a la Giralda, de Sanchito: ¡qué recuerdos!. La esquina que el paso coge no es la esquina de la Peña, pero así se le quedó, para siempre, sin enmienda.

Cuando Paco Concepción toca un varal con sus manos, esquina a calle Real es la que viene rozando. Mas dos pasos más arriba, más dos pasos más abajo, en una o en la otra esquina nos veremos cada año. A mí me gusta situarme en la calle Lusitania, para ver las cantoneras, de las cruces asomadas. Cantonera de Pasión, horizontal y enfilada; cantonera del Amor, erguida y estilizada.

El palio de la Amargura, Salud y Mayor Dolor, Esperanza Marinera y Victoria en su albor. Palio de la Soledad buscando la Plazoleta, y la Paz va procurando de las Angustias la cuesta; Rosario a Felipe Hidalgo y Socorro hacia la Villa: miles de gotas de cera, horquetas y zapatillas.

Es la Esquina de la Peña, esquina de Sebastián, y en la puerta de Dolores va virando el “Sardiná”. La tienda del “Alosnero” huele a chacinas y vinos, las hermanas de Maflor descorrieron los visillos. Está Juan Huelva en la puerta de su tienda de bebidas, y don Antonio Massoni de guardia en su botica.

Es la Esquina de la Peña, o de la calle Real, esquina de la Tertulia del “Caníbal”...y algunos más. Dicen que es lugar cofrade, y así reza un azulejo, que con acierto instalaron y quedará en el recuerdo.

Que nunca deje de ser eso que por siempre ha sido: lugar cofrade, de encuentro, de muchos ayamontinos.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. La puerta del Socorro.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. La puerta del Socorro.

A Landero Chahe, fotógrafo itinerante y mojarra dinámica.

 

Ya se acerca el Caballita con pantalones de pana, y Ramón el de la Rata, con sombrero de ala ancha; llegan Pepe el del Telégrafo y Juan el de la Serrana, y el Trini el de la perdiz, y el Bomba, de buena gana. De la casa de los curas viene don Justo en sotana, y desde la Casa Cuna  mocitas uniformadas.

 

A las puertas del Socorro todos esperan con ansias, que suenen en el reloj las dos de la madrugada. Vienen subiendo las gentes, vienen subiendo, a bandadas, y en el Solá ya no cabe, ni un alma en la escalinata.

 

Ha pasado la Amargura, con premura, muy cansada. Ya sale Padre Jesús la noche más esperada, y lágrimas de emoción se mezclan con la mirada, del emigrante que vuelve con su carga de nostalgias. La saeta corta el aire desde una azotea blanca, mientras las horquetas suenan, en el suelo, acompasadas.

 

Desde el Canto de la Villa suena una voz pregonada: ¡huevos de Padre Jesús!, con su anilina morada. Suenan roncas las bocinas en esta noche encantada, y la puerta del Socorro va quedando despejada. Pero volverá a estar, repleta y abarrotada, cuando su Señor regrese, cansado, por la mañana.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. La Plazoleta.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. La Plazoleta.

Al insigne vate José María Mayo Luis

 

Dejaron los pailabotes los palos sobre la tierra, de la Plaza San Francisco, en el vulgo, Plazoleta. Carlos el Alemán los cuenta desde su vieja taberna y los mira Julián Carro desde el quicio de su puerta. Después vino lo que vino: el urbanismo a ciegas, y el cemento y el ladrillo la dejaron más estrecha.

 

Así y todo bien que caben, la Lanzada y la belleza, de la Virgen de Lastrucci y la Reina marinera.

 

Astillero de do Carmo y fábrica de conserva, y acariciando el cielo, la espadaña y las cigüeñas. Jabonería y excelencias, del palacio de un marqués de querencias portuguesas. Casas de la Cofradía, marineros de la tierra, y Callejón del Morito a cuesta con su leyenda. Ricas habas enzapatás del Mati en su taberna, (echo de menos al Chamorro tocando hierro en la reja). Del gran Manolo Bautista un recuerdo siempre queda, y del ejemplar cofrade que fue Vicente Cabrera.

 

Ay, Plaza de San Francisco, mi querida Plazoleta, con tu templo franciscano y su beato en la puerta. Naranjos con azahar, y un río de plata vieja circulando allá a lo lejos, que cantara Paco Herrera. Pasa por allí Colijo con sus votitos a cuesta, vela Domingo Tintín para cumplir su promesa.

