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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

NUBARRÓN DE PESARES. A Rocío Concepción, en su dolor.

NUBARRÓN DE PESARES. A Rocío Concepción, en su dolor.

            Desde un primer momento, el rimer fue invadido por la pena húmeda convirtiéndolo en un nubarrón tal que de negros presagios. Pero no lo eran, ese nubarrón que caía inmisericorde sobre su bello rostro no era otra cosa que la expresión de una tormenta de dolor, de angustia, de desazón, de túneles de salidas imposibles, de aire espeso, de un ayer reciente que se empeña en ser siempre hoy, a todas horas, en todo momento, abarcándolo todo como el avaricioso abarca el dinero. La apresa, la hace suya y la oprime.

            Así la vi saliendo del templo de las Angustias, pies descalzos firmes y a la vez tambaleantes, rostro dolorido cuyo dolor no interesa su belleza pero la nubla y hace que cuando la miras sienta compasión, ese sentimiento de conmiseración que te une a las personas a las que quieres. Ella lo sintió por nosotros ya va para seis años y aun perdura en su corazón el recuerdo de quel ángel llamado Loreto que la cautivó y a la que quiso en el límite de la misma adoración.

            Camina firme, pero tambaleante, entre sones de marchas procesionales que tanto ha disfrutado y tanto ha comentado en su larga vida de reportera. La saludamos con brevedad sabiendo que ella necesita seguir caminando en soledad, llorando hacia adentro, suspirando hacia adentro, estremeciéndose por dentro. El rimer se sigue extendiendo y el nubarrón de los pesares se acrecienta. Temo y espero, con espera no querida,  que a esa presa de dolor haya que abrirle las compuertas, tiene que ser así. Y será.

            Y fue. Calle Real-Esquina la Peña. Un caserón a la derecha muestra sus balconadas cerradas, esas balconadas por las que se asomara su familia durante años. Y él también, él también trató muchas veces de acariciar un palio. Ahora ya no es posible, y esa imposibilidad se convierte para ella en una especie de tormenta perfecta. Y explota. Ahora gime hacia fuera, llora hacia fuera, se estremece por fuera, alguien, quizás Aquella que va delante, ha abierto las compuertas de la presa. Era necesario que así fuera y Ella lo ha propiciado.

            Al llegar a Hermana Amparo nos despedimos del cortejo, nos alejamos de ella y la observo cómo sube la cuestecilla otra vez recogida, amparentemente  impertérrita pero sentimentalmente oprimida. Delante caminan las Angustias de todos; detrás, las de cada uno. Y las de ella, que seguro volverá a repetir, porque el nubarrón de las penas, de las angustias, no nos abandona nunca. Amaina, pero permanece.

            Regresamos a casa y nos la llevamos en nuestros corazones, como ella nos llevó en el suyo hace ahora casi seis años. Y nos seguirá llevando. Mejor así, Rocío, porque al repartirse la carga el camino se hace más llevadero.

6 comentarios

Núñez -

Son muchos los años las décadas que falto de Ayamonte por lo que solo se de tí Rocío lo que he leído en el articulo, como paisano me atrevo a desearte fuerza, fortaleza, la fuerza que tiene la persona que te ha escrito el articulo, solo una persona que hace años tiene el corazón dolorido podría escribirte un articulo tan sentido, tan sincero, tan humano. Lo dicho Rocío sinceramente fuerza.

Saludos

Trinidad Flores Cruz -

¿Y quien ha dicho lo contrario, quien ha discriminado a nadie?. Me parece un comentario cargado de maldad, pero en fin, como dijera Cervantes: "castíguele su pecado, con su pan se lo coma y allá se lo haya".

por sevillanas -

......como dice la sevillana , otros pobrecitos mueren y nadie los tiene en cuenta.
Cada uno lleva su propia Cruz y todos ante la muerte somos iguales.

er puga -

Rocio,cuando la vida nos da estos palos,cuesta mucho trabajo superarlos,pero creo que dentro de ti hay una mujer con mucha fuerza y con tu fé en nuestra patrona seguro que podras aunque no olvidar este maldito año para tantas personas queridas.un abrazo para ti y los tuyos.

F. Pargana -

Amigo Trini.... vaya comentario tan bonito y sentido desde lo más hondo

Rocío Concepción R. -

Gracias, de corazón, Trini, gracias. No era mi intención causar pena, ni dolor, ni compasión a quienes, con sus "angustias" a cuestas, cada uno con la suya, acompañaban a la Patrona desde atrás, desde el lugar que ocupamos cuantos participamos en el cortejo formando parte de esa masa de promesas, que agradecen, que piden,a la Virgen. No sé cuántos años han pasado desde que la acompaño por uno u otro motivo. 2.012 ha sido (está siendo) para nuestra familia ese "annus horribilis" que nunca podremos olvidar. Tenía una agradecimiento, profundo y sincero que expresarle a Nuestra Amada Patrona, ese "error médico" que "salvó" a mi marido de un cáncer ya diagnosticado. Pero no pude evitar reprocharle (aunqué sé que eso no es correcto en la actitud de un cristiano...)que hace hoy cinco meses cursara a mi hermano, a mi querido hermano Curri, una invitación para que se marchara para siempre con Ella, como ya lo hiciera, hace casi diecinueve años, con mi madre, a una muy temprana edad. Y si dolor me causó pasar por esa casa familiar con las puertas de los balcones cerradas "a cal y canto", más doloroso fue aún, pasar por la casa de mi hermano, en las inmediaciones del Paseo de La Ribera y contemplar, vacío, ese balcón en el que sólo unas horas antes de su marcha, lo viera por última vez... Mi desolación y mi tristeza intentaron, generosamente, ser aliviadas por gente cercana y querida como tú, como tu esposa Rosita, como Manolo Rosa y su mujer, o como Angustias Solís y otra gente que quiso ofrecerme su apoyo en la que ha sido una de las noches más tristes de mi vida, y en la que, por supuesto, volví a tener presente, una vez a Loreto, un ser inocente que me inspiraba, lo sabes, una ternura infinita; también a muchos otros que, de manera anticipada, nos han dicho adiós para siempre en los últimos meses. Por eso, mi dolor no es único ni protagonista y se suma al de otras tantas familias que atraviesan duros momentos. Necesito que mi fé por la Virgen de Las Angustias nos ayude a todos a continuar por una senda que se hace dura y difícil, pero por la que, a pesar de todo, debemos seguir caminando desde la esperanza. Gracias, de corazón, amigo Trini, por tanto, tanto cariño. A tí, y a tantos otros... Un millón de besos.