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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

PASARELA RIBERA. Capítulo III. "Los Alberto".

PASARELA RIBERA. Capítulo III. "Los Alberto".

Cuando Julio César compareció ante el Senado romano para informar de su victoria sobre Farneces II de Ponto en la Batalla de Zela, pronunció la famosa frase que terminó trascendiendo hasta nuestros días: veni, vidi, vici.  Llegué, vi y vencí.

Siglos después, unos osados, intrépidos, audaces jóvenes ayamontinos, abrieron de par en par las puertas de un templo en estado casi ruinoso, y sin pensarlo dos veces dijeron algo parecido que el general romano. Llegaron, vieron, y el tiempo, que es juez inequívoco, nos dice que también vencieron. Y vaya que si vencieron, y de qué manera. Empezaron casi de prestados y hoy acumulan un patrimonio que asusta y es envidia de algunos que presumiendo de cofrades rancios, no les llegan a los tobillos.

Pero el elemento principal del patrimonio de estos intrépidos cofrades es sin duda el trabajo, la constancia, la mesura, aunque no lo parezca, la fe en el día a día, en sus proyectos, en el calado que desde el primer momento lograron en la sociedad, especialmente entre la juventud. Arrasan en todos los acontecimientos que organizan. Aforo completo. Siempre.

Líderes en audiencias, en asistencias, en seguimientos, en espectativas. Y también, que todo hay que decirlo, en algo que es consustancial con el mundo cofrade: la novelería, el pamplineo. Que hay que darle al llamador con guantes, pues se hace y litos; que hay que entrar en Tribuna Oficial al revés, pues se hace y listos; que hay que cruzar la Laguna, pues se cruza y listos; que hay que pasar varias veces por el mismo sitio como el Guadalquivir por Lora del Río, pues se pasa y listos; que nos empeñamos en romper tradiciones y nos traemos una banda de cornetas y tambores de la vieja Castilla, pues se trae. No faltaría más.

La de estos intrépidos no es una forma más de hacer cofradía, es la forma genuina de hacerlo, ni más ni menos. Unas hermandades nacen de una ideología concreta aunque con el paso del tiempo lo nieguen; otras nacen en el seno de una familia; otras desde la cartera; otras desde su particular ave fenix. Y en este caso, desde la ilusión y el trabajo, que hacen que todo parezca posible.

 

(En una ocasión en que nuestro equipo de fútbol profesional pasó por malísimos momentos que hicieron pensar incluso en su desaparición, dijo uno: que se hagan cargo los del Lunes y veréis como lo sacan adelante).

Aunque aparentemente lo hacen todo a bote pronto, precipitadamente, ocurre todo lo contrario, y el “sin prisas pero sin pausa” es su eslogan. A lo largo de los cuarenta años transcurridos desde la fundación de la hermandad, algunos fundadores, algunos viejos cofrades, algún que otro capataz, han ido quedando en el camino. Las discensiones en todo tipo de asociacionismo siempre han estado a la orden del día. Al final, como en la teoría darwiniana, siempre quedan los más constantes, que  precisamente por ello terminan siendo los más fuertes, los grandes supervivientes.

En esta querida hermandad, "los Alberto" representan a la aristocracia del evolucionismo de esta especie cofrade. Son tal para cual. Se han ido turnando en los cargos, pero siempre han estado en la cúpula, en la cima de la pirámide. No sé si las medidas las tomaron de forma mancomunada o solidaria, pero sí me consta que siempre juntos, de acuerdo. Pudieron con todos sus oponentes, sobre todo con aquellos que llegaron a servirse de la hermandad, no a servirla,  y que hoy,  desde la más despreciable felonía hablan mal de ella.

Han pasado, está a punto de ocurrir, cuarenta años desde la fundación, y l"os Alberto" han considerado que les ha llegado la hora del prudente retiro. No se van, que los grandes cofrades no se van nunca, simplemente se retiran de los cargos de gobierno para dejar paso a la nueva generación, aunque las malas lenguas digan que siguen mandando en la sombra, que han puesto en su lugar muñecos de paja, y que en las noches silenciosas en el templo mercedario se oyen ruidos de sables. No es cierto, es más, me apresuro en afirmar que es absolutamente mentira. Así me lo asegura una antigua dama de la Plazoleta, a la que creo a pie juntilla.

"Los Alberto" dejan encima de la mesa, no sables que hagan ruido;  dejan experiencia, mucha y buena experiencia madurada a lo largo de la “Pasarela Ribera” del trabajo y del sacrificio, que lógicamente hará que los nuevos los requieran en algunos momentos para demandarles un consejo, una opinión. Eso es todo, lo otro es pura maledicencia.

Ahora se dispondrán a celebrar el cuarenta aniversario fundacional, pues aunque el cuarenta no es número de celebraciones, seguro que algo harán: la novelería no puede cejar a estas alturas. ¿Veremos esta próxima Semana Santa  recogerse la hermandad subiendo la Gran Vía camino del templo?. De "los Alberto" y sus gentes todo es de esperar.

Al final, después de cuarenta años de ilusiones, constancia, trabajo, mesura, viéndolos juntos nos parecen hasta hermanos; tantas veces viéndoles juntos parece como si llevaran gabardina, como aquellos primos, magnates de las altas finanzas; cuando no están solos también están juntos,  acompañados de dos mujeres extraordinarias.

Son el último vestigio, nada de fósiles, de una increíbe odisea cofrade. Son, sencillamente, los Alberto del esparto.

