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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

AYAMONTE EN EL RECUERDO. 40. Las canúas mechilloneras

AYAMONTE EN EL RECUERDO. 40. Las canúas mechilloneras

En tiempos pasados, quizás hasta mediados del pasado siglo, Ayamonte contaba con un considerable número de canúas que se dedicaban a la capturan del mechillón (canoas dedicadas a la captura de la chirla, que diría cualquiera que no fuese ayamontino). No puedo determinar el número de ellas, pero sí puedo recordar la de mi familia, que se llamaba "María", que era de mi padre y sus dos hermanos. Recuerdo que Paco "el Práctico" tenía otra, y una que destacaba sobre las demás, pues generalmente las canúas iban pintadas de negro u oscuro y esta era blanca, de ahí que si tenía nombre, que era lo normal, siempre se conoció por "la canúa blanca", era propiedad del señor Segura, abuelo de mi buen amigo Antonio Carro Segura, que por cierto, me extraña no verle por el blog. Ya aparecerá.

Las canúas salían por la mañana y volvían al atardecer. Desde la taberna de señó Moguer se las veía venir y la gente las reconocía de lejos por el velámen; la nuestra precisamente tenía un gran remiendo en lo alto de la vela y así la podíamos distinguir enseguida. Los mechillones se subastaban en la Rambla del Consorcio, de la que un día hablaremos, y a veces era tal la cantidad que se capturaban que no alcanzaban precio en la subasta y había que tirarlos al río. Los que se vendían, que venían metidos en garlitos de red se transportaban hasta las charangas que los dedicaban a la exportación, y para el transporte se utilizaban unos rústicos carros de grandes ruedas que trepidaban sobre los adoquines del mueblle y eran llevados por una persona cargando los brtazos de los mismos, eran los conocidos "carros de la Castela".

Algunas de aquellas viejas canúas terminaron abandonadas, otras fueron vendidas. Yo creo que en los tiempos actuales hubieran sido aprovechadas como barcos de recreo aunque sólo fuese para pasear con ellas por el Guadiana o por la costa cercana a la playa. Pero por desgracia sólo nos queda de ellas el recuerdo a través de fotos como la que ilustra este artículo.

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