 

Aquí muere Jesucristo, y repite en la Ribera; aquí se aplana la Villa que en la Barranca naciera. Y un manto de negro y oro nos dice adiós con tristeza, y nos emplaza sin falta la próxima primavera. ¿La cita?. No lo dudes: será en la Plazoleta.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. La vieja calle Huelva.

CUARESMA NOSTÁLGICA. CALLES Y LUGARES COFRADES. La vieja calle Huelva.

¿Cómo quieres que te llame: calle Lepe, calle Huelva, quizás Comandante Haro o la prerromana Iberia?. De Rompeculos al final, con la estación ya bien cerca, tramos hay para llamarte como cada uno quiera. Pero yo voy a nombrarte simplemente como Huelva, que es tu nombre oficial y cantara Paco Herrera (“mi calle estaba empedrada de adoquines y de cantos, y de una acera partida donde la lluvia hacía charcos”).

 

Ya llega Padre Jesús con sus sonidos de horquetas al cruce de Rompeculos, embocando calle Huelva. Antes llegó la Amargura, que Ignacio de Jesús sintiera como se le abrían las carnes al verla entre sus aceras. Y el Señor de la Guadaña, que a todas por igual espera, en esa curva difícil para las trabajaderas. A la izquierda Jovellanos, y la vieja biblioteca, con sus azulejos verdes frente por frente a la imprenta, y un poco más adelante la casa de los Jopeja.

 

Calle Huelva de adoquines, con sus estrechas aceras, y la Callejita el Loco que baja para cogerla. Y la casa de los Feu, con su campanilla presta, a que la toquen los niños cuando pasen por su puerta. Ya se enfila una bajada que a esquina el Correo lleva, parada en la Casa Grande con Juan Acuña en la puerta, presto por si los vaivenes algún arreglo se tercia.

 

Eran estos otros tiempos en la calle Lepe o Huelva, que a veces extendía sus brazos a la misma calle Estrella, por donde Pasión pasaba camino de la Ribera, previo saludo a Frasquita, hermana de León Ortega. Calle Estrella, calle Estrella, calle de don Celedonio que dio nombre a la calleja, y Miguel el Veterinario, que senador después fuera.

 

Calle Lepe, calle Huelva, calle Comandante Haro, o la prerromana Iberia. Pero sobre todo calle de nostalgia cofradiera.

CUARESMA NOSTÁLGICA: CALLES Y LUGARES COFRADES. Escalinatas de las Angustias.

CUARESMA NOSTÁLGICA: CALLES Y LUGARES COFRADES. Escalinatas de las Angustias.

Gracias, como cada año, escalinatas plebeyas, del templo de las Angustias, catedral de la Ribera, por traernos a la vista lo que colma nuestras ansias: la estación de penitencia, y las de gloria al principio y al final de la carrera.

 

Ya es Domingo de Ramos, y ya está aquí la primera, la de la vieja Mulita, niños de todas las épocas derraman sus ilusiones entre risas y duermevelas.

Mis viejas escalinatas, tribuna recia y plebeya que a nadie pide el abono y los cansados se sientan.

 

Casa de los Fournier que en la retina nos queda, olor a pimentón de raya de Cortada en la taberna. Croquetas del Costalero, loterías de San Pancracio y un puñaíto de tiendas, la elegancia en José Antonio, papelería de Silveira, y en su balcón, que es de envidia, Manolo Fernández espera que pase la procesión, ay ,Dios mío, quien pudiera.

 

Niños que suben corriendo por las viejas escaleras, y al bajar golpe seguro contra las duras cadenas, que no hay niño ayamontino que chichote no se hiciera. Y la cruz de los caídos con su tobogán de piedra, que en otro tiempo albergara altivos yugos y flechas.

 

Varias representaciones esperan entre cadenas, que pase la procesión y rendirle reverencia. Mis viejas escalinatas, atalaya de primera para quitarle la foto al paso que ya nos deja, camino de la Laguna entre cirios y palmeras.

 

Poco ha cambiado en ti, en tu paisaje de piedra, tus viejos alrededores, tu señoría, tu presencia, por mucho que el tiempo viniera a cambiar algunas cosas, a cambiar lo que estaba, que ya no es pero era. Ya no está Manolo Gómez en el quicio de su puerta, ni está Juanito Massoni, ni está Juan el Costalero en palquillo de paciencia, y hace mucho nos dejó Dieguito el de las Cadenas.

 

Mis viejas escalinatas, de las Angustias impertérritas, a ese paso de los tiempos que los recuerdos nos dejan. Y entre ellos la silueta, de ese Cristo, de esa Virgen, que poco a poco se aleja, camino de la Laguna entre cirios y palmeras.