Blogia
Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Olores para la nostalgia 3.

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Olores para la nostalgia 3.

El primer tramo de la calle Huelva, la que va desde la esquina de Rompeculos a Hermana Amparo –antes Calvo Sotelo- era generoso en buenos olores en aquellos tiempos de tiendas de ultramarinos, bodegas de bocoyes y canillas y cocinas añejas donde se frie el pescado, el individual y el de moralla. Tramo de procesiones, de la Villa y de la Ribera (sin que ello suponga hablar de Semana Santa), y de antigua romería del Calvario.

Los primeros olores, a la derecha de la calle según se viene de Rompeculos, los inconfundibles a chocos fritos del antiguo bar Gildo. Recuerdo que de muchachos íbamos hasta la puerta trastera del bar, donde estba la cocina, a oler los chocos recién fritos, eso, a oler, que entonces era la única “adquisición” posible. Buena cocina la del bar Gildo. De siempre.

Más adelante, los incofundibles olores a vermú, vino y coñac de la “Oficina”. Aclararemos esto para los jóvenes: en realidad era una tasca donde se expendía vino y licores para la calle,(cuando el padre de nuestro amigo Manolo Guerreo llegaba de la mar lo mandaba a comprar un cuarto litro de vino mesturao), pero también se servía en el interior a una más que fiel clientela de gente pobre. Creo que su dueño, Elías, era habilitado de pensionistas o algo así, y no era por ello un tabernero al uso, tenía una mesa grande de esas de oficina, de ahí el nombre del despacho de bebidas. Camareros inolvidables como el Badana y no tan olvidable porque aun está entre nosotros, mi amigo Manolo Barroso, el Gordo del Queveo, padre de un muchacho rubio que despacha gasolina en la Bp y de camino vende décimos de lotería de Navidad para su hermandad.

Frente a la “Oficina”, la inolvidable tienda de comestibles, o ultramarinos, como antes eran nombradas (hoy, con eso de las grandes superficies han quedado en simples “tiendas para el desavío”), del matrimonio compuesto por Eduardo Morán y su esposa, Sarita, así que hablamos de la tienda de Sarita, que era como la conocíamos. Olores a aceite que se despachaba manualmente por aquel sistema de válvulas, a cereales desapachados a granel y traídos desde el interior de la tienda donde permanecían los casos de arpillera, y sobre todo, de jamón, ese jamón auténtico que cortaba el mejor cortador de jamón del siglo: Eduardo Morán. Cortaba también lonchas de tocino de jamón e incluso de tocino solo, que iban a comprar los clientes de la “Oficina” para acompañarlas con la bebida y que se llevaban en un trozo de papel de estrasa que a la vez les servía de platera o plato. En esa tienda se hizo tendero mi amigo Jacinto Díaz:  de despachar todo de lo dicho, terminó despachando juguetes y ahora se dedica al arte de la fotografía, pero en plan aficionado.

Bueno, ya tenemos olores a gaseosas, a colonias de a granel, a choco frito, vermú, vinos y coñac, y jamón. Y no hemos hecho más que empezar. Que aproveche.

20 comentarios

F. Pargana -

Que categoría tenian los suelos de esas calles.

Manolo Cruz -

Olia bien cuando Vicente Delgado (empleado de Casa Martin Navarro)tostaba el cafe impregnando toda la Plaza Jose Antonio con su aroma. Y olia peor la cuadra y los carros de basura enfrente de Fernandez en la calle General Mola...que cosas....

Manolo Cruz -

Pues más que olores me trae la foto un gran recuerdo de mi niñez.La parte de abajo fue de toda la vida la oficina de mi Padre(Agente Comercial) entrada principal por la calle C.Colon,comunicandose con un pequeño "almacen". Mas tarde mi Padre le cediò al padre de Miguel Sanchez(Sanchito)la parte trasera y Miguel Sanchez cedio parte del Almacen que tenia en la calle Lusitania al Padre Nicanor Abad, para hacer el centro La M ilagrosa....y más tarde recuperar la parte trasera me costó pagar un traspaso para el negocio de electrodomesticos FECRUZ...que cosas...

El crio ayabacito -

Mi amigo Manuel Feria más conocido por Bole se acordara de los olores que comentamos ya que de jovencito trabajaba en unas oficinas que estaban al lado de la tienda de ultramarinos y enfrente más o menos de la carpintería del señor Palmero, sinceramente no me acuerdo de que eran aquellas oficinas.

Saludos

Alea iacta es, -

Es verdad, el olor de tahona de Carrito, esta se le ha ido al Trinón.

El Bardita -

Amigos cuando pasabais por la calle que estamos comentando no os daba olor a teleras de pan.

Saludos

Núñez -

Al final me voy a enfadar, mire usted señor Manuel de aquella zona lo conocía casi todo pues era mi barrio, a lo que usted se refiere por favor un respeto a la señora Encarna y a mi, pues sí era un crío aunque algo más crecidito y el único olor a jamón que olía era el que cortaba el señor Horacio y su dependiente Joselito, aunque no le voy a negar que algunas veces cuando iba a la tienda no iba recto cogia por la callejita a salir a la calle Peña echar una miradilla al patio y luego doblar para la tienda. Pero señor Manuel de verdad déjeme ya tranquilo que parece que no le dicen nada a mi buen amigo del Instituto y ahora pagan con migo.