15 comentarios

F. Pargana -

Cordiales saludos Al Sr. Trinidad Flores y a todos los Mojarristas.

El Picudo Rojo -

Querido Mayito: encuentro muy acertada tu reflexión, sobre todo al final. Permíteme una frasesita adaptada de otra de Felenon:
para llegar a la verdad debemos dudar de todo lo no evidente.

Er Mayo o Er mayito, a gusto del consumidor -

Yo creo que no te hace falta mucha defensa porque tú solito te defiendes la mar de bien. En cuanto a cuando lleguen los momentos de las discrepancias... yo soy de los que piensan que la opinión contraria siempre enriquece. No sería posible definir la verdad sin oponerla a la mentira ni es posible describir el día sin contrastarla con la noche. Sin los que me tachan de capullo no podría valorar tanto lo mucho que me quiere mi madre.

Rhynchophorus ferrugineus (Picudo Rojo). -

Gracias por el comentario, amigo Mayito, aunque sea plagiando el nombre de tu progenitor pues tú sólo eres Mayo, es como si Pedro Pérez Duarte quisiera que le llamaran Pedrito Pérez. En fin, pilarín.
Estoy seguro que cuando lleguen artículos a "Pasarela Ribera" en que se pongan de manifiestos conductas oscuras y empiecen a caerme improperios de los de siempre, me defiendas, que para eso semo colega. Un abrazo.

Er Mayito -

Pues muy acertado el artículo, Trini. Aunque bien podrían aplicarse tus proposiciones a muchas otras hermandades, justo es reconocer que la hermandad del esparto ha seguido caminos distintos a los tradicionales con un alto grado de éxito en mucha de sus iniciativas. Han cometido errores, seguro (y no diré yo cuales porque no dejaría de ser una impresión subjetiva), pero creo que los aciertos son muchos más.

La hermandades (como cualquier otro grupo humano) están conformadas por hombres y mujeres que no dejan sus defectos en casa, sino que los portan en la chepa y no es infrecuente que algunos de sus defectos "contamininen" a la hermandad... pero lo mismo ocurre con sus virtudes y si hay que reconocer en esta hermandadu na cualidad sobre cualquier otra yo destacaría una que es casi un sello que imprime carácter y que se impone a todo el que va llegando: el trabajo.

Los cofrades son todos currantes con el mérito añadido de que, salvo contadísimas excepciones, no tienen el incentivo del lucro personal, pero la Hermandad del Lunes creo que es uno de los más altos exponentes del trabajo duro. Pocas hermandades hay que se acerquen al nivel frenético de actividad que tienen ellos durante todo el año, incluso en aquellos meses que las hermandades consideran como de "baja actividad" ellos tienen programadas actividades a porrillo.

Cuando arrivó la nueva hermana mayor muchos pronosticaban la "frivolización" de la hermandad, pero nada más lejos de la realidad: la mujer está siendo un ejemplo de trabajo serio y de ponerse en su sitio acallando rumores de marionetismo en unos momentos difíciles y tomando decisiones difíciles con firmeza en cuestiones muy importantes... y es que la inercia de un modo de ser cofrades acaba imponiéndose.

El Chocito -

Algunos quedaron en el camino, unos eran válidos pero perdieron el pulso; sin embargo vaya una cosa por la otra, y es que más de uno fue "literalmente largado" al vérsele el plumero de la ambición sin límnites. Ahora anda mendigando llamadores sin lustre.

El maestro de los paños -

En los tiempos del amigo Ayaba en la Pasarela Ribera no había barditas de terciopelo grana.

Que le habrán traído los Reyes Magos.

Saludos

El bardita del salón -

Digo yo que no será el Carlos el que se define como “El Guardián del Gurugu” o el ayudante, pues nació allí, en la casa nueva en lo alto, al fondo de un corredor un año o dos después que el Guardián del registro.

He visto ayer en la Laguna por la tarde que los Reyes Magos le traían al Guardián del registro un yoyo y unos juegos reunidos Geyper.

Saludos

Trini Flores -

Yi lo ví hace un par de días cruzando la Laguna y tampoco cojeaba. Me alegro mucho por Carlos, no sé si lo habrán operado o se ha puesto alguna prótesis, lo cierto es que a mí también me llamó la atención.

EL GUARDIAN DEL REGISTRO -

TRINI, en la foto del comentario el TITI no cojea.

EL GUARDIAN DEL REGISTRO -

La hermandad a que se refiere el último comentario del amigo TRINI, es una hermandad con solera, pues todo lo han conseguido con su esfuerzo y la ayuda de todos los ayamontinos. Me he enterao que al Trini, le han dejao los Reyes " Un correquetecaga y una levita". Saludos.

El cartero -

Se ve que es una buena hermandad, por la ausencia de comentarios mojarreando pero algún defectillo tendrá.

Trini que te han echado los Reyes Magos.

Saludos

Esquina de enfrente de Esquina la Peña -

Lo que siempre me ha extrañado es no ver pijitas en esa hermandad, muchos estiraos sí, pero pijitas no.

Copernico -

Lastima que para llegar a pasar por la calle del Asilo de Ancianos hay muchas cuestas sino pasarían para que los vieran los abuelitos. En sus cuarenta años podían hacer algo como un homenaje a los que iban a verlo a la Pasarela Ribera cuando empezó la hermandad.

Saludos

Mercenario -

Pues a mí me han dicho que con motivo del cuarenta aniversario van a sacar otra vez las velas rizadas y las pilas en los cirios.