Saludos

ErPihitoo -

Pa olores......el wate de Elias O NO?...
saluditos

Manuel -

Mucho habláis de jamones pero no sabéis donde estaban los dos mejores, en la calle la Peña al revolver la esquina de Horacio, no me vengas ahora señor Núñez diciendo que eras un crío que escuchaba el cuento la ratita, que usted iba por allí a oler jamón.

Saludos

F. Pargana -

¡Fragancias de nuestra tierra!
(Un ciego me elucidaba)
saciando mi curiosidad.
Y es que a tal agilidad…
imperiosa la pregunta: ¿Como se orientaba?

Sabes hijo… cada esquina tiene un aroma
¡infalible brújula nasal!
Sin norte magnético (que traiciona)
mapa mental, que no me abandona
aunque unas copitas, me puedan nublar.

Rumardo III -

Pues yo esta tarde quiero tomarme una infusión de regaliz en el Alcaraván, servido por mi amigo el comunista recalificado de la plaza las monjas, que heuele que da gusto, además, creo que me tiene guardada una cajita para mi uso personal en mi casa. Gracias, Santa, eres grande.

El bohemio tabernero -

Fijese q me acuerdo del olor inconfundible del bar Gildo y sus chocos, básicamente porque el hijo de Florencio, Alberto Fernández es intimo amigo mío y nos hinchábamos de los mismos!!! Jajaja. Q bien los hacían en ese bar, la verdad!!!. Saludos

El Torrija -

Señor Ayaba por encender un cigarro no, los mecheros de aquel entonces eran mejores que los de ahora, contra más vientos más se encendían, eran de yesca.

Hablando de vientos cundo este venia de la Villa a los olores que muy bien habéis descritos se unían una mezcla de otros olores, inciensos del Convento, vino peleón del Tenedor, laca de una peluquería de señora que había frente a la carpintería del señor Palmero de la cual salía olor a resina, más jamón del señor Teleforito el músico.

Saludos

Ayaba -

Una de tres, el hombre que se ve esta intentando encender un cigarro y hace viento por eso se arrima a la esquina, o que no pueda aguantar más y esta meando, o tres la más segura esta oliendo el olor que desprende el jamón que estará cortando Manolito el hijo de Luis el del carrillo cuñado de no me acuerdo quien, despachando en la tienda de Jorobaito.

Saludos

Manuel Celedonio Martín Ríos -

Querido Romualdo 2+1, como buen letrado, siempre te gusta dejar tu punto sobre la última "i", pero me preocupa que se te está iendo la perola, repasa el comentario anterior, en el cual tenía un cariñosísimo recuerdo para mi querido D. Enrique Rodríguez Feria.

Rumardo III -

Buen olfato el del amigo Celedonio, sólo le faltó oler las perolas de Enrique el Locero y el olor a tampón y lápices de tinta de la oficina del padre de Manolo Cruz. Buen colaborador este Cele, aunque sea a cuenta gotas.

Manuel Celedonio Martín Ríos -

Si empezamos desde Rompeculos, no podemos olvidar los olores a papel impreso, los colorines del FBI, Roberto Alcazar y Pedrín, el Cachorro y su fiel acompañante Batan, las mariquitas y los cuadernos para ir al Colegio y al Instituto Laboral, negocio regentado por D. Laureano Garces y Dª Genara. Un poco mas para adelante olores a comestible impregnados en el babi de D. Calixto Pérez de la Caldera, propiedad de los Pallares, olores a medicamentos de D. Julio Fería Obando y de la farmacia Gomez Gorales olores a dinero, de la trasera del Banco Central. olores a productos lácteos de la lechería de Eduardo Orta y me paro en la esquina de Felipe Hidalgo, porque quiero dejar algo para otros colaboradores.

El Mojarra del Peñón, -

Es bueno que se mueva la página de Mojarrafina, no le vaya a pasar como a la de Ayamonte cofrade, que se mueve menos que la prima de riesgo, yo no sé que hacen el Javiperito y el Delarrosa.

Ad candelas graecas, -

Con esto de los olores se está moviendo mucho el blog, señal de que gusta, no como cuando trata de Semana Santa, que sólo trae polémicas y disgustos de los de la Pasarela Ribera si se dice algo que no les gusta. Así es mejor, Trinón, escribe sobre cosas nuestras, de nuestros recuerdos para que también disfruten los paisanos ausentes como el Ayaba y el Fa.

Er Núñez -

Seguimos oliendo bien, también cortaba el jamón despachando en casa de Zarita, Manolo creo que Garfias, hijo de un señor que tenia un bar en el Banderín frente a la estación, al entrar en el bar había un billar pero el olor era de A Bola y Formidable.

Manolo más tarde se dedico a lo de las televisiones como el Comunitario.

Saludos